Beber alcohol puede aumentar el riesgo de padecer demencia, según un estudio

Por César Múnera
4 de noviembre de 2025 20:22 Actualizado: 4 de noviembre de 2025 20:22

Un amplio estudio sugiere que beber cualquier cantidad de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia, una enfermedad neurológica que afecta a la memoria y al pensamiento.

Según un estudio reciente que analizó datos de 2,4 millones de personas y no halló ningún nivel de consumo de alcohol seguro para la salud cerebral, incluso una sola copa de vino a la semana puede aumentar el riesgo de demencia.

La investigación, publicada recientemente en BMJ Evidence-Based Medicine, combinó datos de estudios observacionales y genéticos y concluyó que el riesgo de demencia crece a medida que lo hace el consumo de alcohol, sin que se haya identificado ningún nivel seguro.

«Mi opinión general es que este estudio refuerza la necesidad de aplicar el “principio de precaución” en lo que respecta al alcohol y la salud cerebral», declaró a The Epoch Times el doctor Luke Barr, neurólogo y director médico de SensIQ, que no participó en la investigación. «Incluso el consumo moderado de alcohol conlleva cierto grado de riesgo y, cuanto más se bebe, mayor parece ser ese riesgo».


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Barr señaló que los hallazgos cuestionan la idea arraigada de que el consumo «ligero a moderado» de alcohol podría proteger el cerebro.

El estudio abarcó toda la gama de consumo de alcohol

Aunque los estudios observacionales suelen asociar el consumo moderado de alcohol con un posible efecto neuroprotector, los análisis genéticos apuntan en sentido contrario.

Los datos observacionales mostraron que tanto los no bebedores como los grandes bebedores (40 ó más bebidas por semana) presentaban un 41 % más de riesgo de demencia que los bebedores moderados (menos de siete por semana). En las personas con dependencia del alcohol, el riesgo fue un 51 % mayor.

Los investigadores analizaron datos de más de 559 000 participantes de ascendencia europea, africana e hispanoamericana, de 56 a 72 años, con un seguimiento de entre cuatro y doce años. Los participantes respondieron cuestionarios sobre sus hábitos de consumo y más del 90 % declaró beber alcohol.

Después, el estudio examinó la genética de 2,4 millones de personas procedentes de 45 trabajos sobre demencia. Mediante aleatorización mendeliana, el equipo evaluó marcadores asociados al consumo semanal, a patrones de riesgo y a la dependencia de alcohol. Esta técnica, que ayuda a inferir causalidad y reduce el sesgo por variables de confusión, permitió estimar los efectos acumulados del consumo de alcohol a lo largo de la vida.

Por el contrario, los estudios observacionales ofrecen solo una fotografía de los hábitos de consumo de alcohol en la mediana y la tercera edad, y dependen en gran medida del recuerdo de los participantes, a menudo inexacto.

Los investigadores observaron que portar variantes genéticas asociadas a un mayor consumo de alcohol se relaciona con un mayor riesgo de demencia. Además, el análisis genético no halló indicios de que consumos bajos protejan frente a la enfermedad.

Las personas que posteriormente desarrollaron demencia tendían a beber menos en los años previos al diagnóstico. Según los autores, este descenso podría reflejar etapas iniciales de deterioro cognitivo, lo que explicaría por qué estudios anteriores atribuyeron un supuesto efecto protector al consumo moderado.

Las investigaciones previas tampoco solían diferenciar entre abstemios de toda la vida y exbebedores, lo que dificultaba determinar si el alcohol es el causante directo de la demencia.

Qué significan los hallazgos para la salud pública

Los autores señalan que sus resultados «cuestionan la idea de que los niveles bajos de alcohol son neuroprotectores».

Barr afirmó que, desde la sanidad pública, las directrices deberían abandonar el enfoque de «límites seguros» para el cerebro y, en su lugar, insistir en que «cuanto menos, mejor».

Añadió que otros factores de estilo de vida —salud cardiovascular, tabaquismo, diabetes, inactividad física y privación de sueño— pueden interactuar con el alcohol y modular el riesgo de demencia.

«El alcohol puede agravar muchos de estos factores, por ejemplo, aumentando la presión arterial, alterando el sueño o incrementando la tensión metabólica, lo que puede amplificar el riesgo general de demencia», afirmó.

Un estudio reciente indica que el consumo de alcohol puede provocar cambios duraderos en la neuroinflamación, lo que podría contribuir al mayor riesgo de demencia observado.

Por el contrario, añadió Barr, factores protectores como la actividad física regular, la participación social y una dieta equilibrada rica en alimentos integrales pueden ayudar a atenuar parte del riesgo, aunque no neutralizan por completo los efectos del alcohol.

«Para las personas preocupadas por la demencia, especialmente aquellas con antecedentes familiares u otros factores de riesgo, minimizar el consumo de alcohol es una medida sensata y basada en la evidencia». 


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Beber una o dos unidades de alcohol se asocia con una reducción del volumen cerebral y con cambios estructurales, según un estudio británico previo basado en escáneres cerebrales.

El consumo excesivo de alcohol puede afectar al cerebro y aumentar el riesgo de demencia y de deterioro cognitivo. El volumen cerebral puede reducirse por efecto del alcohol, con especial impacto en la sustancia blanca y consiguiente merma de las capacidades cognitivas, según la Fundación Pasqual Maragall.

El consumo de más de 21 unidades de bebida estándar (UBE) por semana se relaciona con un mayor riesgo de demencia. La Fundación Pasqual Maragall subraya que el impacto del alcohol en el cerebro es acumulativo, de modo que el consumo sostenido puede intensificar los efectos degenerativos.

Una UBE equivale a diez mililitros u ocho gramos de alcohol puro. Por ejemplo, una copa de vino estándar (125 ml) con una graduación alcohólica del 12 % contiene aproximadamente 1,5 UBE, mientras que una pinta de cerveza (568 ml) con una graduación alcohólica del 5 % contiene alrededor de 2,8 UBE, según la organización.

Información con contenido de The Epoch Times edición Estados Unidos.

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