La dermatosis nodular contagiosa, avanza a un ritmo preocupante en Francia, donde los ganaderos protestan por la falta de medidas oportunas y la matanza sistemática de rebaños enteros. En este contexto, un nuevo salto del virus con dos nuevos focos próximos a la frontera con España –en Ariège y Altos Pirineos, fuera de la zona restringida por los brotes anteriores– elevó la alerta entre los ganaderos nacionales.
Es una enfermedad difícil de gestionar cuando no es erradicada en los primeros focos, porque con frecuencia es transmitida por insectos que se alimentan de la sangre de los animales, como moscas que suele habitar en los establos y a través de garrapatas, aunque también puede difundirse por el contacto con las secreciones corporales y fómites infectados. El movimiento ilegal de animales puede contribuir en las expansión.
En España el virus se confirmó el 3 de octubre y su expansión se logró detener en el mismo mes tras el sacrificio de animales y vacunación. En Francia la presencia del virus se sigue expandiendo. La razón que dan los críticos es que cuando los insectos obtienen el virus y se transforman en vectores que transmiten la enfermedad es inútil sacrificar a todos los animales porque al hacerlo irán a la granja vecina a buscar su sustento y les transmitirán la enfermedad.
La dermatosis nodular contagiosa, enfermedad de la misma familia que la viruela, se caracteriza por fiebre, nódulos en la piel, en membranas mucosas y órganos internos, extenuación, inflamación de los nódulos linfáticos, edema cutáneo y en ocasiones la muerte. Tiene importancia económica porque causa un elevado descenso en la producción, particularmente en vacas de leche.
Situación de España
En España, el brote se confirmó el 3 de octubre de 2025 en una explotación de recría de novillas de leche en Castelló d’Empúries (Alt Empordà, Gerona): tres animales de un censo de 123 presentaron signos compatibles y el Laboratorio Central de Veterinaria confirmó el virus por PCR. En los días siguientes, el balance ascendió a 18 focos, todos dentro del perímetro de restricción establecido, según un informe del Ministerio de Agricultura.
El Ministerio indicó que no se detectaron nuevos casos desde el 24 de octubre, aunque las medidas aplicadas supusieron la eliminación de 2556 animales en explotaciones de distintos tipos: reproducción, leche y carne, cebaderos y recría.
La respuesta sanitaria española se apoyó en la vacunación. La campaña arrancó el 9 de octubre en la zona restringida de Cataluña, con 15 250 dosis prestadas por Francia, seguidas por 82 500 dosis del Banco de Vacunas de la UE y compras de emergencia por un total aproximado de 960 000 dosis adicionales, detalla el MAPA.
El plan contempló inmunizar a las explotaciones bovinas dentro del área de 50 km: 152 895 animales en 2003 explotaciones, según el mismo informe.
Ya en diciembre, el Consejo de Ministros aprobó 660 000 euros para adquirir nuevas dosis frente a la DNC dentro de actuaciones de emergencia, informó el Ministerio.
Situación de Francia
En Francia, el primer foco se confirmó el 29 de junio de 2025 en Saboya. Según el Ministerio de Agricultura francés, hasta el 14 de diciembre, se detectaron un total de 113 focos: Saboya (32), Alta Saboya (44), Ain (3), Ródano (1), Jura (7), Pirineos Orientales (21), Doubs (1), Ariège (1) y Altos Pirineos (1), Alto Garona (1), Aude. (1), Reuters informó que se sacrificaron cerca de 3300 animales.
Los dos últimos focos (Ariège y Altos Pirineos) se declararon en granjas de 195 y 28 animales y, en ambos casos, solo un animal mostró sintomatología; los servicios veterinarios franceses asociaron su origen a posibles movimientos ilegales, según ASAJA
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Sacrificio de animales
Ante la presencia de un foco, aunque se trate de un solo animal enfermo, las primeras medidas establecidas por la Unión Europea incluyen la inmovilización y el vaciado sanitario, lo que implica el sacrificio de todos los animales bovinos de las explotaciones afectadas, así como la eliminación de cadáveres y de productos potencialmente contaminados.
En segundo lugar, se contempla la vacunación.
Otra medida considerada complementaria e importante es el control de los insectos vectores, según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación de Francia. Esto implica limitar las poblaciones de insectos mediante acciones de erradicación y gestión de los lugares de reproducción.
Por último, además de las medidas de bioseguridad, se requiere una vigilancia sanitaria continuada por parte de veterinarios, ya que un buen conocimiento de los signos clínicos permite detectar con rapidez los casos sospechosos.

En Francia, los sindicatos agrarios se han posicionado en contra del sacrificio sistemático de rebaños y el 10 de diciembre salieron a protestar en varias ciudades del país.
«Los animales de nuestras granjas no son solo números; no son coches que se retiran del mercado por tener un defecto», afirmó Laurence Lyonnais, portavoz de la Confédération Paysanne du Doubs, antes de añadir: «Son seres vivos que hemos criado durante varias generaciones, con quienes hemos forjado vínculos profundos y a quienes brindamos cuidados diarios. […] Son nuestra familia extendida», declaró a The Epoch Times Francia.
«Nada nos obliga a recurrir a la matanza; existen otras estrategias, como ocurre en otros países. Son razones económicas vinculadas a los acuerdos comerciales de exportación las que dictan este enfoque», sostuvo Lyonnais.

Medida alternativa ante la transmisión por insectos vectores
Según la ministra de Agricultura, Annie Genevard, «la eliminación total de los brotes es la única medida posible» para frenar esta gravísima enfermedad.
De acuerdo con sus estimaciones, la dermatosis nodular «puede causar una mortalidad de hasta el 10 % del ganado vacuno francés». Esto supondría que «1,5 millones de cabezas de ganado habrían muerto a causa de la enfermedad si no la hubiéramos contenido», declaró Genevard, según informó France 3.
Un profesional del sector, que aceptó hablar con The Epoch Times Francia bajo condición de anonimato, sostuvo que el reconocimiento del primer caso llegó tarde, por lo que «se debería haber activado de inmediato una estrategia alternativa».
«Es importante entender que, cuando la enfermedad se hace visible, ya lleva presente al menos una semana. El virus se multiplica en la sangre tras la infección, pero los primeros nódulos solo aparecen después de unos siete días. Durante esta fase invisible, los insectos vectores ya están transmitiendo el virus. Casi siempre actuamos demasiado tarde», explicó.
Dado que los vectores son insectos hematófagos, el profesional advirtió que «una vez eliminadas todas las vacas, estas moscas picadoras pierden su fuente de alimento local y buscarán alimentarse en rebaños vecinos». «Al sacrificar completamente un rebaño, corremos el riesgo de favorecer la dispersión de los vectores hacia otras explotaciones, ya que los insectos no se ven afectados por esta medida», añadió.
El experto también matizó las cifras oficiales de morbilidad, situadas entre el 5 % y el 10 %, que se utilizan para justificar el sacrificio preventivo de rebaños enteros. A su juicio, estas estimaciones proceden en muchos casos de datos del Magreb y Albania, mientras que en los brotes registrados en los Balcanes la tasa de mortalidad fue de alrededor del 1 %, según resúmenes epidemiológicos disponibles.
Un estudio realizado en 2016 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) tras los brotes registrados en los Balcanes ya señalaba que el sacrificio selectivo, combinado con la vacunación generalizada, podría ser suficiente para contener la enfermedad.
En cuanto a la cuarentena, el especialista francés consideró prudente esperar aproximadamente dos meses. «Mantener a las vacas confinadas y observar su evolución es clave. Si no aparecen síntomas tras ese periodo, la situación puede considerarse controlada». La vacuna, recordó, surte efecto a los 21 días, mientras que el periodo de incubación puede prolongarse hasta 28 días, por lo que recomendó un margen de seguridad de 60 días.
Para los animales sintomáticos, defendió un enfoque gradual.
«Algunos se recuperarán sin secuelas, mientras que otros permanecerán en un estado de deterioro, pudiendo llegar al letargo». En los casos más graves, indicó, debe considerarse la eutanasia. En situaciones moderadas, propuso aislar a los animales, mejorar su nutrición y enviarlos posteriormente al matadero una vez recuperados. «La carne sigue siendo comestible, lo que permite al ganadero limitar el impacto económico», señaló.
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La relación con la viruela
El virus responsable de la dermatosis nodular contagiosa pertenece a la familia Poxviridae y al género Capripoxvirus. Dentro de este género, un grupo afecta principalmente al ganado bovino y al búfalo de agua, aunque también se ha descrito infección clínica en otras especies silvestres como jirafas y gacelas. El otro grupo afecta a las cabras.
Dentro de la familia Poxviridae se han identificado once poxvirus, agrupados en cuatro géneros, con capacidad para producir infecciones humanas, como ocurre, por ejemplo, con la viruela símica, según un estudio publicado en agosto de 2025 en PubMed Central (PMC).
Aunque el virus de la dermatosis nodular contagiosa es considerado altamente específicos del huésped, un trabajo reciente ha planteado el debate científico sobre un posible salto ocasional de especie, tras la descripción de un caso humano aislado en El Cairo, Egipto, lo que ha llevado a algunos autores a analizar si la dermatosis nodular podría considerarse una zoonosis, sin que exista por el momento consenso ni evidencia de transmisión sostenida a humanos.
Diversos estudios han demostrado además que el virus puede infectar otras especies animales de forma subclínica, es decir, sin provocar signos visibles de enfermedad.
Las investigaciones confirman la transmisión por insectos como Stomoxys calcitrans —conocida como la mosca de los establos— y, en menor medida, garrapatas. Estas especies pueden actuar como vectores mecánicos, facilitando la propagación del virus entre animales.
En España, estas moscas están presentes en todo el territorio, con especial prevalencia en regiones de alta concentración ganadera como Andalucía, Castilla y León y Extremadura, donde la abundancia de establos y explotaciones crea un entorno favorable para su proliferación, según la empresa especializada Seviplagas
Estrechamente cercano al virus de Nigeria, pero no el mismo
El virus se detectó por primera vez en Cerdeña, Italia, en junio de 2025, constituyendo el primer foco del actual brote europeo. El virus aislado pertenece al clado 1.2, estrechamente relacionado con uno identificado en Nigeria en 2018 y con otras secuencias africanas. Al mismo tiempo, se distingue de las cepas derivadas de vacunas y de las asociadas a los brotes balcánicos registrados entre 2012 y 2016, según un estudio publicado en septiembre de 2025 en PubMed.
Los brotes de 2016, que afectaron en particular a Grecia, Bulgaria y otros países de los Balcanes, se frenaron mediante una estrategia basada en la despoblación de los animales afectados, combinada con una campaña de vacunación, lo que permitió contener rápidamente la enfermedad en la región, según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación de Francia (ANSES).
En el norte de África se produjeron brotes de viruela bovina durante 2023 y 2024, pero no se dispone aún de datos genómicos públicos de esos episodios que permitan una comparación directa con las cepas europeas, añade la misma publicación.
Desde Cerdeña, el virus se transmitió a Lombardía, en el norte de Italia, a través de movimientos de animales procedentes de una explotación afectada, según recoge el informe del Ministerio de Agricultura español (MAPA).
Las muestras analizadas en Francia e Italia muestran que los virus circulantes están genéticamente muy relacionados y pertenecen al clado 1.2. No obstante, la ausencia de datos genómicos de brotes en países del norte de África, como Libia, Argelia y Túnez, dificulta reconstruir con precisión la propagación y evolución del virus.
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