La huella dactilar más antigua conocida en Europa fue descubierta por unos investigadores españoles en un pequeño guijarro hallado en San Lázaro, Segovia; expertos de la Universidad Complutense de Madrid creen que perteneció a un hombre neandertal que vivió hace más de 43 000 años.
Es un hallazgo considerado excepcional porque sugiere que alguien dejó su huella en un determinado punto del guijarro que se pintó con ocre.
Además, la pintura parece ser parte de una obra o de una representación de un rostro, ya que la marca se hizo intencionalmente en un punto equidistante de las tres protuberancias del guijarro, dice el estudio de la UCM titulado A pigment-marked object from San Lázaro rock-shelter in the context of Neanderthal symbolic behavior.
La huella dactilar humana apareció tras un análisis multiespectral, el primero realizado de este tipo con una evidencia tan antigua como ésta. Según los autores, esta tecnología es muy prometedora para futuras investigaciones y descubrimientos similares.
«Es la imagen dermatoglífica más completa identificada hasta la fecha», con la excepción de la huella dactilar parcial de un neadertal de Königsaue, en el norte de Alemania. Ambas tienen una edad mínima comparable de 43 000 años, dice el estudio.
La Península Ibérica es considerada como uno de los últimos refugios europeos de los neandertales y donde se ha documentado más reciente presencia antes de su desaparición, que se estima comenzó en el norte hace unos 45 000 años y continuó hasta el interior de la península ibérica entre 44 000 y 42 000 años.
Los datos arqueológicos y cronológicos del lugar donde se descubrió la huella demuestran que definitivamente era un posible lugar de neandertales, ya que no se encontró la presencia de humanos más modernos, el Homo sapiens, sino hasta miles de años después de que estos desaparecieran.
Más que una casualidad
El guijarro se descubrió en 2022 en un yacimiento musteriense (quiere decir de restos arqueológicos de hace entre 300 000 a 30 000 años), en el abrigo rocoso de San Lázaro en un sector del valle del río Eresma, que forma parte de la cuenca del río Duero. A menos de 400 metros se encuentran otros yacimientos contemporáneos que revelan ocupaciones neandertales.
El yacimiento fue excavado en varias ocasiones entre 2014 y 2023. Estas excavaciones revelaron 16 niveles diferentes, de los cuales seis contenían restos arqueológicos, todos de la época musteriense.
El guijarro fue encontrado en el nivel H donde también había un número significativo de puntas y varias flechas. De inmediato se destacó por ser más del doble de grande de los otros guijarros encontrados en el mismo nivel y el único que presentaba restos de ocre. Se le hicieron numerosos estudios desde un escáner a otros más sofisticados y modernos para detallar sus características y posibles alteraciones superficiales resultantes del uso.
El modelo 3D reveló que el punto rojo del guijarro se encontraba al centro de tres cúpulas y las distancias eran casi idénticas entre las tres cúpulas y el punto rojo, formando un triángulo isósceles. Los análisis estadísticos descartaron que se pintara en ese punto de manera aleatoria.
También se observó que era un guijarro poco común en las inmediaciones del yacimiento por lo que probablemente fue trasladado allí desde el río Eresma.
¿Una huella masculina y un dibujo de un rostro de 43 000 años?
Los investigadores concluyeron que el guijarro del abrigo rocoso de San Lázaro presenta una serie de características que lo hacen extraordinario, por lo que podría considerarse una pieza de arte deliberadamente modificada, marcada o pintada para representar una figura representativa, simbólica o con una intención estética.
Fue encontrado en un lugar habitado por neandertales hace 43 000 años; traído allí deliberadamente y presenta un diseño específico basado en las distancias entre el punto y las cúpulas.
Se cree que fue pintado con ocre sobre una huella dactilar que, por su tamaño, podría corresponder a un varón adulto. Si bien no hay registro de huellas dactilares neandertales, es probable que no difieran sustancialmente de las observadas en poblaciones del Pleistoceno del Homo sapiens.
Quizás este guijarro podría representar «una de las abstracciones más antiguas conocidas de un rostro humano» en el registro prehistórico.
En cuevas rupestres españolas se han descubierto evidencias de objetos de arte de hasta 60 000 años de antigüedad que pueden representar objetos simbólicos o decorativos de los neandertales, lo que ha sido documentado en diversos estudios citados por los autores liderados por David Alvarez Alonso, D. de Andrés Herrero, M. Díez Herrero y Samuel Miralles Mosquera.
Unas conchas con resto de ocre fueron halladas en la Cueva de los Aviones, en Cartagena (Murcia) y se remontan a más de 100 000 años. Asimismo los grabados rupestres en la Cueva de Gorham, en el Peñón de Gibraltar, datan de hace unos 40 000 años.
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