En los últimos años, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha intensificado los ataques contra algunos de sus críticos más vocales en Estados Unidos, desplegando un amplio arsenal para silenciarlos.
La operación ha puesto de relieve el nivel de infiltración e influencia que el PCCh posee en Estados Unidos. Si el plan cobra impulso, es probable que el PCCh utilice las mismas herramientas contra otros objetivos, según han declarado expertos a The Epoch Times.
La operación se puso en marcha en 2022, cuando el líder del PCCh, Xi Jinping, se quejó a altos funcionarios de que los practicantes de Falun Gong—un grupo religioso perseguido por el PCCh en China— eran cada vez más eficaces a la hora de denunciar los crímenes del PCCh en el extranjero, según informaron varias fuentes internas al disidente y jurista chino Yuan Hongbin el año pasado.

Según las fuentes, Xi reprendió a los funcionarios, diciendo que sus esfuerzos anteriores para suprimir Falun Gong en el extranjero eran ineficaces y ordenó una nueva campaña que se centraría en las empresas más destacadas creadas por practicantes de Falun Gong en el extranjero. Entre ellas se encuentra Shen Yun Performing Arts, una compañía de danza y música clásica china de primer nivel que ofrece cientos de actuaciones al año bajo el lema «China antes del comunismo», así como varias empresas de medios de comunicación, entre ellas The Epoch Times y NTD.
Al parecer, Shen Yun ha sido la más afectada por la nueva campaña, enfrentándose a una guerra legal, artículos difamatorios en los medios occidentales y en las redes sociales, ataques de bots y trolls (personas que se esfuerzan en molestar) en las redes sociales, e incluso amenazas de bomba y amenazas de muerte.
Los practicantes de Falun Gong se enfrentan a una brutal persecución en China desde 1999, que incluye encarcelamiento, tortura e incluso extracción forzada de órganos. El acoso incesante por parte de los secuaces del régimen se ha extendido al territorio estadounidense.
El PCCh considera que Shen Yun socava su control ideológico sobre China y la imagen que presenta al mundo, lo que a su vez amenaza su control del poder y su ambición de dominio en el extranjero, según han declarado anteriormente varios expertos a The Epoch Times.
El 7 de febrero, el Departamento de Estado denunció la continua persecución de Shen Yun por parte del PCCh y declaró a The Epoch Times: «Condenamos estos actos de intimidación e instamos a que se proteja el derecho a la libertad de expresión. Instamos al Partido Comunista Chino a que ponga fin a su campaña de 25 años para erradicar Falun Gong».
El portavoz añadió que el informe anual sobre libertad religiosa internacional del departamento ha documentado «incidentes de interferencia contra los practicantes de Falun Gong y Shen Yun Performing Arts en muchos países».

Varios denunciantes del PCCh dieron un paso al frente el año pasado con más detalles sobre la campaña contra Falun Gong.
La campaña se basa principalmente en el blanqueo de información a través de personas influyentes en las redes sociales y medios de comunicación occidentales que no pueden ser fácilmente rastreados hasta el PCCh. Al mismo tiempo, utiliza el sistema legal y policial de Estados Unidos para perseguir a las empresas creadas por practicantes de Falun Gong, en particular Shen Yun, según los denunciantes.
Los representantes del PCCh se aprovechan de los sistemas legales y policiales de EE. UU. para atacar a empresas fundadas por practicantes de Falun Gong, según denuncian varios denunciantes
El jefe del Ministerio de Seguridad del Estado de China, Chen Yixin, supervisa personalmente la campaña, según ha declarado un denunciante, aunque también participan otros organismos, como el Ministerio de Seguridad Pública (MPS).
Cabe destacar que los funcionarios creen que el Ministerio de Seguridad del Estado también está detrás de otras operaciones de alto perfil en Estados Unidos, como el ataque «Salt Typhoon» (Tifón de sal), que afectó a la mayor parte del sistema de telecomunicaciones estadounidense y tuvo como objetivo a figuras políticas de primer orden.
La campaña es especialmente perniciosa por el uso de agentes encubiertos del MPS en Estados Unidos, según el denunciante, quien afirmó: «Una vez que se moviliza a estas personas, la amenaza es muy alta».
Medios de comunicación
El año pasado, varios medios de comunicación occidentales, encabezados por The New York Times, publicaron un número inusualmente elevado de artículos contra Falun Gong.
Solo The New York Times ha publicado alrededor de una docena de artículos de este tipo desde agosto de 2024, basándose en gran medida en las afirmaciones de un pequeño grupo de antiguos artistas de Shen Yun, algunos de ellos vinculados a entidades del PCCh.

Los artículos se centran en dos afirmaciones principales. Una es que las empresas fundadas por practicantes de Falun Gong en Estados Unidos han tenido éxito, un hecho que los artículos tratan de presentar como algo nefasto. La otra es la acusación de que Falun Gong impide que las personas reciban tratamiento médico, una vieja mentira propagandística del PCCh utilizada por el régimen en los primeros años de la persecución para justificar su campaña. Esta afirmación ha sido desmentida en repetidas ocasiones, principalmente por los propios practicantes de Falun Gong —que explican que acuden al médico cuando lo necesitan— y también por los médicos que los han tratado.
Casi 800 artistas y miembros del personal de producción actuales y antiguos de Shen Yun, incluidos prácticamente todos los artistas y el personal actual, han firmado una petición en la que condenan los ataques de los medios de comunicación.
Las «graves distorsiones y narrativas falsas» de los medios de comunicación, así como la guerra jurídica y las «maliciosas peticiones de investigaciones gubernamentales», amenazaban a su empresa y demostraban «la capacidad de Pekín para manipular y controlar nuestra sociedad» —escribieron en la petición— que fue presentada durante una rueda de prensa en el Lincoln Center for the Performing Arts de Nueva York, varias horas antes de la función inaugural de Shen Yun en ese recinto en marzo.
Redes sociales
Las redes sociales estadounidenses han sido manipuladas para promover contenidos contra Falun Gong. En X, una investigación de The Epoch Times descubrió que se habían utilizado miles de cuentas falsas para compartir los artículos difamatorios de The New York Times y otra propaganda contra Falun Gong. La plataforma, tras ser alertada, eliminó muchas de las cuentas, pero se han creado continuamente otras nuevas.
Algunas de las cuentas falsas eran sofisticadas; se ganaron seguidores durante meses, o incluso años, publicando todo tipo de contenidos no relacionados, como fotos de la naturaleza, comida, animales y viajes, antes de mezclar abruptamente contenidos contra Falun Gong.

En YouTube, en los últimos años han aparecido decenas de vídeos en inglés contra Falun Gong, algunos producidos por personas influyentes que repiten los mismos argumentos extraídos de la propaganda del PCCh.
Según los denunciantes, los funcionarios de seguridad pública chinos han recibido órdenes de apoyar a los youtubers que presentan a Falun Gong y Shen Yun de forma negativa.
Uno de los youtubers mencionados específicamente por los denunciantes se ha atribuido el mérito de haber proporcionado fuentes a los periodistas del New York Times.
Este hombre ha proferido comentarios amenazantes contra el personal de Shen Yun y, en 2023, el FBI emitió una advertencia a las fuerzas del orden indicando que era «potencialmente armado y peligroso» después de que fuera visto cerca del campus de Shen Yun en el norte del estado de Nueva York.
Posteriormente fue detenido y acusado de posesión ilegal de armas de fuego.
Algunas cuentas falsas en X acumularon seguidores durante meses o años con contenido no relacionado antes de publicar repentinamente material contra Falun Gong
Uno de los denunciantes del PCCh señaló que el youtuber no es un agente del PCCh, sino que está «completamente utilizado» por el Ministerio de Seguridad del Estado del PCCh.
«Enviará cualquier cosa que le proporcionen, quizá sin saber que proviene del PCCh. Los agentes no le revelarán su identidad, pero él ya es un peón del PCCh», afirmó el denunciante, según un informe del Centro de Información de Falun Dafa.

Guerra jurídica
En los últimos años, un estadounidense con vínculos comerciales de larga data con China presentó repetidamente demandas ambientales defectuosas contra el campus de Shen Yun en el condado de Orange, Nueva York. La más reciente fue desestimada por un juez federal en septiembre de 2024 —esta vez «con perjuicio»— por lo que no puede volver a presentarse.
En julio de 2024, dos chino-estadounidenses, John Chen y Lin Feng, se declararon culpables de actuar como agentes de Pekín tras intentar sobornar a un agente del IRS para que abriera una investigación falsa contra Shen Yun.
En julio de 2024, John Chen y Lin Feng se declararon culpables de actuar como agentes de Pekín tras intentar sobornar a un agente del IRS para que abriera una investigación falsa sobre Shen Yun

Amenazas de muerte
Algunos de los correos electrónicos amenazantes dirigidos a Shen Yun fueron enviados desde direcciones de correo electrónico que pertenecen al Ministerio de Justicia de Taiwán. Los metadatos de los correos electrónicos —revisados por The Epoch Times— muestran que los correos fueron procesados por los propios servidores de correo electrónico del ministerio, lo que indica que alguien obtuvo acceso a esas cuentas de correo electrónico. Sin embargo, varios expertos en ciberseguridad dijeron a The Epoch Times que la información de los metadatos podría ser falsificada.
Sin embargo, según varios expertos, falsificar las huellas digitales detalladas de varios servidores de correo electrónico del Ministerio de Justicia de Taiwán parecería innecesario si el culpable fuera simplemente un individuo empeñado en sabotear a Shen Yun.
No descartamos atacar a los miembros del Congreso que apoyan a Falun Gong. Email Threat
Las amenazas se han vuelto cada vez más gráficas y específicas. En enero, una amenaza afirmaba que el remitente había fabricado «una gran cantidad de bombas incendiarias» con alcohol y botellas de vidrio y que las utilizaría para incendiar los estudios de entrenamiento de Shen Yun. El remitente afirmaba que incendiaría edificios y coches y que acuchilaría a cualquiera que intentara detenerlo. También «atacaría a los congresistas que apoyan a Falun Gong», afirmaba el correo electrónico.
La semana anterior se enviaron otras dos amenazas, según los correos electrónicos revisados por The Epoch Times.
«No descartamos atacar a los miembros del Congreso que apoyan a Falun Gong», decía uno.
«¡Se instalarán y detonarán bombas en las residencias de estos miembros del Congreso o en sus vehículos, o cerca de ellos!».

La Policía del Capitolio de los Estados Unidos y el FBI fueron informados de las amenazas.
Algunos de los remitentes han intentado hacerse pasar por disidentes chinos o incluso por funcionarios del Gobierno taiwanés, entre ellos la vicepresidenta de Taiwán, Hsiao Bi-khim.
La Oficina de Investigación Criminal de Taiwán afirmó que una investigación interinstitucional rastreó algunos de los correos electrónicos hasta Xi’an, capital de la provincia de Shaanxi, en el centro de China. Los correos electrónicos parecen provenir de un lugar cercano al Instituto Huawei Xi’an, un centro de investigación de la empresa que ahora desempeña un papel clave en las ambiciones tecnológicas globales de Pekín, según confirmaron las autoridades taiwanesas.
El 20 de abril, varias bibliotecas de la ciudad de Nueva York recibieron amenazas dirigidas a eventos organizados por practicantes locales de Falun Gong. El remitente de los correos electrónicos, uno de los cuales fue obtenido por The Epoch Times, amenazó con estrellar un coche contra un desfile de Falun Gong en Queens el 25 de abril. Sin embargo, el desfile ya se había celebrado el 19 de abril. Aun así, la sucursal de la biblioteca local fue evacuada durante varias horas el 21 de abril.
El Centro de Servicio Global para Renunciar al Partido Comunista Chino (Tuidang Center), con sede en Nueva York y dirigido por practicantes de Falun Gong, recibió amenazas similares entre el 20 y el 28 de abril. Los seis mensajes amenazaban con atentados con bombas, tiroteos, accidentes de tráfico, violaciones, secuestros de niños y otros actos terroristas, dirigidos en su mayoría contra practicantes y simpatizantes de Falun Gong.
Un funcionario de la comisaría 109 de la policía de Nueva York confirmó que los correos electrónicos recibidos por el centro eran similares a los enviados a la biblioteca y que las direcciones IP de los remitentes se encontraban en China.

Manifestantes a sueldo
Desde hace tiempo se sabe que el PCCh organiza e incluso paga a personas para que se manifiesten en su nombre, normalmente con el objetivo de acallar a los defensores de los derechos humanos durante las visitas de funcionarios del PCCh al extranjero. Recientemente, parece haberse producido un nuevo fenómeno: se está pagando a occidentales para que organicen este tipo de protestas, concretamente contra Falun Gong.
Las protestas suelen contar con media docena de participantes —en su mayoría personas no chinas de ascendencia negra e hispana— que sostienen pancartas y distribuyen versiones en inglés de propaganda contra Falun Gong que se encuentra habitualmente en China.
El 9 de mayo, estos manifestantes se presentaron junto a un desfile de Falun Gong en Manhattan. El grupo —formado por menos de diez manifestantes, en su mayoría negros— gritaba mientras caminaba en paralelo al desfile y, en ocasiones, se agolpaba alrededor de un hombre chino con una chaqueta verde lima, que los grababa con su teléfono durante todo el proceso.
Ha surgido una nueva tendencia, principalmente entre personas de ascendencia negra e hispana, que portan pancartas y distribuyen propaganda contra Falun Gong, muy común en China
Hacia el final del desfile, un colaborador independiente de Epoch Times presenció cómo un agente de policía preguntaba a un hombre del grupo si le habían pagado.
El hombre respondió afirmativamente, diciendo «200 dólares», una cifra que el agente repitió dos veces. El agente se dio la vuelta y dijo a sus compañeros: «Os lo dije, les han pagado», relató el colaborador independiente.
Otros tres manifestantes que habían participado en protestas similares anteriormente —dos chinos y un hombre negro— dijeron que participaban porque necesitaban el dinero. Otra persona —un hombre hispano— describió la actividad como «trabajo».

Los practicantes de Falun Gong han sido testigos recientemente de otros casos de interferencia inusual.
El 29 de abril, un hombre desconocido destrozó uno de los puestos de Falun Gong en la ciudad de Nueva York. Un testigo del incidente, Chen Yikui, dijo que él y otros practicantes también fueron acosados mientras realizaban sus ejercicios matutinos en el parque Kissena, en el barrio de Flushing, donde vive la mayor población china de la ciudad de Nueva York, entre el 30 de abril y el 2 de mayo. Algunos espectadores, aparentemente chinos, pusieron música china a todo volumen y les lanzaron insultos a ellos y a Falun Gong.
Chen dijo que este tipo de acoso nunca había ocurrido antes y que cree que forma parte de la campaña del PCCh.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Unraveling the CCP’s Playbook for Transnational Repression in America»
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