Llegaron las fiestas y, con ellas, las invitaciones a cenas, reuniones familiares, comidas compartidas e intercambios de regalos. Usted quiere estar en la lista de invitados y, más importante aún, que vuelvan a contar con su presencia.
Según una encuesta de OnePoll de 2023 encargada por Avocado Green Mattress, dos de cada tres estadounidenses les dicen a sus invitados que se sientan como en casa, solo para arrepentirse después, cuando estos se exceden o dejan todo desordenado.
Recibir una invitación para ir a casa de alguien es tanto un acto de hospitalidad como un gesto de confianza, y conlleva una expectativa tácita de reciprocidad. Cuando alguien le da la bienvenida, es una muestra de cortesía corresponder a esa atención.
Si bien las diferencias culturales y las tradiciones familiares pueden complicar la tarea de ser un invitado ejemplar, existen normas ampliamente aceptadas que le ayudan a comportarse de forma atenta y considerada en prácticamente cualquier entorno.
5 pilares para ser un buen invitado
Ser un excelente invitado no requiere memorizar un sinfín de reglas. Si se centra en estos cinco principios, podrá desenvolverse con soltura en casi cualquier situación social.
1. Seguir los ritmos de la casa
Cada hogar tiene sus propias reglas y rutinas. Algunos anfitriones mencionan las normas de la casa, como «no se permite comer en las habitaciones» o «no se debe alimentar a las mascotas». Otros pueden ser demasiado reservados o estar demasiado ocupados como para explicarlas. Un invitado atento anticipa esta situación y pregunta con antelación.
«Los invitados atentos son en parte antropólogos y en parte detectives», declaró Jodi RR Smith, consultora de etiqueta y propietaria de Mannersmith Etiquette Consulting, a The Epoch Times. Captan las señales, desde la hilera de zapatos en la puerta hasta el momento en que el anfitrión mira el reloj y empieza a recoger.
Manténgase atento al ambiente de la reunión. Algunos encuentros son animados y enérgicos, mientras que otros son más tranquilos e íntimos. Leer la situación y ajustar su energía en consecuencia le ayudará a integrarse de forma natural y a respetar la atmósfera que su anfitrión tenía en mente.
Los anfitriones marcan el ritmo de la reunión, desde el menú y el horario hasta el tono general del evento. Una vez que se compartan esos planes, siga sus indicaciones.
La puntualidad es clave para ese ritmo. Antoinette Akanji, consultora certificada de etiqueta con sede en Londres, comentó a The Epoch Times la importancia de llegar unos minutos después de la hora programada, de modo que el anfitrión disponga de margen para los preparativos de último minuto.
2. Ser realmente de ayuda
Recibir invitados es una experiencia exigente tanto física como socialmente, y un invitado atento reconoce el esfuerzo que supone. Pequeños gestos, como la puesta de la mesa, el traslado de los platos a la cocina o echar una mano con los abrigos, pueden resultar muy valiosos.
«A veces, los invitados no logran encontrar el equilibrio para ser serviciales», declaró Sydney Dunn, propietaria de Sydney Dunn Etiquette, a The Epoch Times. Una actitud demasiado pasiva puede interpretarse como dejadez, mientras que un afán excesivo por ayudar puede llegar a resultar agobiante para el anfitrión.
Hay que encontrar un punto medio: «Ofrécete a ayudar, pero no insistas si se niegan», señaló Akanji, que recuerda que algunos anfitriones prefieren que nadie se inmiscuya en su caos interno. Para manejar esta situación, basta con preguntar: «¿Necesitas ayuda con algo?» y seguir su ejemplo. El objetivo es integrarse, no obligar al anfitrión a adaptarse a usted.
Maxim von Sabler, psicólogo clínico de Melbourne, propone un enfoque práctico: observar el nivel de energía del anfitrión y ajustar su participación a sus necesidades. Si parece abrumado, una ayuda pequeña y discreta —como rellenar una jarra u ordenar un rincón— puede ser oportuna, incluso sin que se la pidan.
3. No llegar con las manos vacías
Llevar un regalo para el anfitrión es una de las formas más sencillas de expresar gratitud. Un detalle tangible —pequeño, meditado y adecuado— sigue siendo un gesto de cortesía, y no tiene por qué ser caro.
Para las reuniones navideñas, un obsequio de temporada puede resultar especialmente apropiado. Para Acción de Gracias o Navidad, Akanji sugiere regalos sencillos como mermelada casera, frutos secos especiados, aceite de oliva o un pequeño adorno. «Sin embargo, una buena caja de bombones de calidad no está de más», añadió.
Si desea llevar comida, conviene consultarlo antes. «Llevar un plato que no se ajuste al menú planificado puede considerarse una falta de respeto», advirtió Akanji.
August Abbott, experta en etiqueta de JustAnswer, comentó a The Epoch Times que, si conoce bien al anfitrión, un regalo seleccionado a partir de sus preferencias o de algo que haya mencionado de pasada puede resultar especialmente significativo. Aunque las tarjetas de regalo son una opción, Abbott recomienda lo que denomina el «regalo de esfuerzo a la antigua». «Algo que tiene que buscar, que requiere salir a encontrarlo… es mucho más personal», señaló.
Aun así, los regalos no siempre tienen que ser tangibles. A veces, su presencia y su energía resultan más valiosas. «La presencia es el verdadero presente», dijo Lisa Mirza Grotts, profesional certificada en etiqueta con 25 años de experiencia. «Una actitud alegre supera cualquier botella de vino», añadió.
4. Mostrar la presencia adecuada
Muchas reuniones no salen bien porque los invitados llegan con estrés sin resolver: se presentan tensos, irritables o predispuestos a la discusión.
«Antes de cruzar esa puerta, tómese cinco minutos para poner realmente su sistema nervioso en modo social», declaró von Sabler a The Epoch Times.
A lo largo de la historia, se ha esperado que los invitados aporten algo valioso. «Hoy en día, una conversación animada basta», indicó Smith.
Procure transmitir calidez con gestos sencillos, señaló Dunn: sonreír con frecuencia, mantener la conversación fluida sin monopolizarla y hacer un esfuerzo por incluir a los asistentes más reservados.
Las personas más recordadas en una reunión suelen ser quienes formulan buenas preguntas y escuchan con atención las respuestas, añadió Abbott. Esa actitud permite captar matices que después pueden enriquecer la conversación.
Participe de forma activa, ya sea durante las comidas, los intercambios en la conversación o las actividades previstas, recomendó Kristi Spencer, fundadora de The Polite Company, a The Epoch Times. «Si se han organizado charadas después de la cena, participe con una sonrisa, incluso si no es lo que usted considera un plan ideal», manifestó.
Si la noche se alarga y empieza a sentirse cansado, es preferible no decirlo abiertamente. Es probable que su anfitrión esté aún más fatigado, y los comentarios sobre el agotamiento pueden interpretarse, aunque no sea su intención, como una señal de que ha llegado el momento de dar por terminada la reunión.
5. Expresar una gratitud sincera
El agradecimiento es uno de los aspectos más sencillos y, al mismo tiempo, más significativos de ser un buen invitado. «Felicite a su anfitrión por algo concreto», aconsejó Akanji, «pero asegúrese de que sea sincero».
Los cumplidos pueden hacerse durante el evento y también después. «Al final de la velada, no olvide dar las buenas noches», indicó Grotts. Un breve mensaje posterior o una nota escrita a mano pueden expresar ese agradecimiento, pero siempre es preferible enviarlos pronto y no con retraso.
No haga de ser un buen invitado una obligación
Con la lista de lo que se debe y no se debe hacer, algunos invitados pueden sentirse inseguros o abrumados por el esfuerzo que parece requerir comportarse a la altura de esas expectativas.
La solución pasa por cambiar de mentalidad. «Cuando alguien le invita a su casa, le está ofreciendo una parte de su mundo», señaló Akanji. «Céntrese menos en su “desempeño” y más en hacer que el anfitrión se sienta valorado. La gratitud realmente transforma el ambiente; cuando se actúa desde el agradecimiento, nunca se vive como una obligación».
Spencer sugiere presentarse con un propósito claro, ya sea practicar habilidades de comunicación o profundizar en las relaciones. «Cuando tiene un objetivo en mente y busca oportunidades, es más probable que las encuentre».
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «The Art of Being a Good Guest–5 Tips That Will Get You Invited back».
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