El imperio fantasma chino: líder mundial en la trata de seres humanos

En las profundidades de la segunda economía mundial persiste una realidad tan oscura como desesperanzadora

Por James Gorrie
23 de noviembre de 2025 09:00 Actualizado: 23 de noviembre de 2025 09:00

Además de sus avances en inteligencia artificial, robótica y otros campos tecnológicos, China se ha convertido en uno de los protagonistas de una de las formas más antiguas de explotación humana: la trata de personas.

Según el Informe sobre la Trata de Personas de 2024 del Departamento de Estado de Estados Unidos, China se mantiene en el Nivel 3 —el más bajo— por no cumplir los estándares mínimos en la lucha contra este flagelo y por la complicidad de autoridades en abusos generalizados.

Esto no es solo un delito cruel: es terror, abuso y mutilación orquestados por el Estado. El Partido Comunista Chino (PCCh) desempeña un papel central en este sórdido comercio, pues utiliza su control totalitario sobre una población inmensa para alimentar una industria multimillonaria basada en el trabajo forzado, la esclavitud sexual y el tráfico de órganos. El régimen dirige sus ataques contra grupos vulnerables no solo para sofocar la disidencia y sembrar el miedo, sino también para obtener ganancias ilícitas.

La red china de trata de personas

La implicación del PCCh en la trata de personas no es nueva en términos históricos: otros imperios han perpetrado atrocidades similares durante siglos, incluso milenios. Sin embargo, bajo el Partido Comunista Chino, la trata deja de ser un fenómeno marginal para convertirse en una estructura sistemática.

Empresas estatales vinculadas a estas redes generan miles de millones de dólares al año, sustentadas en tecnología de vigilancia avanzada y en la influencia financiera de Pekín. Sus tentáculos se extienden mucho más allá de las fronteras nacionales y alcanzan a refugiados y disidentes. Desde el secuestro de niños en zonas rurales hasta la extracción y venta sistemática de órganos a presos de conciencia, pasando por la esclavitud sexual internacional, ninguna víctima ni modalidad de explotación parece quedar fuera del alcance del PCCh.

Trata de menores para trabajos forzados y adopción

La crisis migratoria interna alimenta la explotación infantil. Con decenas de millones de trabajadores desplazados desde zonas rurales hacia las ciudades, muchos niños quedan a cargo de otros familiares —o completamente solos— mientras sus padres buscan empleo. Según algunas estimaciones, millones de estos menores son secuestrados o vendidos cada año a ladrilleras, fábricas u hogares que recurren a adopciones fraudulentas. Se trata de una forma de esclavitud moderna distinta del tráfico de órganos.

Según el Índice Global de Esclavitud (IGE) de 2023, en 2021 vivían en situación de esclavitud en China 5,8 millones de personas, lo que equivale a casi cuatro por cada mil habitantes.

Mujeres víctimas de la trata: explotación sexual y matrimonios forzados

Más allá del afán de lucro, otros factores agravan este fenómeno. Debido a la política del hijo único, en China hay entre 30 y 40 millones más de hombres que de mujeres, lo que genera una escasez de potenciales esposas. Para afrontar esta crisis demográfica, las autoridades hacen la vista gorda ante la importación fraudulenta de mujeres mediante engaños o coacción.

Mujeres procedentes de Birmania (Myanmar), Vietnam, Corea del Norte o Pakistán son engañadas con falsas ofertas de empleo antes de ser vendidas por entre 3000 y 13 000 dólares (entre 2600 y 12 000 euros) para matrimonios forzados, prostitución o como concubinas. El Informe sobre la Trata de Personas de 2024 señala que los traficantes recurren a intermediarios dudosos, lo que expone a las víctimas a violaciones, embarazos forzados y servidumbre doméstica. Las refugiadas norcoreanas son especialmente vulnerables por el riesgo de deportación. Human Rights Watch estima que este «comercio de novias» mueve miles de millones de dólares, y las mujeres de minorías étnicas sufren una doble discriminación.

La situación de Xiao Huamei, que en 2022 apareció encadenada tras haber sido vendida varias veces a lo largo de 24 años, puso en evidencia los fallos sistémicos en la lucha contra la trata de personas, pero las autoridades chinas restaron importancia al caso.

Tráfico transfronterizo de mujeres norcoreanas: contrabando y deportaciones forzadas

La frontera norte entre China y Corea del Norte, con una vigilancia limitada, se ha convertido en una ruta clave para el tráfico de personas. Las mujeres norcoreanas que huyen del hambre y la represión son presa fácil. Se estima que hasta 500 000 de ellas están atrapadas en las provincias de Jilin, Liaoning y Heilongjiang, donde se las vende en un mercado que mueve 105 millones de dólares (91 millones de euros) al año.

El tráfico sino-coreano es trágicamente directo. Los tratantes atraen a las mujeres con promesas de empleo y luego las obligan a ejercer la prostitución, a sufrir explotación sexual en línea o a contraer matrimonio. Según la organización Iniciativa para el Futuro de Corea, en la última década se han documentado más de 4340 casos. Liberty in North Korea calcula que el 60 % de los desertores norcoreanos son víctimas de trata, lo que evidencia una red que combina geopolítica y crimen organizado.

Redes de trata de personas en Oriente Medio y el sur de Asia: estafas matrimoniales transfronterizas

La demanda china de mujeres para matrimonio se extiende a Oriente Medio y el sur de Asia, donde los traficantes se aprovechan de acuerdos económicos y de la porosidad de las fronteras para captar mujeres de Pakistán, Bangladesh y otros países. Estas redes combinan la iniciativa china de la Franja y la Ruta con la trata de personas, exportando la crisis demográfica a regiones enteras de Asia.

El fenómeno no es nuevo: se ha documentado desde hace años.

Tráfico de órganos y persecución política: disidentes, Falun Gong y cristianos

Desde 1999, el Partido Comunista Chino ha perseguido a los practicantes de Falun Gong, quienes, a partir de 2000, se convirtieron en objetivos principales del tráfico de órganos. Se estima que la industria china de trasplantes mueve hasta mil millones de dólares (866 000 millones de euros) anuales, impulsada por la extracción forzada de órganos a presos de conciencia, una práctica vinculada tanto a la represión política como al intento de silenciar toda forma de disidencia. Cada año se realizan entre 60 000 y 100 000 trasplantes cuya procedencia no puede explicarse más que por la obtención de órganos de presos de conciencia previamente sometidos a análisis de sangre.

(De izquierda a derecha) Robert Destro, ex subsecretario de Estado para los Derechos Humanos; Cheng Peiming, practicante de Falun Gong y víctima de tráfico de órganos en China, y el Dr. Charles Lee, investigador especializado en tráfico de órganos, en una conferencia en Washington el 9 de agosto de 2024. (Madalina Vasiliu/Epoch Times)

En 2019, el Tribunal sobre China concluyó que se habían producido sustracciones masivas de órganos que causaron la muerte de las víctimas. En 2021, expertos de la ONU señalaron que estas prácticas afectaban a practicantes de Falun Gong, uigures, tibetanos y cristianos. En julio pasado, la prensa reveló que el régimen pretende triplicar el número de clínicas dedicadas a la sustracción de órganos en Xinjiang, una región con una amplia población uigur.

¿Hasta cuándo durará esto?

¿Podemos esperar que cesen estas prácticas atroces del PCCh contra su propia población y contra ciudadanos de otros países?

Algún día deberán terminar, pero para ello sería necesario que desapareciera el Partido Comunista Chino.

Mientras tanto, aunque el mundo admire los avances tecnológicos de la China gobernada por el PCCh, no debe olvidarse que también es el mayor estado de vigilancia del planeta, que reprime a minorías étnicas, disidentes políticos y grupos religiosos, y permite que una élite corrupta prospere gracias a una cadena de suministro global basada en el sufrimiento humano.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Francia con el título «L’empire fantôme chinois: leader mondial de la traite des êtres humains».

Cómo puede ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.