El martes, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el nombramiento de Jorge Pérez Naharro como nuevo director del Gabinete del director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, un cargo que ha desatado críticas por su aparente redundancia y por ser el tercer cambio en este puesto en menos de un año.
Avalado por el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, y aprobado en el Consejo de Ministros del 29 de julio, este nombramiento ha reavivado el debate sobre el aumento de asesores y cargos de confianza bajo el gobierno de Pedro Sánchez.
Las críticas, lideradas por el PP y Vox, señalan un gasto público desmesurado. Sin embargo, esta práctica no es exclusiva del PSOE.
Un cargo que suena a broma, pero no lo es
Pérez Naharro, exconcejal socialista de Alcorcón y asesor parlamentario del PSOE en el Congreso hasta 2024, asumió el cargo de director del Gabinete del director del Gabinete, reemplazando a Ana Ruipérez, nombrada en septiembre del año pasado.
Desde el PP han ironizado sobre la existencia de este puesto, que depende del director del Gabinete de la Presidencia, Diego Rubio.
«Nombran a un jefe de gabinete del jefe de gabinete», señaló el diputado Sergio Sayas añadiendo que no es casual que la designación se haya realizado durante las vacaciones. «Lo publican en agosto para que no te enteres», afirmó en X.
Desde Vox, la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, también optó por el sarcasmo aludiendo a la consigna del PSOE de que «el dinero público no es de nadie»: «en realidad quiere decir que es suyo».
«Pronto habrá otro director de gabinete, del director de gabinete, del director de gabinete, del … Qué fácil es repartir lo que no es suyo. Socialismo en estado puro: corrupción», remató el portavoz del partido en las Cortes Valencianas, José María Llanos.
El vicio compartido del bipartidismo
Más allá de las críticas hacia la designación de Pérez Naharro, hay que destacar que el cargo en cuestión no es nuevo. Durante el gobierno de Mariano Rajoy (2011-2018) también se incluyó, con Valentina Martínez Ferro ocupándolo en 2012.
En ese sentido, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha contestado a las burlas del PP sobre el nombramiento del director del gabinete del director del gabinete de Sánchez esgrimiendo que esto «es la Ley del Embudo» refiriéndose a que ese mismo alto cargo ya existía antes de que Pedro Sánchez llegase a la Moncloa.
En honor a la verdad, el controvertido cargo existe —por lo menos— desde el año 2005, cuando se nombró a Mercedes López Revilla durante el primer mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
La fiebre de asesores
El nombramiento de Pérez Naharro es solo un ejemplo de una tendencia más amplia.
Según el Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, a 1 de enero de 2025 —último dato disponible— el gobierno de Sánchez contaba con 948 asesores y personal de confianza, 344 más que los 604 registrados en el último año de Rajoy en 2018.
Más de la mitad de ellos se encuentran bajo el Ministerio de la Presidencia de Félix Bolaños.

«En la mayoría de los casos se relacionan estos trabajadores eventuales con asesores y consejeros de nivel 30, 29 y 28 y con sueldos que superan los 60.000 euros», resalta un informe de The Objective.
De acuerdo a la publicación, el coste de altos cargos y asesores superó el año pasado los 166 millones. «La partida es con diferencia la mayor de la serie histórica», señala el redactor jefe Enrique Morales describiendo que esto significa un 50 % más que las obligaciones reconocidas en 2017.
Se trata de «la mayor cantidad de asesores jamás contratada en un gobierno», resalta el economista Daniel Lacalle.
«Pedro Sánchez y Félix Bolaños son una mediana empresa. Obviamente, pagada por todos nosotros. Tienen más asesores a su disposición que la inmensa mayoría de las medianas empresas», agrega el especialista español en una intervención emitida a finales del año pasado en su programa Money & Market del canal Negocios TV. «Tenemos un gasto burocrático absolutamente increíble», sintetiza al respecto.
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España, campeona europea en asesores
En efecto, en el contexto europeo, España destaca por su elevado número de asesores.
Según The Objective, en enero de 2024, el gobierno español tenía 795 asesores (con 48 millones de habitantes), frente a los 128 del Reino Unido (con 68 millones de habitantes) y los 356 de Francia (con una población similar).
De acuerdo a datos analizados por el sitio web a partir de la Oficina de Gabinete británica, el gasto en asesores en el Reino Unido entre abril de 2023 y marzo de 2024 fue de 12 millones de euros, 65 millones menos que los 77 millones gastados por España en un período similar.
«Los datos obtenidos muestran un descontrol en el número de asesores y su función», concluye en su informe Morales.
Despilfarro sin precedentes
El aumento de asesores y altos cargos tiene un impacto directo en el gasto público, un tema sensible en el actual contexto de presión fiscal.
En 2024, el gobierno destinó 161 millones de euros a altos cargos y asesores, un 44 % más que en 2018 bajo Rajoy.
Estas cifras comparativas dejan «en evidencia el despilfarro español», opina Borja Negrete de Vozpópuli.
En otras palabras, el nombramiento de Jorge Pérez Naharro refleja una tendencia que, aunque arraigada en el bipartidismo, ha alcanzado bajo Sánchez un nivel sin precedentes. Tal vez por ello no sorprenda que la palabra «despilfarro» aparezca cada vez con más frecuencia en el debate público.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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