En resumen:
Prohibición general, aprobada por el Parlamento húngaro, de la producción y venta de carne cultivada en laboratorio.
Motivación oficial basada en la preocupación por los riesgos para la salud y en la defensa de las dietas tradicionales.
Advertencia de la Unión Europea (UE) a Budapest sobre las posibles consecuencias para la libre circulación de mercancías.
El Parlamento húngaro ha aprobado una prohibición general de la producción y comercialización de carne cultivada en laboratorio, es decir, de productos obtenidos a partir de células animales fuera de un organismo vivo. En la votación celebrada esta semana, 140 diputados se pronunciaron a favor, 10 en contra y 18 se abstuvieron.
El ministro de Agricultura, István Nagy, explicó en sus redes sociales: «Si separamos la producción de alimentos de la agricultura, perdemos nuestra cultura. Por eso, nuestro país prohíbe la producción y comercialización de carne cultivada en laboratorio».
Hungría sigue los pasos de EE. UU. e Italia
En EE. UU., Florida fue el primer estado en aprobar una prohibición en mayo del año pasado. En Italia, una ley similar entró en vigor en 2023. En paralelo, en 2024, un fabricante francés presentó ante la UE la primera solicitud formal de autorización de carne cultivada en laboratorio.
Hungría adopta así una posición definida sobre un tema controvertido tanto desde la perspectiva política como desde la de la salud pública. El ministro Nagy recalcó que ni la alimentación ni un futuro seguro son posibles sin los agricultores e insistió en que la sociedad no debe apartarse del ciclo natural de la vida animal.
Foto: Peter Takacs / iStock
El ministro quiere la regulación más estricta posible
Según los autores, la ley se justifica por la necesidad de proteger la salud humana y el medio ambiente, promover una agricultura sostenible y preservar los modos de vida rurales tradicionales. El ministro Nagy destacó que Hungría ha estudiado a fondo el tema de la carne cultivada y ha tramitado la normativa conforme a los procedimientos requeridos por la UE.
El texto legal no detalla riesgos concretos para la salud. No obstante, precisa que «se debe hacer todo lo posible para eliminar o reducir cualquier posible efecto negativo para la salud». En términos generales, señala que «los alimentos artificiales que entran en el cuerpo humano también pueden suponer un riesgo significativo».
Según el legislador, estas tecnologías y métodos de producción que se apartan de los sistemas tradicionales también implican riesgos potenciales que pueden afectar a valores fundamentales. El texto legal reconoce que aún no existen soluciones definitivas para estos desafíos.
La postura de Hungría permanece firme: considera necesaria la regulación más estricta posible. «La carne cultivada es una invención, y estamos comprometidos con nuestra cultura. En lugar de una producción basada en la incubación, deberíamos optar por alimentos seguros y de origen local», afirmó el ministro.
Como consecuencia, Hungría establece una prohibición total de la producción y distribución de carne cultivada en laboratorio. Las únicas excepciones se aplican a usos médicos y veterinarios, y aun así de forma muy limitada.
Un pilar de la cultura alimentaria europea
El Gobierno húngaro mantiene su apuesta por los métodos tradicionales de producción y consumo de carne y productos lácteos. Los sustitutos vegetales continúan permitidos, pero la carne artificial —cultivada en laboratorio a partir de células animales reales— queda prohibida.
Para elaborar este tipo de carne, los investigadores extraen una pequeña muestra de tejido —por ejemplo, de pollo o de vaca— y multiplican las células en biorreactores, recipientes ricos en nutrientes que permiten su cultivo fuera del organismo vivo.
Foto: Ben Stansall/AFP vía Getty Images
La prohibición en Hungría ya se debatió el verano pasado. Según el ministro de Agricultura, el Gobierno húngaro reafirma con esta medida su compromiso con una producción de alimentos vinculada a las tierras cultivables y con el fortalecimiento de las zonas rurales.
El año pasado, el Ejecutivo de Viktor Orbán abrió un debate en el Consejo de la UE sobre el posible impacto negativo de los nuevos alimentos en las tradiciones culinarias europeas.
Budapest recalcó que la carne y los productos lácteos de origen agrícola siguen siendo una piedra angular de la cultura alimentaria europea. Otros países, como la República Checa, Chipre, Grecia, Luxemburgo, Lituania, Malta, Rumanía y Eslovaquia, señalaron también en una carta conjunta que la carne cultivada en laboratorio representa una amenaza para los «métodos genuinos de producción alimentaria».
¿Infringe la prohibición en Hungría la legislación de la UE?
Aunque ya se ha presentado una solicitud en Bruselas, la Unión Europea aún no ha aprobado ningún producto cárnico cultivado en laboratorio a partir de células cultivadas.
Al mismo tiempo, la Comisión Europea señaló al gobierno húngaro el año pasado que la prohibición prevista podría poner en peligro la libre circulación de mercancías dentro de la Unión y podría infringir la normativa de la UE sobre nuevos alimentos.
Según un informe de Euractiv, la República Checa, Lituania, los Países Bajos y Suecia también compartieron estas preocupaciones y afirmaron que la medida húngara podría obstaculizar la innovación en Europa.
El centro de estudios Good Food Institute, con sede en Bruselas y especializado en proteínas alternativas, calificó la prohibición húngara de «legalmente insostenible e inútil». Queda por ver si la medida del gobierno húngaro tendrá consecuencias legales en Bruselas.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Laborfleischverbot in Ungarn: Parlament stärkt Landwirte und traditionelle Lebensmittelkultur»
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