El efectivo es más que un simple medio de pago: representa independencia. Privacidad y confianza. Sin embargo, en Alemania el uso de dinero en efectivo lleva años disminuyendo drásticamente: en 2017, aproximadamente el 75 por ciento de los ciudadanos pagaba predominantemente en efectivo, pero en 2023 esta cifra había caído a poco menos del 50 por ciento. Así lo revela una encuesta de opinión realizada por el Deutsche Bundesbank en abril de este año sobre el uso del dinero en efectivo en la sociedad alemana.
El estudio del Bundesbank advierte de un posible círculo vicioso: un menor uso de efectivo puede conducir a una menor disponibilidad (por ejemplo, menos cajeros automáticos), subrayan los Bundesbankers. Esto, a su vez, podría conducir a una reducción adicional en la aceptación en el comercio minorista.
La mayoría quiere un futuro en efectivo
A pesar de la tendencia hacia los métodos de pago digitales, alrededor de dos tercios de la población considera que el efectivo es importante a nivel personal y, un número aún mayor, le concede una gran importancia social. Las principales ventajas que ven son la fiabilidad técnica, la posibilidad de pagos anónimos, la inclusión financiera y la función educativa para los niños.
Críticas como la evasión fiscal, los atentados con bombas en los cajeros automáticos o los altos costes no convencen lo suficiente a muchos encuestados como para renunciar al dinero en efectivo. Una clara mayoría también quiere un futuro con efectivo a largo plazo.
Por ello, los defensores del efectivo miran con inquietud, por ejemplo, a España. Las regulaciones sobre el efectivo se han endurecido considerablemente en los últimos años. En el marco de la llamada Ley Antifraude Fiscal, el límite máximo para pagos en efectivo en España se fijó en 1000 euros en 2021. Las personas físicas que no sean residentes fiscales en España pueden pagar hasta 10 000 euros en efectivo.
España endurece las normas sobre retirada de efectivo
A principios de año, las normas en España se endurecieron nuevamente. Cualquier persona que desee retirar más de 3000 euros deberá registrarlo electrónicamente en la Agencia Tributaria con al menos 24 horas de antelación.
Cualquier persona que desee retirar más de 100 000 euros deberá notificar su intención a la Administración Tributaria con 72 horas de antelación. Los bancos sólo podrán abonar el importe después de que se haya presentado dicho registro.
Hasta ahora, las retiradas de dinero en España de 3000 euros o más solo tenían que ser comunicadas por el banco al Banco de España. Posteriormente informaron las transacciones a las autoridades fiscales. Esto seguirá siendo así en el futuro, incluso después de que se endurezcan las condiciones de retirada.
El uso de efectivo también disminuye en España
El efectivo sigue siendo un medio de pago importante en España. Según un estudio de 2023 del Banco de España, el 65 por ciento de la población española utilizaba efectivo a diario y el 60 por ciento afirmaba que el efectivo era su principal medio de pago en los puntos de venta físicos.
Sin embargo, también en España se observa una tendencia a la baja. Según el último estudio del Banco de España, la proporción de usuarios diarios de efectivo descendió al 57 por ciento en 2024 . Sin embargo, el efectivo sigue siendo el medio de pago más utilizado en los comercios de España, especialmente entre las personas mayores y en las comunidades más pequeñas.
El Informe sobre pagos globales 2024 del Boston Consulting Group (BCG) examinó con qué frecuencia los consumidores de diferentes países europeos pagaron electrónicamente durante el año. El resultado: España estaba entre los rezagados europeos en términos de transacciones de pago electrónico.
Mientras que Noruega, el líder, utiliza el pago electrónico de media 815 veces per cápita al año, seguido de Luxemburgo (753) e Irlanda (705), los españoles utilizan el pago electrónico de media sólo 288 veces per cápita. Sólo en Malta (243) e Italia (194) las opciones de pago electrónico se utilizaron con menor frecuencia. A modo de comparación: en promedio, los consumidores alemanes realizaron 304 pagos electrónicos per cápita en 2023.
Según estimaciones del Boston Consulting Group (BCG), los ingresos globales de las empresas financieras ascendieron el año pasado a alrededor de 1600 millones de euros. Esta suma incluye, entre otros, los ingresos procedentes de comisiones e intereses en el ámbito de las operaciones de pago. En los últimos cinco años, los ingresos procedentes del negocio de pagos han aumentado una media del 9 por ciento anual. Sin embargo, BCG predice que este crecimiento podría disminuir a alrededor del 5 por ciento anual para 2028.
Según los autores del estudio, una de las razones es que los pagos en efectivo ya han disminuido drásticamente en muchos países. Por lo tanto, no se puede esperar un crecimiento significativo de las transacciones de pago electrónico en estos mercados. Para el estudio anual, BCG analiza, entre otras cosas, datos de transacciones de pago de los respectivos bancos centrales.
La UE establece límites al efectivo para las empresas
Pero no sólo en España se quieren restringir los pagos en efectivo. En mayo de 2024, la Unión Europea adoptó un límite de efectivo uniforme de 10 000 euros como parte de un paquete legislativo integral. Este reglamento forma parte del Reglamento UE 2024/1624 y se espera que entre en vigor en toda la UE a partir de 2027. La medida se justifica por la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
En el futuro, los pagos en efectivo en el ámbito empresarial no podrán superar los 10 000 euros. Para cantidades de 3000 euros o más, los minoristas deben verificar la identidad del comprador y documentar la transacción en consecuencia. Se excluyen de esta regla los pagos puramente privados entre personas físicas, siempre que no actúen en el ejercicio de una actividad profesional o comercial. Los depósitos en bancos o entidades de crédito tampoco se consideran pagos en efectivo a efectos de esta disposición.
El reglamento permite a los Estados miembros mantener o introducir normas nacionales más estrictas.
En Francia, por ejemplo, el límite en efectivo para los pagos de particulares a comerciantes o entre comerciantes está fijado en 1000 euros desde hace años. Esta regla se aplica a las personas que sean residentes fiscales en Francia. Para las personas con residencia fiscal en el extranjero, como los turistas, el límite es de 15 000 euros si los gastos son personales. Para pagos en efectivo superiores a 1000 euros, deberá verificarse y documentarse la identidad del pagador. Además, se podrán imponer multas por el incumplimiento de estas normas.
Otro componente clave del paquete de medidas de la UE es la creación de la Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales (AMLA), que tendrá su sede en Fráncfort del Meno. Está previsto que esta nueva autoridad de la UE comience a operar este año y coordinará a las autoridades supervisoras nacionales y asumirá la supervisión directa de las instituciones financieras particularmente riesgosas.
Estas medidas forman parte de un plan de acción integral de la UE contra el blanqueo de capitales, que se ha aplicado gradualmente desde 2021. Las nuevas normas fueron adoptadas oficialmente por el Parlamento Europeo en abril de 2024.
La restricción del efectivo afecta la libertad de los ciudadanos
Sin embargo, también hay numerosos críticos con los límites que se introducirán en los países europeos y en la UE. En un documento de debate de la Universidad de Aschaffenburg, el abogado Ralph Hirdina sostiene que los límites legales al efectivo podrían violar derechos fundamentales. En particular se destaca el derecho a la autodeterminación informativa y la protección de datos personales. Hirdina advierte que restringir los pagos en efectivo podría perjudicar la libertad de los ciudadanos.
El Banco Central Europeo (BCE) también destaca la importancia del efectivo como medio de pago legal y advierte que un creciente rechazo a los pagos en efectivo por parte de los comerciantes podría poner en peligro el estatus del efectivo. Se necesitan regulaciones legales claras para garantizar la aceptación de efectivo.
En un comunicado de marzo de 2022, el BCE criticó el enfoque de España de limitar el límite de retirada de efectivo a 1000 euros. El BCE afirma que el límite establecido es «desproporcionadamente bajo». El bajo importe haría «significativamente más difícil» realizar transacciones legítimas utilizando efectivo como medio de pago y, por tanto, «pondría en peligro el concepto de curso legal consagrado en el Tratado de la Unión Europea».
Respecto al límite superior de 1000 euros, el BCE advierte además que un importe mínimo tan bajo «tendrá efectos negativos no deseados sobre el carácter de curso legal de los billetes en euros». Una restricción de este tipo a los pagos en efectivo también perjudicaría significativamente la libertad de los ciudadanos para elegir su medio de pago preferido.
Al mismo tiempo, el BCE destaca que el efectivo «facilita la inclusión de toda la población en la economía»: representa un medio de pago clave, especialmente para las personas mayores y aquellas con acceso limitado a los servicios de pago digitales.
En su comunicado concluye: «El límite de efectivo en España parece excesivamente bajo y, en particular, la multa del 25 por ciento del importe pagado parece desproporcionadamente alta».
¿España como modelo? Límites de efectivo y el registro de activos de la UE
Pese a las críticas del BCE al techo español, no hay indicios de que España abandone su camino. El modelo podría incluso sentar un precedente. El conocido periodista económico Norbert Häring plantea en su blog un aspecto que no excluye esta posibilidad. Respecto al registro general de activos que pretende la UE, el enfoque español podría ser un paso importante para la UE.
El Registro de Activos de la UE previsto es una iniciativa para registrar propiedades y activos —por ejemplo, bienes inmuebles, cuentas bancarias, valores— de personas físicas y jurídicas en todos los Estados miembros de la UE. El objetivo oficial es combatir más eficazmente el lavado de dinero, la evasión fiscal y la financiación del terrorismo ofreciendo a las autoridades una mejor visión general de los activos. El año pasado la UE publicó un estudio de viabilidad al respecto.
Actualmente es difícil para la UE rastrear cuánto efectivo guarda cada persona en casa. Sin embargo, si en el futuro se prohíben las retiradas de efectivo de más de 1000 euros y deben notificarse y justificarse las retiradas de más de 3000 euros, la situación cambiará significativamente: las transacciones en efectivo serán mucho más fáciles de controlar.
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