Lo que queda del Partido Comunista Chino en el fútbol español

Por Sayde Chaling-Chong García
7 de septiembre de 2025 12:27 Actualizado: 7 de septiembre de 2025 12:30

Las inversiones extranjeras en el fútbol español son habituales. Estados, empresas y magnates buscan promocionarse en un negocio que, en la temporada 2024/25, generó más de 5.000 millones de euros. Y, como es lógico, allí donde hay rentabilidad, el Partido Comunista Chino (PCCh) también busca estar: no solo para ganar dinero, sino para moldear y controlar.

Lo contradictorio es que la Constitución de la RPC proclama una economía socialista que impide acumular grandes fortunas, pero en la práctica unos pocos, ligados al Partido, monopolizan enormes recursos. La China del PCCh es la prueba viviente del fracaso del comunismo: que tuvo que abrazar el mercado capitalista sin soltar el control absoluto. Su modelo híbrido premia solo a los fieles a la ideología, mostrando lo siniestro de esta corriente perversa, que moldea y colectiviza la idiosincrasia de una sociedad como si fuera una cadena de producción, eliminando el libre albedrío y el pensamiento crítico.

Recordemos el interés del PCCh en penetrar en el negocio global de los derechos televisivos del fútbol, un mercado que supera los 2000 millones de euros anuales solo en España, y que, a través de compañías como Mediapro, ha servido como vía de influencia y control. A esto se suma el polémico patrocinio de la República Democrática del Congo (RDC) con el Fútbol Club Barcelona, una operación que, por sus características, muchos analistas consideramos que podría estar impulsado por el PCCh.


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El aterrizaje del PCCh en la sala de máquinas del fútbol español comienza en 2015, con dinero contante y sonante y un objetivo muy claro: utilizar el fútbol español como trampolín para fortalecer su propio fútbol doméstico. La estrategia era importar conocimientos, entrenadores y prestigio internacional para impulsar la Chinese Super League y proyectar a su selección nacional.

El Atlético de Madrid

En enero de 2015, Wang Jianlin (1954), fundador del Dalian Wanda Group y veterano militante del PCCh, compró el 20 % del Atlético de Madrid por 45 millones de euros. Fue la primera gran entrada de capital chino en un club de élite europeo, presentada como inversión privada pero con un trasfondo político: abrir a Pekín un espacio de influencia en el fútbol continental. Aunque en 2018 vendió su participación, Wanda ya había cumplido su función simbólica y reforzó además su papel como patrocinador principal de la FIFA, mientras en China controlaba clubes y academias como el Dalian Wanda y el Dalian Yifang.

Wang no es un empresario independiente, sino un producto del sistema del Partido. Miembro del PCCh desde joven y exoficial del Ejército Popular de Liberación, levantó su imperio gracias a licencias estatales y créditos de bancos controlados por el régimen. También ocupó cargos en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC), lo que confirma su papel como puente entre negocios y política. Cada paso de Wanda en el fútbol ha estado alineado con la estrategia del Partido, que utiliza a magnates como Wang como vehículos de influencia global.

El Caso del Lorca FC

En 2016, el Lorca FC, que hasta ese momento se llamaba «La Hoya Lorca», fue comprado por el militante del PCCh desde 1972, el Sr. Xu Genbao-1944, una especie de «Vicente del Bosque chino», quien relató en un artículo personal donde destila caramelo como feromonas socialistas: «La alegría y la emoción que sentí en ese momento permanecerán conmigo para siempre», en referencia al día en que fue aceptado en el Partido. En ese mismo escrito, Xu detallaba: «El 2 de diciembre, la organización superior del Partido aprobó mi solicitud y mi afiliación al Partido Comunista de China». Con esto queda claro que hablamos de un hombre cuya vida y logros han estado siempre ligados al PCCh. Por tanto, difícilmente se trasladaría a 9000 kilómetros de distancia para invertir en el fútbol español sin la orientación y el respaldo directo del Partido.


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Este caballero, que manifiesta una emoción casi erótica por su pertenencia al PCCh, llegó a ser seleccionador nacional por su implicación política. No pongo en duda su profesionalidad como deportista, pero está claro que jugaba con las cartas marcadas. El Lorca FC, fue comprado por 1,3 millones de euros, una cantidad modesta para las cifras que se manejan en el fútbol europeo. El equipo se encontraba entre Segunda B y Tercera División, pero con la intervención de Genbao logró un histórico ascenso a Segunda.

Según hemos podido saber por un artículo publicado en CGTN (China Global Television Network), el canal internacional del aparato mediático del PCCh, este humilde club fue adquirido con la clara intención de crear un espacio donde jóvenes jugadores chinos se formasen en Europa. Y, como especialista en el montaje de filiales del PCCh dentro de equipos de fútbol, pues el Sr. Genbao es un excelente captador, también buscaba acercar a futbolistas europeos a las ideas del maoísmo. Finalmente, el proyecto troyano de Genbao tuvo su propia némesis: la desaparición del club, motivada por las deudas acumuladas y la imposibilidad de garantizar liquidez suficiente. Ya que, debido a los actuales controles financieros de La Liga y la UEFA, que obligan a justificar el origen de los ingresos, reflotar el Lorca resultaba complicado.

El caso del Granada CF

Jiang Lizhang (1981) a la edad de 23 años y de la nada funda la empresa Desports (Double-Edged Sports), con sede en Shanghái. Esta empresa funciona como una agencia de marketing deportivo, intermediaria en tratos como el patrocinio de 361 Degrees en los Juegos Olímpicos de Río 2016, dedicada a la negociación de patrocinios y relaciones públicas entre marcas y eventos deportivos internacionales, especialmente con el mercado chino como punto de partida.

Resulta llamativo que antes de la fundación de esta empresa no existan datos sobre el Sr. Lizhang. Lo que sí podemos asegurar es que nadie, en la China comunista, levanta una empresa tan potente por arte de magia y sin respaldo político. En 2015, tras un éxito notable, Desports fue comprada por la compañía Wuhan DDMC Culture, una sociedad formalmente privada pero cotizada en la bolsa de Shenzhen y bajo la supervisión del PCCh. Esta compañía pasó de dedicarse a la mercantilización de minerales de fosfato y al desarrollo inmobiliario, a convertirse en un actor clave en el negocio deportivo y mediático, gestionando desde derechos televisivos hasta series televisivas. En esta operación, Jiang Lizhang permaneció en la estructura directiva, ocupándose de los mismos asuntos que ya gestionaba en su empresa.

A partir de entonces comenzó una compra frenética a nivel mundial, que se detalla de la siguiente manera: en junio de 2016 adquirió el Granada CF por 37 millones de euros y, ese mismo mes, un 5 % de los Minnesota Timberwolves (NBA), convirtiéndose en el primer accionista asiático dentro de la liga norteamericana. En enero de 2017 compró el 90 % del Chongqing Dangdai Lifan de la CSL y, en junio de ese mismo año, adquirió el 60 % del Parma Calcio 1913 en Italia.

En noviembre de 2018 utilizó otra de sus estructuras, el Hope Group, para completar la compra del 80 % del C.D. Tondela en Portugal. En este caso, se trataba de un holding deportivo privado, controlado directamente por Jiang, cuya función era servir de vehículo de inversión internacional para concentrar sus participaciones en clubes de fútbol en China y Europa. Según el propio Jiang, el Hope Group era un «grupo deportivo global» con presencia internacional, que le permitía proyectar influencia en varios continentes bajo un paraguas empresarial aparentemente privado, pero alineado con el marco estratégico del Partido.

En 2019, además, aparece como copresidente del Sports Finance Research Center de la Universidad de Tsinghua, un cargo que refuerza su cercanía a estructuras académicas estrechamente vinculadas al PCCh.

Con la llegada de la pandemia en 2020, el modelo de Jiang Lizhang se desplomó. Sus sociedades entraron en concurso de acreedores en Hong Kong al no poder sostener la deuda generada por años de compras aceleradas. El Granada CF pasó a manos de otros capitales chinos, el Parma Calcio fue vendido apenas un año después de su adquisición, el Tondela quedó sin las inversiones prometidas y en China el Chongqing Dangdai Lifan desapareció oficialmente en 2022 por insolvencia. Así, su expansión internacional terminó convertida en un colapso en cadena que dejó a varios clubes europeos en la incertidumbre y evidenció la fragilidad del capital chino en el fútbol.

El desplome de Jiang Lizhang no fue un hecho aislado ni meramente personal. Su estrategia de compras aceleradas sin respaldo financiero sostenible refleja un patrón común en el capital chino: inversiones masivas que se presentan como modernizadoras, pero que terminan en insolvencias y deudas. En este sentido, Granada, Parma y Tondela quedaron atrapados en la misma lógica: proyectos inconclusos y una incertidumbre que reforzó la desconfianza hacia el dinero procedente de Pekín.

Chen Yansheng y el RCD Espanyol

El Sr. Chen Yansheng (1970) inicia el proyecto de su empresa Rastar Group, con sede en Guangdong, China, con un capital inicial de un millón de yuanes, algo más de 120 000 euros. Aunque en aquel momento no se llamaba todavía Rastar Group, la compañía fue cambiando de nombre a medida que crecía. Pero ya desde el principio contaba como Dios manda… perdón, como Mao manda, con su correspondiente célula del PCCh. En apenas una década, Rastar logró cotizar en el Mercado GEM de la Bolsa de Shenzhen, una plataforma para empresas emergentes y de alta tecnología que buscan acceso a capital.

Su diversificación fue enorme: desde juguetes y artículos infantiles, pasando por bicicletas, scooters y mini-vehículos con licencias de marcas como BMW o Ferrari, hasta videojuegos y entretenimiento digital. Finalmente, en enero de 2016, Chen coronó esa expansión con la compra del RCD Espanyol, convirtiéndose en el primer propietario extranjero del club y marcando la entrada directa del capital chino en uno de los históricos de La Liga. En el año 2019, hace realidad en parte el sueño de Xu Genbao, y el Espanyol incorpora al futbolista de origen chino Wu Lei convirtiendo el equipo, en «una importante plataforma internacional para el futbol Chino», ese mismo año Wu Lei marca un gol, convirtiéndose en el primer goleador chino de la liga, siendo la primera vez tras casi una década sin goles chinos en las grandes ligas europeas.

Tras la ilusión inicial y el fichaje mediático de Wu Lei, la gestión de Chen Yansheng se vio marcada por descensos, deudas y el creciente malestar de la afición. Finalmente, en 2025, Rastar Group vendió el Espanyol al grupo inversor Velocity Sport Limited, con sede en Reino Unido y EE.UU. Con ello se puso fin a casi una década de capital chino en el club, dejando tras de sí una etapa de promesas incumplidas y un futuro aún incierto.

Lo que queda del PCCh en el fútbol español

Lo que queda del PCCh en el fútbol español son ruinas: proyectos fallidos, clubes desaparecidos, deudas y desconfianza. Ni el Lorca, ni el Granada, ni el Espanyol cumplieron el «sueño comunista chino» de usar España como plataforma. La liga china sigue siendo irrelevante, la selección nacional está lejos de competir al máximo nivel y la afición española observa con creciente recelo estos movimientos. Hoy, cualquier intento similar tendría mucho más difícil abrirse paso. Para el comunismo chino, el dinero nunca es el problema; lo importante es imponer su ideología cueste lo que cueste. Sin embargo, todo el dinero del mundo no es suficiente cuando no se tiene talento.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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