Los 75 países más pobres del mundo deberán pagar este año 22 000 millones de dólares (19 500 millones de euros) a China en concepto de reembolso de la deuda, según un informe elaborado por un grupo de expertos australiano.
«Los flujos de servicio de la deuda de los países en desarrollo hacia China ascenderán a 35 000 millones de dólares (31 000 millones de euros) en 2025 y se mantendrán elevados durante el resto de la década», afirma en el informe el Lowy Institute —con sede en Sídney— que recibe financiación del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia. «La mayor parte de este servicio de la deuda —unos 22 000 millones de dólares (19 500 millones de euros)— corresponde a 75 de los países más pobres y vulnerables del mundo».
El informe se publica coincidiendo con la reunión del ministro de Economía peruano, Raúl Pérez Reyes, con el embajador de China en Lima, Song Yang, para discutir un nuevo corredor ferroviario regional que terminaría en el nuevo puerto de Chancay.
El Ministerio de Economía y Finanzas de Perú dijo en un comunicado el 26 de mayo que quería organizar una reunión con altos funcionarios de China y Brasil para impulsar el proyecto del Corredor Ferroviario Bioceánico Central (CFBC).
El Gobierno peruano dijo que Fei Dongbin —jefe de la Administración Nacional de Ferrocarriles de China— y varios otros representantes del Partido Comunista Chino (PCCh) también estuvieron presentes en la reunión.
El ferrocarril propuesto conectaría Brasil con Chancay, en la costa pacífica de Perú, creando una ruta comercial que permitiría a los barcos chinos evitar viajar a través del Canal de Panamá o rodear el extremo de América del Sur.
China ha concedido enormes préstamos para proyectos de infraestructura en muchas partes del mundo, en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés) del líder chino Xi Jinping.
El programa ha financiado la construcción de enormes puertos como el de Hambantota en Sri Lanka y el de Gwadar en Pakistán, así como puentes, autopistas, hospitales e incluso escuelas en algunas zonas de África, Asia e Hispanoamérica.
«Ahora, y durante el resto de esta década, China será más un cobrador de deudas que un banquero para el mundo en desarrollo», se lee en el informe del Instituto Lowy.
El informe señala que Pekín ha pasado de ser un proveedor de capital a un drenador financiero neto de los presupuestos de los países en desarrollo, ya que los costes del servicio de la deuda de los proyectos del BRI desde la década de 2010 superan ahora con creces los nuevos desembolsos de préstamos.
Según el informe, en 54 de los 120 países en desarrollo de los que se dispone de datos, los pagos del servicio de la deuda a China superaron los pagos combinados adeudados al Club de París de acreedores occidentales.
El Club de París tiene una deuda total de 616 000 millones de dólares (545 000 millones de euros) con 102 países.
El informe indicaba que China estaba dando prioridad a la financiación de países vecinos como Pakistán, Mongolia y Kazajistán, así como a países que proporcionaban materias primas importantes, como la República Democrática del Congo, Indonesia, Brasil y Argentina.
«Pekín se enfrenta a un dilema: presionar demasiado para obtener el reembolso podría dañar las relaciones bilaterales y socavar sus objetivos diplomáticos. Al mismo tiempo, los organismos crediticios de China —en particular sus instituciones cuasi comerciales— se enfrentan a una presión cada vez mayor para recuperar las deudas pendientes», afirmó el autor del informe, el investigador Riley Duke.
«Queda por ver cómo afectará el cambio de China a cobrador principal de deudas a su reputación como socio para el desarrollo y a su mensaje más amplio sobre la cooperación Sur-Sur».
Afirmó que los Estados africanos altamente endeudados suelen ser cautelosos a la hora de crear tensiones y arriesgarse a perder el acceso a la financiación y el comercio chinos.
«Es probable que los Estados Unidos, cada vez más transaccionales, y una Europa distraída también hayan alimentado una visión más limitada de sus posibles vías económicas futuras», añadió Duke.
El informe señalaba que los préstamos del BRI a menudo parecían tener condiciones, especialmente en lo que se refiere al cumplimiento de la política de «una sola China» del PCCh.
Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Burkina Faso y las Islas Salomón recibieron grandes préstamos en los 18 meses siguientes a la retirada del reconocimiento diplomático a Taiwán.
Con China restringiendo cada vez más los préstamos del BRI, Perú podría tener más dificultades para conseguir financiación para el CFBC, que Lima describió como un «megaproyecto que redefiniría la integración regional hispanoamericana».
Reyes indicó: «Estamos dispuestos a cofinanciar nuestra parte del tramo».
El CFBC conectaría Lima con la ciudad de Pucallpa —en el interior de Perú— y luego cruzaría la frontera con Cruzeiro do Sul —en Brasil— y, a través de Vilhena, con las grandes metrópolis de São Paulo y Río de Janeiro.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «World’s 75 Poorest Countries Owe China $22 Billion This Year: Think Tank»
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