EUROPA

«Nos hemos convertido en un país de inspectores y controladores… este país está muerto»: exministro sobre la burocracia francesa

Jean-Louis Borloo, exministro de Empleo y destacada figura política francesa, lanzó recientemente una advertencia que interpreta como una admisión del fracaso de la sociedad francesa: «Éramos un país de productores, agricultores e ingenieros, y nos hemos convertido en un país de inspectores y controladores… este país está muerto». Este grito de alarma refleja su profunda preocupación por la evolución del modelo administrativo y económico nacional
noviembre 25, 2025 11:13, Last Updated: noviembre 25, 2025 11:13
By Valentin Solier

En un clima en el que la desconfianza impregna incluso los aspectos más cotidianos de la sociedad, las palabras de Jean-Louis Borloo han tenido un fuerte eco. Al declarar que Francia se ha «convertido en un país de inspectores y controladores» en una entrevista en el canal LCI, el exministro aborda uno de los tabúes de la República: la burocracia francesa, la proliferación de normas, sospechas y procedimientos que, según él, reprimen la iniciativa y acaban por paralizar la nación. ¿Es esta una declaración impactante o simplemente la constatación de un malestar nacional? Tras esta advertencia se esconde todo un modelo de organización y de gobierno que queda puesto en tela de juicio.

Una sociedad sumida en el control

Para Jean-Louis Borloo, Francia vive ahora bajo una lógica de verificación y sospecha constantes, en detrimento de la confianza y la iniciativa.

Según él, el país se ha transformado y ha pasado de ser una nación de «productores, ingenieros, agricultores, médicos y creadores» a un sistema calificado por él de «kafkiano», compuesto por «controladores, coordinadores, inspectores y comités de seguimiento y dirección». Incluso comenta a su entrevistador que, a su juicio, la autoridad audiovisual Arcom supervisa casi en tiempo real el contenido de los medios de comunicación.

Esta proliferación de estructuras de control sofoca la toma de riesgos y limita la capacidad de acción, generando una inercia generalizada. «Este país está muerto», afirma.

Un país donde «nada funciona»

La verticalidad en la toma de decisiones, la proliferación de niveles administrativos y una gestión desconectada de la realidad práctica conducen, según el exministro de Empleo y Ecología, a un «increíble laberinto burocrático».

Subraya que «ningún país del mundo está tan fragmentado», con los interlocutores sociales gestionando «el doble del presupuesto estatal, dicho sea de paso», mientras que «las autoridades locales manejan un volumen superior al presupuesto estatal», según la revista Capital. «Todo ello dentro de organizaciones completamente desquiciadas», observa, en una dura crítica a la burocracia francesa.

Señala al Ministerio de Finanzas y a las principales administraciones nacionales, a las que acusa de fomentar un clima de desconfianza institucional. El resultado, para el expresidente del partido UDI, es una profunda crisis de confianza, un factor clave en el estancamiento actual de un país en el que, según él, «nada funciona», como declaró en BFMTV.

De la creatividad al estancamiento

Este cambio, según él, ha reorientado a Francia: antaño reconocida por su creatividad y capacidad industrial, ha pasado a ser una nación dominada por la sospecha, donde la acción pública se reduce con demasiada frecuencia a meros comentarios o gestos de influencia, sin ninguna transformación real.

Jean-Louis Borloo lamenta que los responsables políticos sean ahora más gestores que visionarios, incapaces de aplicar reformas genuinas.

¿Hacia una refundación necesaria?

Jean-Louis Borloo propone una refundación basada en la confianza y la formación: aboga por «devolver a la juventud francesa al más alto nivel» y reorganizar el conjunto del sistema educativo y administrativo para revitalizar el impulso nacional.

Critica el planteamiento de «hacer pequeños ajustes constantemente» porque —sostiene— resulta «más complicado» que una propuesta estructurada. Insiste en la necesidad urgente de romper con la lógica del control perpetuo para recuperar la eficiencia y la capacidad de innovación.

¿Por qué resuena este mensaje?

En un contexto marcado por una creciente desconfianza hacia el Estado y sus instituciones, el discurso del exalcalde de Valenciennes encuentra eco entre numerosos observadores y ciudadanos. Las redes sociales difunden ampliamente este llamamiento a la concienciación, mostrando que el cuestionamiento del modelo francés se extiende ya más allá de los círculos políticos.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Francia con el título «On est devenu un pays d’inspecteurs et de contrôleurs… ce pays est mort: Jean-Louis Borloo dénonce la bureaucratie française».

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