Ola de suicidios entre los empresarios chinos: una crisis cada vez más profunda en el sector privado

En la China actual la mayor crisis puede que no sea la desaceleración económica sino el colapso de la fe en el propio sistema, según Xiao Yi

Por Michael Zhuang
11 de agosto de 2025 18:46 Actualizado: 11 de agosto de 2025 18:46

En tan solo cuatro meses, cuatro destacados empresarios chinos de diversos sectores se han suicidado, todos ellos, según se informa, saltando desde edificios en actos desesperados. Los expertos afirman que estos incidentes contrastan radicalmente con la narrativa oficial del régimen chino sobre un crecimiento del PIB «mejor de lo esperado» durante la primera mitad del año.

El 16 de abril, Bi Guangjun, fundador de Jindianzi Textiles Ltd, saltó desde el piso 28 de un edificio. Fuentes internas revelaron que había invertido fuertemente en la nueva industria energética de China, pero perdió una fortuna.

El 2 de junio, Liu Wenchao, presidente de Xizi Elevator Co. Ltd., una empresa muy dependiente del ahora tambaleante sector inmobiliario chino, murió tras caer desde un edificio. Los medios de comunicación controlados por el Estado chino afirmaron que Liu dijo en una ocasión que cualquiera que tenga ambición acaba marcado por las cicatrices.

El 17 de julio, Zeng Yuzhou, fundador de la cadena de reformas del hogar Liangjiaju Building Materials, se suicidó saltando desde un rascacielos en Guangzhou. Dejó tras de sí un desastre de 1000 millones de yuanes (unos 120 millones de euros), que afectó a más de 2000 familias, más de 1000 empleados y más de 300 proveedores, según los medios de comunicación chinos.

Apenas diez días después, el 27 de julio, los medios de comunicación chinos informaron de que el presidente del gigante minorista de artículos para el hogar Easyhome New Retail Group, Wang Linpeng, había fallecido tras saltar desde un edificio, solo cuatro días después de ser puesto en libertad tras permanecer bajo custodia policial. Wang había sido detenido por las autoridades durante una investigación anticorrupción.

Un sistema bajo presión

Xiao Yi, un profesional financiero chino afincado en Londres con 30 años de experiencia en el sector y observador de China, compartió su análisis de las cuatro muertes con la edición china de The Epoch Times, donde colabora habitualmente. Aunque las muertes se produjeron en diferentes sectores, Xiao afirmó que, en su opinión, revelan presiones subyacentes comunes que estrangulan al sector privado chino, entre las que se incluyen el colapso de los flujos de caja, el aumento de la deuda, la incertidumbre política y la erosión de la confianza pública.

Señaló que la creciente deuda de los gobiernos locales chinos ha desplazado la financiación del sector privado. Mientras que los medios de comunicación estatales defienden lemas como «apoyar la economía real», el capital se canaliza de forma desproporcionada hacia las empresas estatales, dejando a las empresas privadas en una lista negra informal de préstamos.

Según Xiao, los bancos chinos, temerosos de los impagos, están endureciendo las condiciones crediticias. Después de que la empresa de Bi sufriera pérdidas masivas, su banco recortó drásticamente los préstamos en lugar de ofrecerle apoyo. Los últimos 5 millones de yuanes (unos 588 000 euros) de los fondos de reserva de Liangjiaju fueron embargados directamente por su banco, lo que llevó a la empresa a la quiebra.

Declive económico y regulaciones arbitrarias

Desde 2021, el mercado inmobiliario chino ha estado en caída libre, con una fuerte contracción de la demanda de viviendas nuevas y de segunda mano. Xiao afirmó que esto ha devastado los sectores relacionados, desde ascensores y decoración de interiores hasta electrodomésticos y materiales de construcción. Los ciclos de pago de los clientes de Liangjiaju se alargaron de dos semanas a seis meses. Los ingresos de Xizi Elevator desaparecieron cuando los promotores inmobiliarios incumplieron sus pagos.

Xiao señaló que las exportaciones de China se han deteriorado debido a los aranceles estadounidenses y al auge de la fabricación en el sudeste asiático. La empresa textil de Bi vio cómo sus pedidos se reducían en un 40 % y los plazos de pago se duplicaban. El efecto acumulativo de estos descensos en todo el sector ha atrapado a las cadenas de suministro y asfixiado los flujos de caja.

Los empresarios en China, según Xiao, operan en un entorno de exceso de regulación y cambios políticos impredecibles. Las severas multas medioambientales, la congelación de cuentas y las auditorías arbitrarias pueden paralizar a las empresas de la noche a la mañana.

Más alarmante aún es el poder de la autoridad anticorrupción para detener a personas sin supervisión legal, señaló Xiao, quien destacó que, según se informa, Wang fue mantenido incomunicado, sin representación legal, en un proceso diseñado para obtener confesiones y trazar «redes de intereses», lo que convierte a los sospechosos en peones de purgas políticas.

Confianza quebrada e injusticia sistemática

Según Xiao, muchas de las empresas que quebraron operaban con modelos basados en la confianza, con pagos por adelantado, financiación en cadena y garantías personales. Cuando esa confianza se evapora, el sistema implosiona. En el caso de Liangjiaju Building Materials, sus clientes exigieron reembolsos, los proveedores protestaron y los empleados huyeron.

Afirmó que, a diferencia de Estados Unidos o Europa, la legislación china carece de una protección significativa contra la quiebra para las empresas privadas. La mayoría de los casos de reorganización son rechazados por los tribunales, especialmente en el caso de las empresas con pocos activos. Una vez que una empresa quiebra, las libertades personales y financieras del fundador desaparecen. Se les incluye en listas negras, se les vigila y se les margina, sin posibilidad de una segunda oportunidad. Muchos ven el suicidio como la única forma «honorable» de resolver una deuda impagable, dijo Xiao.

El suicidio de cada empresario fue censurado en las redes sociales chinas durante al menos 24 horas, lo que demuestra el estricto control del régimen sobre la narrativa pública.

Xiao observó el discurso en línea en China, y la muerte de Zeng se consideró como el fracaso de «hacer negocios con integridad». A pesar de sus esfuerzos por completar los proyectos pendientes, se vio abrumado por los acreedores. Su historia ilustra lo fácil que es manipular la confianza en la China actual y lo rápido que puede derrumbarse la reputación de una persona, dijo Xiao.

En el caso de Wang, el público especuló que podría haber revelado información sensible sobre la colusión entre funcionarios locales y figuras empresariales durante su detención. El opaco sistema judicial chino se caracteriza a menudo por la falta de asistencia letrada, las detenciones secretas y las confesiones forzadas. La caída de Wang, que ha tenido gran repercusión mediática, se ha convertido en una advertencia de lo que sucede cuando los negocios chocan con el peligro político, según Xiao.

Un guardia mira a través de la ventana de un pasillo dentro de un centro de detención en Pekín, China, el 25 de octubre de 2012. Ed Jones/AFP vía Getty Images

Una crisis de confianza

Xiao cree que las muertes de Bi, Liu, Zeng y Wang no son tragedias aisladas. Representan la creciente presión que sufren los empresarios privados chinos, atrapados entre mercados en contracción, la imprevisibilidad de las políticas, la exclusión financiera y el colapso del contrato social, afirmó.

En la China actual, la mayor crisis puede que no sea la desaceleración económica, sino el colapso de la fe en el propio sistema, según Xiao.

Xiao Yi ha contribuido a este informe.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Wave of Suicides Among Chinese Entrepreneurs Signals Deepening Crisis in Private Sector: Expert»

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