Protección de la vida marina: el mundo dividido en un océano de intereses

Por Germain de Lupiac
12 de junio de 2025 17:36 Actualizado: 13 de junio de 2025 04:06

La protección de un océano contaminado, sobreexplotado y en proceso de calentamiento es el tema central de la tercera conferencia de la ONU sobre los océanos, que comienza el 9 de junio en Niza y en la que muchos esperan que se adopten medidas concretas para proteger la vida marina.

Del 9 al 13 de junio, la conferencia reunirá a una comunidad internacional dividida sobre los grandes retos oceánicos: la explotación minera de los fondos marinos, el tratado internacional sobre la contaminación plástica o la regulación de la sobrepesca.

Unos 70 líderes mundiales y miles de delegados, científicos y representantes de ONG se dan cita en Niza, en la costa de uno de los mares más contaminados del mundo, el Mediterráneo, que es también el mar semicerrado más grande del mundo y que el verano pasado alcanzó una temperatura de 28,90 °C.

En marzo, Francia abogó por una moratoria sobre la explotación de los fondos marinos, debido a la falta de «conocimientos científicos necesarios». «Tenemos la responsabilidad […] de mantener realmente la financiación de una investigación académica libre», que «permita establecer resultados científicos» y «sobre la base de estos hechos probados, cambiar las prácticas», insistió el presidente Emmanuel Macron.

Francia posee el segundo espacio marítimo más grande del mundo. El país podría ser pionero en la creación de normas para la explotación de los océanos, garantizando la estabilidad económica y la preservación de la biodiversidad.

En el trasfondo de la conferencia se vislumbra el apetito de grandes potencias como Estados Unidos y China, que no respetan las mismas normas de protección de la fauna y la flora de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés) y, por lo tanto, la competencia tecnológica les empuja a explorar nuevos recursos.

El reto de los océanos

Los océanos cubren el 70,8 % del globo. Algunas partes de los mares del mundo han sufrido un calentamiento marino que amenaza la supervivencia de las especies marinas, lo que ha dado pie a las ONG medioambientales para reclamar cientos de miles de millones de euros (procedentes de fondos públicos y privados) en favor del desarrollo sostenible de los océanos.

Estados Unidos, primer país marítimo del mundo por delante de Francia, no enviará delegación. A finales de abril, Donald Trump decidió abrir la minería en aguas internacionales del Pacífico, pasando por alto la opinión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, de la que Estados Unidos no forma parte.

El presidente estadounidense no quiere quedarse atrás respecto a la China comunista, que hace tiempo que no se preocupa por los tratados internacionales y que recientemente ha encontrado un importante yacimiento de petróleo frente a sus costas.

Francia, país anfitrión, quiere ser líder

Francia se ha fijado objetivos ambiciosos para esta primera conferencia de la ONU en el país desde la COP21 de 2015 [combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono].

Emmanuel Macron anunció hace varios meses que quería obtener en Niza 60 ratificaciones para que entrara en vigor el tratado para proteger la alta mar. El tratado, adoptado en 2023 y firmado por 115 países, tiene por objeto proteger los ecosistemas marinos en aguas internacionales, que cubren casi la mitad del planeta. Hasta la fecha, lo han ratificado veintiocho países y la Unión Europea, y es posible que algunos más lo hagan en Niza.

Los anuncios que se esperan en Niza deberían permitir además alcanzar el objetivo del 10 % de los océanos protegidos como áreas marinas protegidas, frente al 8,36 % actual, según la misma fuente.

Francia también espera ampliar la coalición de 32 países a favor de una moratoria sobre la explotación minera de los fondos marinos.

Los intercambios informales entre las delegaciones también deberían versar sobre las negociaciones para un tratado contra la contaminación por plásticos, que se reanudarán en agosto en Ginebra, mientras que París espera impulsar la ratificación de acuerdos sobre la lucha contra la pesca ilegal y la sobrepesca.

El jefe de Estado espera además «resultados tangibles» en materia de descarbonización del transporte marítimo, con el objetivo de alcanzar la neutralidad total en 2050, lo que requerirá «inversiones masivas» en la transición hacia combustibles sostenibles, en un momento en que el gasto público ya está agotado.

También insistió en la «movilización de nuevos fondos» para la electrificación de los puertos, la investigación y la innovación.

La UE también quiere mostrar su liderazgo

La Unión Europea (UE) presentó el 5 de junio su estrategia para proteger mejor los océanos antes de la gran cumbre de Niza. Este «pacto» europeo sobre los océanos no supone un big bang, sino que prevé un refuerzo de las normas en los próximos años.

Para proteger mejor la biodiversidad, la Comisión propondrá a los eurodiputados, de aquí a 2027, una ley sobre los océanos, mediante la revisión de la legislación actual sobre el medio marino y la planificación de las actividades marítimas.

Bruselas promete la creación de «reservas europeas de carbono azul», cuyos contornos aún son vagos, con el objetivo de cartografiar y ampliar los ecosistemas marinos capaces de capturar más CO2.

En las áreas marinas protegidas, ONG como Oceana y Surfrider reclaman la prohibición inmediata de la pesca de arrastre de fondo, una técnica pesquera criticada por su impacto ecológico destructivo.

Pero este tema, muy sensible para los pescadores, divide a las fuerzas políticas. Y la Comisión se limita a una simple recomendación, en la que pide que se ponga fin a esta práctica en las zonas protegidas para 2030.

Para combatir la contaminación, la UE también tiene la intención de reforzar el sistema de vigilancia por satélite CleanSeaNet, que escanea los mares para detectar posibles vertidos de hidrocarburos.

En la misma línea, la Comisión quiere reforzar la lucha contra la pesca ilegal, una práctica generalizada en Asia. Como ya había anunciado, en enero de 2026 será obligatorio un sistema de certificación digital de las capturas (IT Catch) para las importaciones de pescado en la UE.

La cuestión de la minería

En cuanto a la minería en aguas profundas, la Comisión reitera su llamamiento a hacer una «pausa» y respetar el «principio de precaución», a pesar de que esta exploración representa un enorme potencial en hidrocarburos y minerales raros.

El 31 de marzo, la petrolera china CNOOC descubrió un importante yacimiento petrolífero en el este del mar de China Meridional, con reservas de más de 100 millones de toneladas. El subsuelo del mar de China Meridional está en gran parte inexplorado debido a disputas territoriales, pero la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas conocidos se encuentran en zonas no disputadas, según la Agencia de Información sobre Energía de EE. UU. (EIA, por sus siglas en inglés).

Al mismo tiempo, la empresa canadiense The Metals Company (TMC) se declara lista para comenzar a explotar los fondos marinos en alta mar con el fin de extraer minerales muy codiciados, lo que le ha valido una fuerte reacción de la comunidad internacional.

Los fondos marinos, situados entre 4000 y 6000 metros de profundidad, despiertan un interés cada vez mayor, ya que algunos contienen metales en diversas formas, entre ellos nódulos polimetálicos.

Sin embargo, ante la ausencia de un código minero para los fondos marinos, varios países, entre ellos Francia y el Reino Unido, se han pronunciado a favor de una moratoria sobre la extracción minera submarina. Estas extracciones hacen temer posibles consecuencias medioambientales que podrían alterar ecosistemas ya frágiles.

Los científicos piden tiempo y medios

Más de 2000 científicos de un centenar de países, reunidos la semana pasada en Niza, presentaron sus recomendaciones a los responsables políticos que asistirán a la cumbre de la ONU.

Entre sus recomendaciones, han pedido pasar de una relación de extracción a una relación de respeto hacia el océano, trabajar realmente para proteger la biodiversidad, organizar un reparto equitativo de los beneficios de los recursos genéticos del mar, luchar mejor contra la sobrepesca y la explotación de determinadas categorías de trabajadores marítimos o incluso descarbonizar el transporte marítimo.

Insistieron en la necesidad de medidas mundiales para la protección de los océanos, una perspectiva difícilmente realizable, dado que los intereses de las grandes potencias son prioritarios y que esta voluntad globalista y tecnocrática conduce, en última instancia, a medidas liberticidas y a impuestos adicionales para los ciudadanos, principalmente europeos.

Si bien se necesitan normas para proteger los océanos de la contaminación, tampoco existe un consenso científico al respecto. Algunos científicos afirman que todavía existe una «gran incertidumbre científica» sobre el cambio climático debido al ciclo de calentamiento de los océanos. Las temperaturas récord observadas en los océanos en 2023 y 2024 no reflejarían una aceleración «inesperada» del calentamiento global, según un estudio publicado a principios de marzo en la revista científica Nature.

«Todavía hay ámbitos en los que la ciencia no está establecida, como los sumideros de carbono o la minería en las profundidades marinas. No toméis decisiones ahora, dejadnos seguir investigando», pidió François Houllier, director general del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer).

Además del tiempo, los científicos, que representaban un amplio panel de especialidades relacionadas con el océano y contaban con 170 estadounidenses entre ellos, insistieron en las necesidades de financiación, recordando que las ciencias marinas solo recibían una media del 1,7 % de los presupuestos de investigación en todo el mundo.

Al mismo tiempo, insistieron en que los responsables políticos también tuvieran en cuenta «los diversos sistemas de valores, incluidos los conocimientos indígenas y locales».

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Protection de la vie marine : le monde divisé dans un océan d’intérêts»

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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