Llegan a la consulta con cara hinchada. Cansados. Desconcentrados. Irritados. Algunos llevan consigo un aparato para respirar, otros cuentan que su pareja se ha mudado a la habitación de invitados. Y luego suelo escuchar la frase: «Es que ronco. No es nada grave, ¿no?».
Sí, lo es. Roncar no es solo un ruido. Es una señal de alarma.
Millones de personas lo hacen, y muchos no sospechan lo peligroso que es
Se estima que más del 60 % de los hombres mayores de 50 años y alrededor del 40 % de las mujeres después de la menopausia roncan, y la tendencia va en aumento. Pero no todos los ronquidos son iguales: existe el ronquido primario, en el que no se producen pausas en la respiración.
Y existe la denominada apnea obstructiva del sueño (AOS), en la que la respiración se detiene brevemente de forma repetida durante el sueño, en algunos casos más de 100 veces por noche. Esto último puede tener graves consecuencias para la salud: los infartos de miocardio, los accidentes cerebrovasculares, el síndrome metabólico y la depresión son mucho más frecuentes cuando la AOS no se trata.
Alrededor de 4,5 millones de personas en Alemania utilizan un dispositivo de terapia respiratoria, normalmente una mascarilla llamada Presión Positiva Continua en la Vía Aérea (CPAP por sus siglas en inglés). Esta mantiene abiertas las vías respiratorias y, si se ajusta correctamente, ha demostrado prolongar la vida. Puede mejorar notablemente la calidad del sueño, la concentración y el rendimiento. Esto merece reconocimiento.
Sin embargo, muchos pacientes no se acostumbran a ella. Los aparatos perturban el sueño y afectan al estado de ánimo. Los estudios demuestran que solo uno de cada dos pacientes utiliza la mascarilla con regularidad. Los demás siguen sufriendo fatiga crónica, dolores de cabeza, aumento de peso e hipertensión arterial. Y nadie piensa en el ruido nocturno en la garganta como posible causa.
Qué ocurre en el cuerpo cuando se ronca
Desde el punto de vista médico, el ronquido es un trastorno del flujo respiratorio. Los músculos de la garganta se relajan durante el sueño, la lengua se desplaza hacia atrás y las vías respiratorias se estrechan. El aire que entra hace vibrar los tejidos, lo que produce el ruido típico.
El problema surge cuando el aire deja de pasar temporalmente, lo que se conoce como apnea. El cuerpo reacciona con una señal de alarma: se liberan hormonas del estrés, la presión arterial aumenta y el corazón se ve sometido a un esfuerzo.
Lo que muchos no saben es que las fases de sueño profundo y de sueño con sueños se acortan, lo que impide la regeneración. Los patrones de ondas cerebrales también cambian, lo que explica por qué muchos roncadores se sienten por la mañana como si apenas hubieran dormido.

¿Por qué roncamos?
La respuesta más habitual es: «porque se tiene sobrepeso». Es cierto, pero solo es una parte de la verdad. En la práctica, también veo a personas con peso normal y deportistas que tienen problemas de ronquidos. En la medicina natural pensamos en funciones y trastornos reguladores. Y aquí se observan relaciones interesantes: Debilidad de la lengua: lengua flácida se retrae más fácilmente, lo que suele ser un signo de deficiencia de micronutrientes como magnesio, zinc o silicio.
- Irritación de las mucosas: la irritación crónica de las mucosas por un exceso de histamina, inflamaciones silenciosas o una carga viral antigua provoca edemas, lo que estrecha la garganta.
- Estrés hepático: las personas que se despiertan regularmente entre las dos y las cuatro de la madrugada, y que a menudo roncan, deberían pensar en el hígado. Este órgano trabaja a toda máquina y se encarga de la producción de mucosidad en la zona nasofaríngea.
- Reflujo silencioso: el ácido gástrico ascendente o los vapores biliosos irritan las vías respiratorias superiores sin que se note ardor de estómago.
- Malposición dental y maxilar: especialmente en casos de mandíbula inferior retraída (retrognatia), la base de la lengua se desliza más fácilmente hacia la faringe.
A esto se suman factores externos: aire seco de la calefacción, dormir boca arriba, consumo de alcohol por la noche. Todas estas son influencias conocidas, pero rara vez se cuestiona por qué algunas personas son tan sensibles a ellas.
Qué ayuda y cómo se puede cambiar realmente
No existe una solución única para todos. Por eso muchos dispositivos no ayudan a largo plazo. Sin embargo, la medicina natural nos permite actuar de forma específica, individualizada, adaptada a la vida cotidiana y con una visión clara de las causas:
Aliviar el hígado
El hígado es especialmente activo por la noche, sobre todo entre las dos y las cuatro de la madrugada. Quienes roncan y se despiertan a esas horas deberían prestar más atención. Las sustancias amargas, como el diente de león o la alcachofa, pueden aliviar el hígado. Se recomienda una tintura de diente de león: 25 gotas tres veces al día durante al menos seis semanas.
Es importante no comer nada, ni beber alcohol, al menos tres horas antes de acostarse. Además, se debe eliminar el azúcar, los dulces y los productos con harina blanca de la dieta. La combinación de sustancias amargas, una cena caliente y un ritmo alimenticio claro supone un alivio notable para muchas personas.
Entrenamiento de la lengua
Los ejercicios diarios para fortalecer los músculos de la lengua y la garganta, como la terapia miofuncional, mantienen las vías respiratorias libres. Sin embargo, muchas personas necesitan orientación. Los osteópatas o logopedas con experiencia en trastornos funcionales de la mandíbula y la respiración suelen ser los mejores profesionales a los que acudir. Ellos enseñan ejercicios específicos, especialmente cuando la mandíbula inferior está retraída. Si se practican a diario, los primeros resultados se pueden notar al cabo de tres o cuatro semanas.

Lavados nasales
Los lavados diarios con sal Emser (isotónica) calman las membranas mucosas irritadas y reducen la inflamación. Lo ideal es realizar uno o dos lavados al día, siempre por la noche antes de acostarse. Los primeros síntomas de mejoría suelen aparecer al cabo de cinco o siete días, sobre todo si se evitan además los irritantes como el humo, los perfumes, el alcohol y la histamina.
«Cuidado de las mucosas» desde el interior
Los ácidos grasos omega 3 de alta calidad procedentes del aceite de algas o del aceite de pescado ayudan a regular las inflamaciones silenciosas, no solo en las vías respiratorias. La quercetina también tiene efectos antiinflamatorios y antihistamínicos. Y no olvide beber suficiente agua, al menos dos litros al día. Los primeros efectos se notan al cabo de tres o cuatro semanas.
Terapia respiratoria
A menudo se subestima la importancia de una terapia respiratoria sistemática. Sin embargo, puede ser muy útil para combatir los ronquidos. El método Buteyko o la respiración según Middendorf han demostrado su eficacia. Lo ideal es recibir instrucciones de terapeutas respiratorios especializados o profesores de yoga con experiencia. Se practica entre cinco y diez minutos al día y los primeros resultados se aprecian al cabo de dos o tres semanas. Se puede encontrar información al respecto en asociaciones profesionales o en consultas de medicina natural.
Boca cerrada, nariz abierta
La respiración nasal es esencial, especialmente por la noche. El «taping bucal», es decir, tapar la boca con una cinta adhesiva especial, puede ayudar, pero no todo el mundo lo tolera. Importante: este método solo es adecuado para personas que respiran libremente por la nariz y no debe utilizarse sin un diagnóstico previo si se sospecha de apnea del sueño, ya que existe riesgo de asfixia.
Una alternativa son los parches nasales, como los que se utilizan en el deporte. Dilatan suavemente las fosas nasales y mejoran el flujo de aire. En combinación con un lavado nasal y el cuidado de las mucosas, suelen ser un primer paso eficaz, sin necesidad de tapar la boca con parches.

Foto: Sevda Ercan/iStock
Importante: las personas que roncan habitualmente, especialmente si sufren cansancio durante el día, problemas de concentración o respiraciones entrecortadas por la noche, deberían someterse a un diagnóstico del sueño. Una prueba ambulatoria o una polisomnografía en un laboratorio del sueño pueden arrojar luz al respecto. Se pueden complementar con medidas naturistas específicas, pero no son la única terapia en caso de apnea del sueño confirmada.
Conclusión: paso a paso y sin rendirse
Roncar no es un defecto de carácter ni un destino inevitable. Es una señal de que su cuerpo necesita ayuda, y esta puede ser muy diferente. Los numerosos enfoques naturistas que encontrará en este artículo no son reglas estrictas, sino una caja de herramientas. Busque lo que más le atraiga. Quizás sea el cuidado del hígado, el lavado nasal o el entrenamiento respiratorio. Empiece por donde quiera y observe los cambios.
No todo el mundo reacciona de inmediato. A veces se necesita un poco de paciencia. A veces también se necesita ayuda específica, por ejemplo, de un terapeuta que le acompañe y le asesore de forma individualizada. Y si un método no funciona directamente, no se desanime. Pruebe el siguiente. Combine diferentes enfoques. Una alimentación consciente, menos azúcar y alcohol por la noche, ejercicios de respiración regulares: todo esto es bueno para casi todo el mundo, independientemente de si ronca o no.
Hable también con su médico. Cuéntele lo que ya está haciendo y lo que le ayuda. Los buenos médicos incluyen medidas naturistas y pueden complementarlas de forma sensata.
El camino hacia un sueño reparador rara vez es un sprint. Pero con cada paso que da, se acerca más a su objetivo: más energía, más tranquilidad y un cuerpo que realmente se regenera por la noche.
Sobre el autor
René Gräber estudió Pedagogía y Ciencias del Deporte. Criado en una familia de médicos, entró en contacto con la medicina desde muy temprana edad, tanto delante como detrás de la mesa del médico. A sus veinte años, su historial médico era «tan grueso como el de algunos septuagenarios».
Su propio sufrimiento le llevó finalmente a abandonar la medicina clásica y a interesarse por la medicina natural. El éxito de su autotratamiento sentó las bases de su consulta, abierta desde 1998, especializada en medicina natural y medicina alternativa.
Este artículo no sustituye el asesoramiento médico. Si tiene preguntas sobre su salud, consulte a su médico o farmacéutico. Se recomienda consultar en la farmacia para obtener información sobre la dosificación, el uso y los efectos adversos de las plantas medicinales.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Schnarchen raubt nicht nur den Schlaf – sondern auch die Gesundheit».
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