El 29 de octubre de 2024, una DANA arrasó la provincia de Valencia, dejando 229 fallecidos, 2641 heridos y daños materiales por decenas de miles de millones de euros. Afectó a 75 municipios, con una «zona cero» de 15 localidades como Paiporta, Catarroja o Aldaia.
Un año después, JUPOL —sindicato mayoritario de la Policía Nacional— emitió un comunicado demoledor denunciando «la nefasta gestión de la DANA». «Silencio, abandono y caos mientras los policías se jugaban la vida», expusieron.
Los policías nacionales acusan al Ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía (DGP) de una respuesta «desastrosa, lenta y vergonzosa».
En este marco, The Epoch Times España conversó con Ibón Domínguez, portavoz de JUPOL, quien subrayó que este retraso fue «una combinación de inoperancia, falta de liderazgo y un profundo desprecio hacia los profesionales que estaban dispuestos a actuar desde el primer minuto».
Desde la Guardia Civil tienen una mirada similar. La AUGC de Valencia expresó su indignación esta mañana mediante un tuit en el que reflejaron la frustración de los agentes por la restricción inicial a actuar: «Hoy es un día triste, no nos dejaron trabajar, cientos de voluntarios al día siguiente y alguien prohibió que saliéramos de base».
«Al final tuvimos que ir tras acabar nuestro servicio, en nuestro tiempo libre, con el resto de voluntarios. DEP a todas las víctimas», añadió el sindicato.
«Tres días de silencio mientras los policías se embarraban»

JUPOL también detalla fallos graves en la gestión de los primeros días de la catástrofe. «Mientras cientos de policías trabajaban día y noche, sin descanso ni medios, la DGP tardó más de tres días en reaccionar. Tres días de silencio y abandono», afirma el comunicado enviado a la redacción de The Epoch Times España.
Zonas como Paiporta quedaron desprotegidas, con agentes locales desbordados y sin refuerzos nacionales pese a informes de saqueos.
Domínguez explica que la DANA fue «un desastre anunciado, con previsiones meteorológicas muy claras», y señala que la tardanza de la DGP se extendió «entre tres y cuatro días», cuando los pueblos estaban «sumidos en el caos, con saqueos, vecinos atrapados y carreteras intransitables».
Los policías aseguran que no fue falta de medios, sino «falta de liderazgo y sensibilidad». «Cuando se necesitaba decisión, hubo burocracia», denuncian.
Domínguez va más allá y sugiere que hubo una intención política detrás de esta demora: «Hubo una decisión política de minimizar la presencia de la Policía Nacional en una comunidad donde se quiso priorizar la respuesta autonómica y local, aunque no fuera suficiente».
Añade que «esa demora no fue casualidad, fue el reflejo de una gestión basada en la imagen y no en la eficacia», y critica que «se sacrificó la seguridad por la propaganda».
«Se premiaron despachos, no sacrificios»

Asimismo, el clientelismo en condecoraciones posteriores es un punto álgido en el ámbito policial: «Se premiaron despachos, no sacrificios. Se olvidó a los que se embarraron hasta las rodillas».
Domínguez lo califica como «el síntoma más claro de una Dirección General de la Policía desconectada de la realidad y del sacrificio diario de los agentes».
A comienzos de este año, JUPOL protestó por las solo seis medallas aprobadas de 80 propuestas iniciales, tras impugnar a mandos como el Jefe Superior o su secretaria por no cumplir requisitos.
En ese sentido, el portavoz del sindicato destaca que «tras la DANA, cientos de policías se dejaron la piel —algunos literalmente arriesgaron su vida— y, sin embargo, las medallas y productividades se repartieron a dedo».
La organización puntualiza que la productividad fue un «desastre»: arbitrariedad en pagos y mandos recibiendo «compensaciones desproporcionadas».
«Se premiaron despachos, no botas embarradas», sintetiza Domínguez y añade que «los compañeros que estuvieron en primera línea fueron ignorados, mientras otros, bien colocados en la cadena de mando, recibieron reconocimientos inmerecidos».
«Es inaceptable que se premie desde los despachos mientras se olvida a quienes estuvieron salvando vidas», resume Sebastián Gómez, secretario provincial de JUPOL Valencia.
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Asimismo, AUGC ha denunciado que del récord de 345 medallas otorgadas a guardias civiles, 111 fueron destinadas a oficiales/suboficiales —que «no estuvieron en primera línea»—. «Es la lista de la vergüenza», lanzaron en un duro comunicado.
Héroes reales vs. Gobierno ausente

«Mientras el Ministerio fallaba, los policías se crecieron. Ellos fueron los verdaderos héroes de la DANA. Los que devolvieron la calma, los que rescataron a ancianos, los que limpiaron calles y reconectaron comunidades. Pero el Estado los ha olvidado», señala JUPOL.
Su portavoz destaca que estos agentes «se dejaron la piel», pero lamenta que «sin embargo, las medallas y productividades se repartieron a dedo».
Es por ello que el sindicato de policías exige dimisiones: «La gestión posterior fue una vergüenza humana y política».
Domínguez lo respalda con fuerza: «Nuestro mayor reclamo al ministro Marlaska es claro y directo: su dimisión inmediata».
«Ha quedado demostrado que no está capacitado para dirigir el Ministerio del Interior ni para comprender las necesidades reales de la Policía Nacional», explica y añade que «su mandato ha estado marcado por la incompetencia, la improvisación y el desprecio constante hacia los agentes».
«España necesita un Ministerio del Interior que defienda a sus agentes, no que los utilice como escudo político», concluye.
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