Un tratamiento de rejuvenecimiento en China bajo polémica: ¿de dónde viene la sangre?

La aspiración de mantenerse joven de forma indefinida alimenta el interés por este tipo de mensajes. Desde mediados de noviembre, un vídeo de Yu circula con fuerza en X: en él describe cómo su producto sanguíneo podría perseguir ese objetivo. La empresaria, que también posee un sanatorio en la Selva Negra, vuelve así al centro de la polémica por su tratamiento con sangre

Por Yiyuan Hackmeyer
16 de diciembre de 2025 16:17 Actualizado: 16 de diciembre de 2025 16:17

En un video publicado en X, una empresaria china presenta una «tecnología médica exclusiva» ante un hombre adinerado del sudeste asiático. Asegura que el tratamiento sanguíneo de su empresa puede restar más de diez años a un hombre mayor en solo dos semanas. Según sostiene, mujeres de hasta 75 años pueden recuperar la menstruación con esta terapia. Añade que la piel y las funciones corporales de sus pacientes, incluida la sexual, quedarían como las de una persona joven.

La mujer del vídeo es Wenhong Yu, de 54 años. Es la fundadora de Yu Meiren International Group, una empresa registrada en Hong Kong que opera en los sectores de la cosmética y la biotecnología. En China, Yu, también llamada Teresa Yu, es conocida como la «Reina de la cosmética médica», mientras que su empresa sigue siendo polémica por las quejas de los clientes y los escándalos fiscales. En 2014, Yu adquirió un sanatorio en la Selva Negra.

¿Qué tipo de «tecnología médica exclusiva» utiliza su empresa para lograr el rejuvenecimiento prometido? La explicación que ofrece en el vídeo es llamativa: su empresa aísla microvesículas de la sangre de hombres de entre 17 y 21 años y después las administra a los pacientes en una forma muy concentrada.

En un vídeo difundido en la plataforma china Douyin, Yu afirma que ella misma recibe un tratamiento de sangre mensual. El coste por sesión oscila, según informaciones, entre 180 000 y 2,4 millones de euros.

Los vídeos han suscitado un intenso debate entre ciudadanos chinos, dentro y fuera del país. Se plantean dos preguntas principales:

Pregunta 1: ¿Qué grado de fiabilidad tiene la tecnología?

Yu parece convencida de que su aspecto es la mejor publicidad para su negocio. Cuando se hizo cargo de la clínica en la Selva Negra hace diez años, los medios locales la describieron como «elfa» y «aniñada». Enormes carteles con su imagen adornan la fachada de la clínica. Su pareja actual es 30 años menor que ella. En un video en X, él muestra la piel de Yu y sostiene que es tan tersa y joven como la suya.

En la fachada del sanatorio se exhibe una foto de Wenhong Yu. Foto: Captura de pantalla

Yu pretende convencer a los clientes potenciales con su propio ejemplo. Sin embargo, actualmente no existe ningún estudio científico que confirme la eficacia de su tratamiento sanguíneo.

En abril de 2024, científicos chinos de la Universidad de Nanjing publicaron un artículo en la revista Nature Aging, del grupo editorial Nature, con los hallazgos de su investigación con ratones. Indicaron que las microvesículas de la sangre de ratones jóvenes podrían contribuir a la mejora de las funciones fisiológicas y las capacidades motoras de los ratones de más edad, a la revitalización de tejidos envejecidos y al aumento de la salud y la esperanza de vida.

Los investigadores también señalaron que desconocían cómo actuaba el mecanismo en ratones y si podría resultar eficaz en humanos.

Yu no es la primera en China en intentar rejuvenecer a las personas mediante tratamientos sanguíneos. Las memorias de exfuncionarios del Partido Comunista apuntan a que las transfusiones de sangre ya eran habituales entre los dirigentes en las décadas de 1960 y 1970. La biotecnología moderna ofrece hoy procedimientos que buscan no solo una estabilización a corto plazo, sino también prolongar de forma sostenida la esperanza de vida.

Los intereses comerciales impulsan este auge. Grandes empresas chinas, algunas de ellas estatales, como el fabricante de cocinas y electrodomésticos Haier, invierten en centros de recogida de plasma y en nuevos métodos de tratamiento.

Personas con alto poder adquisitivo tratan de acceder de forma discreta a terapias con sangre cuya base científica a menudo no está clara. La combinación de una clientela pudiente, apoyo gubernamental y un marco regulatorio laxo crea un terreno propicio para estos proyectos.

En el vídeo de X, Yu afirma que su empresa colabora con Haier y que ha adquirido un fabricante de hemoderivados en China. Eso permitiría, según su versión, obtener licencia para acceder a sangre y comercializar hemoderivados de forma legal. Añade que la empresa no se publicita y que, en su lugar, contacta directamente con posibles clientes. Según Yu, una parte importante de su clientela procede de Europa y Estados Unidos y se somete a estos tratamientos cada mes para mantener una apariencia juvenil.

Pregunta 2: ¿De dónde proviene la sangre?

El suministro de sangre en China es limitado desde hace años. Varias ciudades de ámbito provincial han organizado campañas masivas de donación en universidades de forma recurrente. Algunas instituciones, además, vinculan las notas de sus estudiantes a su disposición a donar sangre.

¿De dónde obtiene la empresa de Yu las grandes cantidades de sangre de jóvenes necesarias para producir microvesículas para su clientela? Eso sigue sin aclararse. Su trayectoria hasta convertirse en multimillonaria también resulta difícil de seguir.

Yu procede de una familia obrera del noreste de China. Tras formarse como enfermera, comenzó a trabajar en un salón de belleza y, en 1993, abrió el suyo. En 2004, fundó en Hong Kong Yu Meiren International Group —también conocido como Young Merry Real International Group— y levantó en China un negocio de cosmética médica.

La empresa se ha consolidado con tratamientos faciales no quirúrgicos. Como no cotiza en bolsa, se desconocen su valoración y el tamaño del patrimonio de su fundadora.

Yu también se mueve en el ámbito internacional. Ha asistido a una recepción ofrecida por la reina Isabel II y a un acto en Mar-a-Lago, la finca de Trump. Se ha casado cinco veces. Su último marido es el modelo albanés Rolando Lekaj, 20 años más joven, con quien tuvo su segundo hijo y de quien ahora vive separada.

Inversiones en la Selva Negra

En 2014, Yu adquirió el sanatorio Schwarzwald MedicalResort, en Obertal, cerca de Baiersbronn, que se había declarado en quiebra el año anterior. La multimillonaria china fue presentada entonces como la salvadora de la economía local. Visitó la Selva Negra en varias ocasiones durante el verano con Lekaj y su hijo; entre otros actos, celebró allí su cumpleaños en 2016 con políticos locales.

También llevó en varias ocasiones a huéspedes chinos al sanatorio. Se desconoce qué terapias recibieron.

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, los grupos chinos dejaron de visitarlo. Tras un paréntesis de cinco años, Yu regresó a Obertal en 2024. Esta vez fue sin su marido, pero con la promesa de invertir. Planteó convertir parte del complejo en un hotel para viajes en grupo y habló de llevar a la Selva Negra a un chef chino con estrella Michelin. Sin embargo, nada de ello se ha concretado. El sanatorio está cerrado desde octubre de 2025.

Trasplantes de órganos y promesas de longevidad

En China, Yu asegura tener más proyectos. En el vídeo que se viralizó en X también afirma que su empresa realiza trasplantes de órganos.

La polémica coincide con una conversación entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladímir Putin, captada por un micrófono que quedó abierto por error a principios de septiembre, al margen de un desfile militar en Pekín. El breve intercambio sobre avances para prolongar la vida —incluida la idea de Xi de que en el futuro podría ser posible vivir hasta 150 años— provocó reacciones generalizadas. Putin, por su parte, aludió a los trasplantes de órganos como vía para alargar la vida.

Yu añade en el mismo vídeo otra promesa: una «inyección para la vida eterna». Según afirma, la tecnología la desarrolla un «equipo nacional» y su empresa la lanzará en exclusiva a finales de año.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Blutquelle unklar: Umstrittene Verjüngungskur einer chinesischen Milliardärin».

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