El recientemente estrenado «Electric Vehicles: The Good, The Bad and The Ugly» no es solo otro documental que alaba perezosamente a la industria, aunque hay una buena dosis de admiración por la tecnología y se subrayan sus ventajas y su potencial. Se trata de un documental de 90 minutos, esclarecedor, educativo y entretenido, imprescindible para quienes deseen ampliar sus conocimientos sobre energía y decidir por sí mismos si los vehículos eléctricos son buenos, feos o malos.
Es muy preocupante que los responsables políticos —solo en los países ricos— estén estableciendo políticas «verdes» que siguen apoyando las violaciones de los derechos humanos y la degradación medioambiental en los países más pobres y en desarrollo, donde se extraen los minerales y metales exóticos necesarios para los vehículos eléctricos.
Aún quedan algunos retos por resolver en relación con la energía eólica y solar, que solo pueden generar electricidad de forma ocasional y no son fiables. Esta cuestión ha llamado la atención del legislador federal, y el Senado de los Estados Unidos ha votado a favor de debatir una resolución para revocar la normativa sobre vehículos eléctricos de California, alegando preocupaciones sobre la infraestructura energética y la preparación de los consumidores.
«Vehículos eléctricos: el bueno, el feo y el malo», narrado por el comentarista político y autor Larry Elder —que también aparece en la película— muestra la degradación medioambiental y las atrocidades contra los derechos humanos causadas por la extracción de los componentes necesarios para los vehículos eléctricos, al tiempo que presenta un análisis exhaustivo de las ventajas y desventajas de estos vehículos.
Los recursos del planeta Tierra son limitados
El documental de Elder educa a los espectadores sobre cómo los minerales y metales críticos necesarios para apoyar la tan cacareada «transición energética» hacia los vehículos eléctricos, las turbinas eólicas, los paneles solares y las baterías provienen de países poco fiables como China, algunas naciones africanas más pobres y otros. Esos países tienen leyes laborales mínimas y controles medioambientales deficientes, por lo que su producción de los minerales y metales críticos necesarios para la «ecologización» da lugar a una grave degradación medioambiental y a consecuencias sociales nefastas.
Todo esto, solo para apoyar la electricidad «limpia» en los países más ricos.
Las tasas de extracción y la relación entre reservas y producción de muchos de los minerales y metales críticos necesarios para la transición ecológica son alarmantes, y la mayoría de estos recursos naturales no se están reponiendo. Esto sugiere una preocupante posibilidad de que el enfoque actual de las políticas de subvenciones a las energías «verdes» sea insostenible. Además, incluso los países con las mayores reservas se enfrentan a importantes retos para aumentar el crecimiento de la producción y satisfacer la demanda prevista en el futuro.
– Litio: En 2024, se extrajeron en todo el mundo alrededor de 240 000 toneladas de litio, casi tres veces la cantidad extraída en 2020. La Agencia Internacional de la Energía prevé que la demanda de litio aumentará hasta 450 000 toneladas anuales en 2030. A pesar de la importante base de recursos mundial, la producción de estos recursos sigue siendo un reto importante.
– Cobalto: En 2024, se calcula que se produjeron en todo el mundo 280 000 toneladas métricas de cobalto, la mayor cantidad jamás registrada. La República Democrática del Congo fue el principal productor mundial, con un 74 % del total mundial, aunque el país es conocido por los graves problemas de trabajo infantil y las malas condiciones laborales en su sector minero.
Una batería típica para un sedán Tesla requiere una extracción considerable de materias primas para obtener los minerales y metales necesarios para su fabricación, como litio, cobalto, níquel, manganeso, cobre, aluminio y grafito, además del acero, el plástico y otros metales para las carcasas de las baterías.
El documental plantea la preocupación por estos «minerales de sangre», que proceden en su mayoría de países en desarrollo y se extraen en lugares del mundo que nunca son inspeccionados ni vistos por los responsables políticos ni los compradores de vehículos eléctricos.
La minería y la refinación para satisfacer la demanda de baterías para vehículos eléctricos, energía eólica y solar requieren grandes cantidades de materias primas. La masa total estimada de materias primas extraídas y procesadas para una batería de vehículo eléctrico, incluyendo la sobrecarga y los residuos rocosos, puede oscilar entre 50 000 y 100 000 libras (entre 22 680 y 45 360 kilos), dependiendo del tamaño de la batería, su composición química y la eficiencia de la minería.
El documental de Elder debería ser visto por los responsables políticos de las llamadas políticas de cero emisiones de los pocos países ricos que han interrumpido el suministro continuo e ininterrumpido de electricidad con regulaciones estrictas, subvenciones preferenciales y la cancelación de fuentes de carga base probadas, como el carbón, la energía nuclear y el gas natural.
Quienes vean «Electric Vehicles: The Good, The Bad and The Ugly» descubrirán el juego de trileros que algunos están utilizando para explotar a los países en desarrollo con el fin de apoyar los denominados vehículos eléctricos limpios y ecológicos, y podrán evaluar por sí mismos si las economías mundiales y el medio ambiente pueden sostener los vehículos eléctricos para satisfacer las necesidades de transporte de todos, y no solo de unos pocos.
«Vehículos eléctricos: el bueno, el feo y el malo» comienza a emitirse el 23 de mayo en Ganjing World. Está disponible para su compra por 12,99 dólares (11,41 euros) y se puede alquilar durante 72 horas por 9,99 dólares (8,78 euros).
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Electric Vehicles: Are They Good, Bad, or Ugly?»
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