El lado oscuro del éxito de BYD: ¿Prácticas abusivas que Europa ignora mientras admira a China?

Por Agustín Puzo
20 de octubre de 2025 16:26 Actualizado: 20 de octubre de 2025 21:13

Imaginemos por un momento que una empresa automovilística europea, como Mercedes-Benz o BMW, anunciara que retrasa los pagos a sus proveedores hasta 275 días, obligándolos a aceptar certificados digitales que venden a descuento para obtener liquidez inmediata, mientras presiona por reducciones de costos del 10-20 % bajo amenaza de no saldar deudas pendientes. ¿Qué diríamos? Probablemente, clamaríamos escándalo: acusaríamos a la compañía de prácticas abusivas, explotación de la cadena de suministro y contabilidad creativa para ocultar deudas masivas.

Los reguladores europeos intervendrían, los sindicatos protestarían y los medios lo calificarían de capitalismo salvaje, poniendo en riesgo la estabilidad industrial del continente. Sin embargo, cuando estas mismas tácticas se atribuyen a BYD, el gigante chino de vehículos eléctricos (VE), a menudo se minimizan o se ignoran en favor de elogios por su «éxito» en ventas y expansión. Esta doble moral revela un problema mayor: al criticar lo que Europa ha hecho mal en la transición a la movilidad eléctrica, tendemos a enfocarnos solo en lo que China hace bien, sin ver la foto completa. BYD no es un modelo de excelencia sostenible; sus estrategias de financiación y gestión de ventas son cuestionables y podrían llevarla al colapso, como advierten analistas independientes.

BYD, fundada en 1995 y convertida en líder mundial de VE gracias a subsidios estatales masivos, reporta ventas impresionantes: en septiembre de 2025, vendió 396 000 unidades, aunque esto representa una caída del 6 % interanual, la primera en cinco años excluyendo factores estacionales o pandemias. Pero detrás de estos números hay una realidad financiera precaria. Un análisis de GMT Research estima que la deuda real de BYD podría alcanzar los 323 000 millones de yuanes (alrededor de 40 000 millones de euros), frente a los 24 000 millones de euros reportados oficialmente. Esta discrepancia surge de «contabilidad creativa», como retrasar pagos y usar instrumentos financieros para ocultar obligaciones.


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Una de las prácticas más controvertidas es el retraso extremo en pagos a proveedores. En 2023, BYD promedió 275 días para saldar cuentas, superando con creces las normas globales (45-60 días) e incluso las chinas (120-180 días). Esto actúa como un «préstamo blando» gratuito: BYD usa el dinero de sus proveedores para financiar operaciones sin intereses. BYD mantiene un «DPO» (días de pago pendientes) de hasta 163 días en promedio, comparado con los 72 días de Tesla. Ajustando esto, BYD necesitaría unos 17 000 millones de euros adicionales para normalizar pagos, revelando que su flujo de caja operativo es insuficiente. De hecho, cálculos independientes muestran que BYD es cash flow negative de por vida, incluso ajustando subsidios gubernamentales no relacionados con emisiones. En Q2 2025, su margen de beneficio neto, excluyendo «otros ingresos» (principalmente subsidios), cayó al 1,51 %, un mínimo de tres años.

Otro instrumento cuestionable es el sistema De-Chain: certificados digitales que convierten cuentas por pagar en pagarés vendibles. Los proveedores, desesperados por liquidez, los venden a terceros con descuentos, erosionando sus márgenes. Esto no se reporta como deuda en los balances de BYD, pero actúa como tal, creando una «deuda oculta» que, según GMT, multiplica por 11 la oficial. Analistas independientes advierten que esto no es sostenible:«BYD’s business model has never generated a single dollar of excess capital (cumulatively). Análisis detallados muestran cómo las cuentas por pagar crecieron un 12,8 % interanual a 28 000 millones de euros en junio de 2025, mientras el flujo de caja de financiación fue positivo (1400 millones) solo porque la generación orgánica no basta. Ningún competidor global, como Toyota o Volkswagen, paga tan tarde; esto fuerza a proveedores a quebrar, interrumpiendo la cadena de suministro.

En gestión de ventas, BYD adopta una estrategia agresiva de precios bajos para dominar el mercado, comparada por analistas con Evergrande, el coloso inmobiliario chino que colapsó por deudas excesivas. Esto genera pérdidas para la mayoría de fabricantes chinos de VE, excepto Tesla. Datos recientes destacan que las ventas de BYD se estancaron en agosto de 2025 (0% crecimiento interanual), y en Q3 cayeron un 1,8 %. Concesionarios recurren a trucos como vender autos nuevos como usados para inflar cifras, erosionando la confianza del consumidor y creando un ciclo vicioso: precios caen, ventas decrecen, confianza se pierde. Reuters reportó en junio de 2025 que BYD desafía a Tesla en conducción autónoma, pero contraponiendo datos, mientras Tesla reporta ventas récord, BYD flatlined con baja rentabilidad y apoyo estatal masivo.

Esta miopía en la crítica europea es problemática. Al alabar a China por su rapidez en VE, ignoramos que su «éxito» se basa en subsidios, explotación de proveedores y prácticas que en Europa serían ilegales bajo regulaciones como la Directiva de Pagos Tardíos. Si Mercedes o BMW hicieran lo mismo, enfrentarían multas millonarias y boicots. Pero BYD, respaldada por el Gobierno chino, expande fábricas en Europa, Brasil y Asia, financiada por esta cadena de suministro abusiva. Analistas independientes predicen un «significativo slowdown» en crecimiento y necesidad de recaudar capital (deuda y equity). Si colapsa, beneficiaría a Tesla al aumentar su cuota, pero afectaría cadenas compartidas.

Para una transición eléctrica justa, Europa debe ver la foto completa: no solo envidiar las ventas chinas, sino cuestionar su sostenibilidad. Criticar errores europeos (como lentitud regulatoria) es válido, pero idealizar modelos como BYD ignora riesgos éticos y financieros. Como reflexionan analistas independientes: las ventas de BYD son «just a smokescreen» [una cortina de humo]. Es hora de equilibrar la narrativa: innovación sí, pero no a costa de la estabilidad global.

Fuentes
– Análisis y datos financieros detallados de AJ (@alojoh) en X, incluyendo posts sobre ventas de septiembre de 2025, flujo de caja negativo acumulado y comparaciones con Tesla.
– Informe de GMT Research sobre deuda oculta y prácticas contables de BYD.
– Reporte de Reuters de junio de 2025 sobre competencia en conducción autónoma entre BYD y Tesla.
– Datos públicos de ventas y finanzas de BYD, ajustados por analistas independientes.

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