En resumen:
Estados Unidos y el Reino Unido han desmantelado una red asiática de fraude con criptomonedas a escala industrial.
Se incautaron de bitcoines por valor de 15 000 millones de dólares (12 900 millones de euros).
En Alemania también hay afectados.
Washington está enviando una señal a Pekín: sus monederos rojos ya no son seguros.
Camboya, China, Baviera, Washington, Palaos: Estados Unidos y el Reino Unido han descubierto con precisión y eficacia un fraude informático de escala industrial. El enfoque no prioriza la detención espectacular de individuos, sino el corte sistemático de cadenas de dinero enteras. En el programa «Lea’s Insight», la youtuber china, residente en Alemania desde hace casi treinta años, analiza en profundidad esta forma de fraude en línea, que, según denuncia, se vincula a prácticas del Estado chino para defraudar a escala internacional.
Las autoridades del Reino Unido y Estados Unidos han desmantelado una gigantesca red de fraude con criptomonedas. Se trataba de un sistema que captaba a víctimas en todo el mundo mediante estafas informáticas a gran escala. Se incautaron de bitcoines por valor de 15 000 millones de dólares (12 900 millones de euros); es el mayor operativo de incautación de criptomonedas de la historia.
Pero hay más: el Gobierno de Estados Unidos no solo ha desarticulado redes delictivas, sino que también ha desmantelado una «cartera roja» oculta, vinculada a la élite del poder chino, según las autoridades.
El principal acusado es Chen Zhi, ciudadano camboyano de ascendencia china. Es el máximo responsable de Prince Group y tiene estrechos vínculos con el Ministerio de Seguridad Pública de China.
¿Quién es Chen Zhi?
Hace diez años era un joven empresario desconocido en China. En pocos años levantó un vasto imperio en Camboya: inmobiliario, finanzas, casinos y filantropía; su nombre empezó a aparecer en todas partes.
«Incluso fue nombrado asesor» por el entonces primer ministro Hun Sen. El actual primer ministro de Camboya, Hun Manet, hijo de Hun Sen, también nombró a Chen Zhi para este cargo.
Un ascenso así es inusual. Sin poderosos contactos en Pekín y el apoyo tácito de la élite del Partido Comunista Chino, un ascenso tan rápido habría sido simplemente imposible.
La acusación estadounidense revela ahora lo que habría detrás de esa fachada: bajo el liderazgo de Chen Zhi, Prince Group presuntamente llevó a cabo operaciones de fraude a gran escala.
Tras los muros y los monitores de sus centros, miles de personas, víctimas de trata, se vieron obligadas a cometer fraude. A diario, enviaban invitaciones de inversión, mensajes amorosos y falsas promesas; «engordaban a los cerdos» hasta que llegaba el momento de «sacrificarlos».
«Matanza de cerdos»
Esta estafa se conoce como «matanza de cerdos». Empieza como un romance en línea y termina en un desastre financiero: los estafadores captan la confianza, explotan las emociones y, paso a paso, conducen a sus víctimas a plataformas de inversión ficticias.
Cuando se muestran beneficios aparentes, las víctimas invierten cada vez más. Hasta que, un día, les bloquean el acceso y lo pierden todo. Según un cómplice, Prince Group obtuvo más de 30 millones de dólares al día (26 millones de euros) en 2018, mediante este método.
Eso era solo una parte de su imperio criminal: los investigadores descubrieron una red que, presuntamente, incluía además extorsión sexual, blanqueo de capitales, trata de personas e incluso tortura y asesinato. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos la describe así:
«Bajo el liderazgo de Chen Zhi, los ingresos delictivos se blanquearon a través de más de cien empresas fantasma en todo el mundo»
En 2022, en una redada del FBI en Nueva York, se identificaron 259 víctimas estadounidenses, con pérdidas totales de más de 18 millones de dólares (15 millones de euros). Y no fue más que una operación dentro de la red. En 2024, los estadounidenses perdieron al menos 10 000 millones de dólares (9 600 millones de euros) en estafas en el Sudeste Asiático. Prince Group de Chen Zhi habría desempeñado un papel central en ello.
Los centros de fraude operaban en todo el mundo, apoyados por redes locales, también en Nueva York. Allí, la «Red de Brooklyn» engañaba a inversores, convertía su dinero en criptomonedas, lo blanqueaba y lo redirigía de nuevo a Prince Group en Camboya. Todo aparecía perfectamente orquestado: beneficios aparentes, aplicaciones de trading falsas y, al final, silencio absoluto.
Un ex agente revela la verdad
Un testimonio personal aporta luz sobre la trama: Eric V., exmiembro de una organización con acceso a información privilegiada, afirma que no era un empleado corriente de Prince Group en Camboya, sino un ex agente de inteligencia.
Según él, hace aproximadamente tres años se le encargó atraer a un caricaturista disidente de Japón a Camboya y luego trasladarlo a China.
Necesitaba una tapadera creíble para esa operación. Prince Group se la proporcionó: Eric actuó como jefe de planificación del área inmobiliaria de Prince, lo que le permitió ejecutarla de forma encubierta.
Según el relato de Eric, esto no solo demuestra la sólida red de Chen Zhi en Camboya, sino que también apunta a la estrecha cooperación de Prince Group con las autoridades de seguridad chinas. En esta interpretación, Prince Group aparece no solo como una red criminal, sino también como un instrumento para operaciones políticas y actividades de inteligencia de las autoridades chinas.
La trampa de la red sin fronteras
El fraude en línea no conoce fronteras. Lo que comenzó en Camboya ahora también afecta a Alemania. Solo en Baviera, se registraron más de 370 casos de «matanza de cerdos» entre 2021 y 2024; muchos más siguen sin denunciar.
Las historias se repiten: una conversación agradable a través de una aplicación de citas, una supuesta oportunidad de inversión, ganancias crecientes… hasta que todo desaparece. Los medios alemanes informan sobre víctimas de todos los ámbitos, entre ellas empresarios, profesores y jubilados.
El dinero fluye de cuentas alemanas hacia plataformas de intercambio de criptomonedas, luego a Camboya, Myanmar o Filipinas, y finalmente a organizaciones como Prince Group.
Detrás de Chen Zhi se encuentra una cadena transnacional de financiación «roja» en la que se entrelazan el poder económico y el control político.
Palaos: primera línea en un conflicto silencioso
Otra pieza del rompecabezas se encuentra en el Pacífico: Palaos. Una nación insular que aún mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán y, por lo tanto, está en el punto de mira de Pekín.
Chen Zhi fundó una empresa de gestión de activos en Palaos a través de Prince Group y obtuvo un contrato de arrendamiento de noventa y nueve años en la isla de Ngerbelas. Allí se construiría un complejo de lujo.
Sin embargo, según fuentes estadounidenses, hay algo más: un intento de ganar influencia política mediante inversiones. La economía es la fachada; detrás de ella se esconde el juego geopolítico.
La «huelga silenciosa»
Destaca la discreción con la que Estados Unidos actuó en este caso: no hubo grandes anuncios. Aun así, las autoridades incautaron bitcoines por valor de 15 000 millones de dólares (12 900 millones de euros), un golpe silencioso y preciso, y por ello eficaz. La atención no estuvo en la detención de individuos de forma espectacular, sino en la desarticulación sistemática de cadenas de dinero.
A los gobernantes chinos les inquieta menos la crítica pública que la pérdida efectiva de activos.
En un momento en que las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos permanecen estancadas, Washington parece enviar un mensaje claro a Pekín: sus «monederos rojos» ya no están seguros.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Die größte Bitcoin-Razzia der Geschichte: Amerikas Schlag gegen Chinas Schattengeld»
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