Encuentran la conexión entre las bacterias en las encías y el cáncer de páncreas: cómo combatirlo

Por César Múnera
3 de noviembre de 2025 08:42 Actualizado: 3 de noviembre de 2025 08:42

Una simple prueba de saliva podría algún día predecir el riesgo de padecer cáncer de páncreas. Los científicos han descubierto que tener una determinada comunidad de bacterias en la boca puede triplicar la probabilidad de desarrollar uno de los tipos de cáncer más mortales y entre los culpables se encuentran los mismos microbios que causan la enfermedad de las encías.

El reciente estudio, publicado en JAMA Oncology, analizó muestras de saliva de 122 000 participantes en dos grandes estudios epidemiológicos y los siguió durante aproximadamente nueve años. Durante ese tiempo, 445 personas desarrollaron cáncer de páncreas.

En un análisis de todo el microbioma, los investigadores encontraron 21 especies bacterianas relacionadas con el cáncer de páncreas: ocho vinculadas a un menor riesgo y 13 a un mayor riesgo.

En otra prueba, los investigadores crearon una herramienta que predecía el riesgo de una persona de padecer cáncer de páncreas. La herramienta tenía en cuenta un total de 27 microbios y otorgaba a los participantes una puntuación de riesgo en función de los microbios presentes en su boca. Cada aumento de una unidad en la puntuación triplicaba el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.

Aunque algunos microbios de la puntuación de riesgo están relacionados individualmente con un menor riesgo, la puntuación refleja su efecto combinado. Se trata de una medida ponderada que tiene en cuenta tanto las especies protectoras como las dañinas.


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Tres eran patógenos periodontales bien conocidos con funciones establecidas en la enfermedad de las encías.

Los hongos implicados fueron Candida tropicalis, Candida spp (especie sin identificar), Candida albicans y Malassezia globosa. Todo el género Candida, una levadura común, también se relacionó con un mayor riesgo, especialmente entre los participantes con antecedentes de tabaquismo.

Cómo las bacterias bucales llegan al páncreas

Las bacterias dañinas no solo permanecen en la boca, sino que pueden viajar por todo el cuerpo y provocar enfermedades.

La boca tiene una influencia local, sistémica y directa en las enfermedades del cuerpo, según explicó a The Epoch Times Thaddeus Connelly, cirujano oral y maxilofacial, médico y director ejecutivo de Gengyve.

«Los microbios bucales existen en un ecosistema equilibrado cuando estamos sanos», afirmó Dileep Sharma, profesor y jefe del departamento de salud bucal de la Universidad de Newcastle. Cuando se rompe ese equilibrio, las bacterias dañinas pueden dañar directamente las encías y los huesos y provocar inflamación crónica, primero en la boca y más tarde en órganos distantes.

«Si se liberan moléculas inflamatorias en el torrente sanguíneo de forma crónica, o durante un largo periodo de tiempo, los tejidos y órganos que reciben esa señal de alarma constante desarrollan enfermedades», afirmó Connelly. Añadió que esta inflamación crónica es un factor clave en el desarrollo de afecciones como enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedad del hígado graso, accidentes cerebrovasculares y cáncer.

El Consejo General de Dentistas recuerda que los pacientes que sufren enfermedades en las encías tienen entre un 25 y un 50 % más de probabilidades de padecer patologías cerebrovasculares, aclarando que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España.

«Esto se debe a la gran cantidad de bacterias que existen bajo la encía y que pueden pasar a la sangre y afectar a otras partes del organismo, aumentando el nivel de inflamación de todo el cuerpo. En España, ocho millones de personas padecen enfermedades periodontales, como la gingivitis, de los cuales, dos de ellos acusan la enfermedad de forma grave», señalan los expertos.

Las bacterias pueden viajar desde la saliva a través del intestino hasta los órganos y causar inflamación y daños en ellos, como el páncreas, lo que puede provocar cáncer.

Una mala higiene bucal y la enfermedad de las encías pueden crear un «goteo» constante de bacterias en la sangre. Las encías inflamadas permiten que los microbios se deslicen en los pequeños vasos sanguíneos durante acciones cotidianas como masticar, cepillarse los dientes o usar hilo dental.

Las mismas bacterias, múltiples enfermedades

Los mismos microbios asociados con un mayor riesgo de cáncer de páncreas también están relacionados con otras afecciones.

Porphyromonas gingivalis, la principal bacteria responsable de la enfermedad de las encías, se ha relacionado con la endocarditis infecciosa, las enfermedades cardiovasculares, la artritis (a menudo en combinación con Prevotella intermedia) e incluso la enfermedad de Alzheimer. Las especies de Prevotella también se han relacionado con cánceres de cabeza y cuello. Fusobacterium nucleatum está implicada en el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales. Las especies de Parvimonas se encuentran con frecuencia en infecciones espinales. Por su parte, Candida albicans, un hongo común, se ha relacionado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer.

Según Sharma, los subproductos microbianos pueden contribuir al desarrollo de cánceres orales y gastrointestinales, mientras que la inflamación crónica provocada por un microbioma desequilibrado puede provocar mutaciones que den lugar a tumores.

«Comienza en la boca y el intestino, y la culpa es de una dieta deficiente y la enfermedad periodontal», afirmó Connelly.

La microbiota bucal constituye la segunda comunidad microbiana más abundante del cuerpo humano y en un diente se pueden alojar más de 500 bacterias. En la microbiota bucal puede haber más de 700 especies diferentes de bacterias.

Según la doctora Carolina Lis de Jiménez, especialista en endodoncia e implantoprótesis de la clínica ClearDent. El desequilibrio de la microbiota bucal se conoce como disbiosis oral y ocurre cuando hay una alteración en la composición de las colonias o en la cantidad de microorganismos de ciertas colonias o ambas y puede generar desórdenes en el organismo.

«Las bacterias patogénicas periodontales, como Porphyromonas gingivalis, pueden contribuir a la inflamación sistémica, promoviendo la formación de placas ateroscleróticas en las arterias», afirmó Jiménez.

Qué se puede hacer

Aunque el estudio identifica factores de riesgo en lugar de demostrar una relación causa-efecto, mantener una buena higiene bucal sigue siendo fundamental para la salud general.

«Está más claro que nunca que cepillarse los dientes y usar hilo dental no solo puede ayudar a prevenir la enfermedad periodontal, sino que también puede proteger contra el cáncer», afirmó en un comunicado de prensa el Dr. Richard Hayes, coautor principal del estudio y profesor del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.

La mayor parte de la higiene bucal consiste en mantener la boca limpia y el equilibrio adecuado de bacterias. Las medidas básicas, cepillarse los dientes y usar hilo dental, actúan alterando mecánicamente y previniendo la formación de placa.

La placa comienza siendo blanda, pero a medida que absorbe minerales, se endurece y atrae especies bacterianas más peligrosas. La placa madura se convierte en un caldo de cultivo para bacterias dañinas como F. nucleatum y P. gingivalis, explicó Connelly.

«La higiene bucal es fundamental para mantener la boca limpia y las bacterias adecuadas en ella», afirma Connelly. El cepillado, el uso de hilo dental y los enjuagues ayudan a evitar que la placa se forme y se endurezca hasta convertirse en lo que él denomina una «fábrica de bacterias nocivas», creando un entorno en el que pueden prosperar las bacterias saludables.

Sin embargo, no todos los productos de higiene bucal matan las bacterias.

La pasta de dientes no mata las bacterias, y los enjuagues bucales matan tanto las bacterias buenas como las malas, dijo Connelly.

«Además del cepillado y el uso de hilo dental, utilice un producto que esté científicamente formulado como barrera física contra la formación y maduración de la placa», dijo Connelly. Recomienda enjuagues bucales que contengan ácido hialurónico y otros componentes mucoadhesivos, como pululano y polivinilpirrolidona.

Estos productos se mezclan y forman una red protectora en la superficie de los dientes y los tejidos blandos del interior de la boca, donde se libra la batalla entre los diferentes microbios.

Las investigaciones también demuestran que la limpieza de la lengua favorece un equilibrio más saludable de los microbios.

Sharma afirma que el estilo de vida tiene un gran impacto en el microbioma bucal.


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Consumir más alimentos ricos en fibra y dejar de fumar puede mejorar su equilibrio. Fumar favorece la aparición de bacterias nocivas relacionadas con las enfermedades de las encías, mientras que las dietas ricas en polifenoles, omega-3 y fibra favorecen las bacterias saludables y reducen la inflamación.

Otras estrategias prácticas para promover un microbioma bucal saludable incluyen:

Comer mariscos, proteínas vegetales y proteínas en general.
Reducir el consumo de azúcar y carbohidratos añadidos.
Tomar probióticos.
Comer alimentos fermentados, como yogur, queso y leche fermentada.

A medida que los investigadores continúan descubriendo más sobre las conexiones entre las bacterias bucales y las enfermedades sistémicas, un mensaje queda claro: cuidar la boca puede proteger mucho más que los dientes y las encías.

Información con contenido de The Epoch Times edición Estados Unidos.

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