En resumen:
El comisario europeo Tzitzikostas sugiere retrasar las propuestas de la Comisión sobre la eliminación gradual de los motores de combustión a partir de 2035 y anuncia una mayor apertura tecnológica.
Alemania impulsa una normativa flexible y exige que se sigan permitiendo los motores de combustión propulsados por e-combustibles y los sistemas híbridos.
La industria automotriz celebra el debate y advierte de una pérdida de competitividad si no se establece un marco realista.
La eliminación gradual del motor de combustión interna en 2035 se daba inicialmente por hecha en la UE.
Este plan ahora parece estar en peligro. Al menos, así se desprende de una entrevista del diario económico alemán Handelsblatt con el comisario de Transportes de la UE, Apostolos Tzitzikostas.
Cuando Handelsblatt le preguntó si la UE permitiría los vehículos híbridos y también los motores de combustión convencionales a partir de 2035, el comisario de Transportes respondió:
«Estamos abiertos a todas las tecnologías».
Según Tzitzikostas, la UE tendrá en cuenta todos los avances tecnológicos al reevaluar los límites de emisiones, incluidos los motores de combustión alimentados por e-combustibles o biocombustibles.
Añadió que siguen trabajando intensamente para presentar las nuevas propuestas de eliminación gradual de los motores de combustión antes del 10 de diciembre, aunque admitió que podrían retrasarse, algo para lo que, dijo, hay buenos motivos.
La medida prevista formará parte de un paquete integral para el sector del automóvil con el que la Comisión Europea busca reforzar la industria automotriz y garantizar la competitividad europea.
Para las flotas de empresas, el comisario europeo Tzitzikostas prevé introducir la regla «Compre europeo», que implica la obligación de adquirir turismos europeos. Además, se promoverá un modelo de acceso más asequible para aumentar la demanda de vehículos eléctricos.
Alemania presiona en la UE
En 2022, la Unión Europea acordó que todos los turismos y vehículos comerciales ligeros de nueva matriculación debían estar libres de emisiones a partir del 1 de enero de 2035. Es decir, a partir de esa fecha no podrían matricularse coches nuevos con motor de combustión. Con ello se pretende reducir significativamente las emisiones de CO₂ en el sector del transporte.
El canciller Friedrich Merz (CDU) exige un cambio de postura de la Comisión Europea y la semana pasada envió una carta al respecto a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Merz anunció el envío de la carta el 26 de noviembre, en la rueda de prensa del «Diálogo Estratégico de la Industria Automotriz», en Stuttgart. El canciller declaró entonces:
«Si queremos afrontar los retos de esta llamada transición de la movilidad, tendremos que realizar un esfuerzo enorme en las próximas semanas y meses. Pero este esfuerzo solo tendrá éxito si la Comisión Europea y, posteriormente, las instituciones europeas en su conjunto (Consejo, Parlamento y Comisión) marcan el rumbo adecuado en el corto plazo».
Merz aludía a las propuestas sobre este tema que la Comisión Europea tiene previsto presentar el 10 de diciembre. La Comisión, bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, anunció esta fecha tras la presión del sector.
El canciller también dejó claro que la coalición no se retractaría de la postura adoptada en la Conferencia de Ministros-Presidentes de finales de octubre.
Contra una prohibición estricta de nuevos motores de combustión a partir de 2035
Los primeros ministros de los estados federados decidieron entonces que la electromovilidad era una «tecnología clave para el futuro». Sin embargo, reclamaron, además, que se tuvieran en cuenta los «sistemas de propulsión alternativos respetuosos con el clima», los combustibles sintéticos y las tecnologías de transición, como los motores de combustión de alta eficiencia. Los líderes regionales rechazaron una «prohibición estricta» de nuevos motores de combustión a partir de 2035, al considerar que podría poner en peligro la competitividad de Alemania como centro de fabricación de automóviles y socavar la aceptación pública de la «transformación».
En lugar de ello, piden al Gobierno alemán que defienda límites flexibles y realistas para las emisiones de las flotas en la UE y que establezca marcos regulatorios que permitan el uso de combustibles con bajo contenido de CO₂, la expansión de la infraestructura de carga e hidrógeno, así como inversiones en producción de baterías, tecnologías de red y conducción autónoma.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del comité de coalición de la semana pasada, en la que los partidos acordaron la eliminación gradual del motor de combustión, Merz precisó la postura del Gobierno alemán. El canciller afirmó que el Ejecutivo solicitaría a la Comisión Europea, mediante una carta, que adaptara y corrigiera la normativa de movilidad para conciliar mejor la competitividad y la protección del clima. La revisión de la normativa de las flotas de la UE es, dijo, el paso clave en este proceso.
Merz se remitió a las propuestas unánimes de la Conferencia de Ministros-Presidentes, según las cuales los híbridos enchufables, los vehículos eléctricos con extensores de autonomía y los motores de combustión de alta eficiencia deberían seguir estando permitidos.
La carta de Merz fue bien recibida en Bruselas
El comisario de Transportes, Tzitzikostas, confirmó al diario económico Handelsblatt que había recibido la carta. «La carta del canciller Merz tuvo una acogida muy positiva», declaró.
«Queremos mantener nuestros objetivos, pero debemos tener en cuenta los últimos acontecimientos geopolíticos. Debemos asegurarnos de no comprometer nuestra competitividad y, al mismo tiempo, ayudar a la industria europea a mantener su ventaja tecnológica», afirmó el comisario griego.
«Por eso también estamos estudiando cómo podemos fortalecer mejor la cadena de valor de la automoción europea».
La Asociación Alemana de la Industria Automotriz celebra la iniciativa
La postura del Gobierno alemán también fue bien acogida por la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA, por sus siglas en alemán). Su presidenta, Hildegard Müller, la calificó de buena noticia para la industria automotriz y sus empleados. Alemania debe ahora abogar por una mayor flexibilidad en las normas de CO₂ para flotas dentro de la UE «con una voz firme y unida».
Müller subrayó que la industria ha invertido miles de millones en electromovilidad, pero que la demanda hasta ahora no ha cumplido las expectativas porque el marco regulatorio no acompasa ese ritmo. En este contexto, considerar tecnologías de transición más allá de 2035 es, a su juicio, un paso correcto y necesario.
También se necesitan con urgencia mejores condiciones marco para una movilidad climáticamente neutra: una expansión más rápida de la infraestructura de recarga e hidrógeno, precios de carga más bajos e incentivos para los combustibles renovables.
La Comisión Europea inicialmente declinó hacer comentarios sobre el informe de Handelsblatt cuando fue contactada por la Agencia de Prensa Alemana (dpa). Preguntada sobre cuándo se presentarían propuestas concretas, una portavoz señaló que habían recibido la contribución alemana y estaban a la espera de más observaciones. Explicó que se trata de un proceso continuo en el que se están revisando todas las propuestas antes de decidir los siguientes pasos.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «EU-Verbot für Verbrenner wankt: Kommissar öffnet Tür für Kehrtwende».
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