El precio de los cereales en 2025 entró en una espiral bajista, una tendencia que se estima continuará hasta que se regularice el balance entre importación y exportación, así como la producción nacional e internacional.
«Los cerealistas en España atraviesan una grave situación con precios hundidos en origen. Los costes, por su parte, se han disparado en los últimos diez años, pasando de 600 euros/hectárea en secano y 1 700 en regadío, a 800 euros en secano y unos 2 200 en regadío», informó Agronegocio el 23 de mayo.
«La crisis de rentabilidad ha llevado a que en 20 años España haya perdido 1 millón de hectáreas», añadió.
De hecho, el número de explotaciones agrícolas se redujo un 12,4 % en la encuesta de 2023 respecto al censo de 2020 y se situó en 784 141, de acuerdo al último informe anual del Instituto Nacional de Estadística sobre Estructura de las Explotaciones Agrícolas.
Por su parte, la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) que en 2020 se estimó en 23 880 258 hectáreas (Ha) en 2023, bajó a 23 490 157 Ha, lo que significó para el país un descenso del 1,6 %.
En este marco, España se ha consolidado como el mayor comprador de cereales en la UE, tanto en la campaña 2023-24 como en los primeros seis meses de 2024-25. Sin embargo, también fue uno de los menores exportadores hacia países fuera de la Unión Europea, según datos de la Comisión Europea compartidos por Agronegocio.
En 2023/24, importó cerca de 14,1 millones de toneladas de cereales, lo que representa un incremento del 4,1 % respecto al año anterior. Este fue el volumen más alto desde la campaña 2014/15, y el 43,85 % de las importaciones de cereales de la UE.
La mayor parte de estas importaciones fueron de maíz (7,45 Mt) y trigo blando (5,62 Mt), con Ucrania como principal proveedor debido a los beneficios arancelarios.
Por otro lado, España exportó solo 222 900 toneladas de cereales a países extracomunitarios, lo que representa solo el 0,52 % del total exportado por la UE, siendo Francia el mayor exportador con casi 13 millones de toneladas.
En la campaña 2024-2025, España ha experimentado una caída significativa en las exportaciones de cereales. En los primeros seis meses, las exportaciones disminuyeron un 33 % en comparación con el mismo período del año anterior. Los principales destinos del maíz español fueron el Reino Unido, mientras que el trigo blando se dirigió principalmente a Nigeria y Marruecos.
Expectativas de buenas cosechas a precios bajos
El panorama internacional y la previsión de buenas cosechas son factores adicionales que están presionando los precios a la baja. Según la consultora Asegrain, la producción de cebada se incrementará en un 43,25 %, y el trigo crecerá un 33,77 %, siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan.
En diversas regiones españolas, como Salamanca y Barcelona, se están registrando caídas en los precios de los cereales, con el trigo y la cebada perdiendo hasta tres euros por tonelada, y el maíz perdiendo hasta cuatro euros por tonelada.
Baja rentabilidad para los productores
Aunque las previsiones de cosecha son buenas, los agricultores enfrentan precios bajos y costos de producción elevados. Los costos de los insumos, como los abonos nitrogenados, han subido un 40 % en los últimos seis meses. La organización ha advertido que los productores no pueden soportar una reducción del 40 % en el precio del cereal mientras enfrentan aumentos en los costos de los insumos, según la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos.
La organización denuncia que las importaciones de cereales de Ucrania han aumentado de tres a diez millones de toneladas anuales en 2024, gracias a los beneficios arancelarios otorgados por la UE.
Los agricultores exigen que se establezcan cláusulas de salvaguarda en los acuerdos comerciales con Ucrania para frenar importaciones desmedidas de cereales, que están provocando el desplome de los precios internos. También piden una revisión de los acuerdos con Ucrania, sugiriendo la implementación de contingentes más reducidos para evitar un impacto aún mayor en los precios nacionales.
«Los agricultores, con una previsión buena de cosecha, deberíamos estar esperanzados», dice la organización. «Por las decisiones políticas que se toman, resulta que no es así», indicó la Unión de Uniones.
Ante esta situación, la Unión de Uniones ha convocado movilizaciones a nivel regional y estatal, para exigir mayor apoyo a una producción estratégica y esencial para la alimentación, tanto humana como animal.
Por su parte, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha propuesto un plan de acción. Los representantes del sector de cereales de UPA se reunieron el lunes en Valladolid para analizar la próxima campaña de cereales, cuyas perspectivas son positivas en términos de producción, debido a las intensas lluvias.
El secretario de Agricultura de UPA, Ignacio Huertas, ha pedido la aplicación adecuada de la Ley de la Cadena Alimentaria, con inspecciones de oficio por parte de Gobierno y Comunidades Autónomas.
Junto con reclamar que se establezcan cupos a los cereales más importados desde Ucrania, la UPA pide también una línea económica de apoyo a los productores de cereales, algo que ya han hecho otros países europeos muy influenciados por el cereal ucraniano. Así como establecer medidas para reducir los costes de producción.
«Ante precios mundiales hundidos y rendimientos muy condicionados (…) el sector debe hacer un esfuerzo en la reducción de costes», para lo que UPA propone aprovechar el Real Decreto de nutrición de suelos, los ecorregímenes de la PAC y las medidas agroambientales, poniendo en marcha de sistemas de asesoramiento que ayuden a los productores a reducir sus costes».
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