CHINA

Dos casos de contrabando a EE. UU. de biomateriales peligrosos desde China: ¿una estrategia civil-militar?

Dos científicas chinas han sido detenidas por separado en Estados Unidos, en circunstancias muy similares. Uno de los casos comienza en el aeropuerto con un pañuelo, el otro con un pequeño paquete procedente de Wuhan, ciudad que saltó a la fama con la pandemia del coronavirus
junio 23, 2025 16:10, Last Updated: junio 23, 2025 16:10
By Lea Zhou

En Estados Unidos, dos investigadoras chinas han sido detenidas por separado por introducir ilegalmente material biológico en el país. Se las acusa de contrabando, falsedad documental y fraude en la obtención de visados. Los expertos en seguridad hablan incluso de un posible acto de terrorismo agrícola.

En el programa «Leas Einblick», la youtuber china que lleva unos 30 años viviendo en Alemania analiza más detenidamente estos dos casos, que presentan paralelismos llamativos, y plantea una pregunta fundamental: «¿Por qué arriesgan jóvenes investigadores chinos su carrera científica en el extranjero?».

En resumen…

– Un caso con un hongo destructor de cosechas introducido de contrabando.

– Un caso con gusanos utilizados en la investigación genética.

– ¿Se trata de una fusión militar-civil, una estrategia del régimen de Pekín?.


Yunqing Jian y el hongo venenoso manipulado

Yunqing Jian tiene 33 años y trabaja como investigadora posdoctoral china en un laboratorio de la Universidad de Michigan. Junto con su novio Zunyong Liu, que trabaja en una universidad china, habría intentado introducir en Estados Unidos cepas modificadas genéticamente del hongo venenoso Fusarium graminearum, altamente peligroso.

A su llegada a Estados Unidos en julio de 2024, se descubrió material biológico sospechoso en el aeropuerto de Detroit, escondido en un pañuelo arrugado dentro de la mochila de Liu. Se trataba de varias cepas de Fusarium. Él admitió que quería investigarlas en el laboratorio, donde también trabajaba su novia Jian.

Pero, ¿qué tiene de peligroso este hongo?

El Fusarium graminearum no es desconocido en EE. UU., especialmente en el este y el medio oeste, donde este moho está muy extendido. Los agrónomos lo investigan y temen desde hace décadas.

El hongo ataca cereales como el maíz, el trigo, la cebada y también el arroz. Produce varias toxinas que pueden provocar podredumbre en las plantas y, en los animales de granja, especialmente en los cerdos, vómitos intensos, trastornos del crecimiento y problemas de fertilidad. En los seres humanos, estas toxinas fúngicas causan diarrea, dolor abdominal, dolor de cabeza y fiebre.

Lo más controvertido del caso es que se sospecha que Liu y Jian trabajaron con variantes genéticamente modificadas del hongo venenoso, más agresivas, resistentes y potencialmente más resistentes a los pesticidas.

Preguntas candentes sin respuestas

Esto plantea la pregunta: ¿se desarrollaron estas variantes específicamente para aumentar la peligrosidad del hongo? Si es así, la investigación con este tipo de organismos habría requerido un permiso especial, tanto de la Universidad de Míchigan como del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Como científicos experimentados, deberían haber conocido perfectamente las normas de la institución y del país. Sin embargo, ninguno de los dos solicitó dicha autorización.

Otras pregunta importantes: ¿por qué la dirección del laboratorio de la Universidad de Míchigan permitió aparentemente este comportamiento? ¿Existía la intención de realizar ensayos de campo con estas cepas en terrenos agrícolas propiedad de la universidad?

Dada la bien documentada colaboración entre la institución china de origen de Jian, la Universidad de Zhejiang, y el ejército chino, surge la siguiente pregunta candente: ¿había algún interés militar en estos organismos modificados genéticamente? En el marco de la estrategia MCF china, sería plausible.

La fusión militar-civil (MCF) es una estrategia nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) bajo el liderazgo de Xi Jinping. Su objetivo principal es convertir al Ejército Popular de Liberación (EPL) en un «ejército de clase mundial» para 2049.

¿Era ese el enfoque de los dos investigadores chinos? Dicho de otro modo: si la intención de Jian y Liu era puramente académica, ¿por qué no utilizaron la vía legal para transferir organismos peligrosos?

Chengxuan Han y el envío ilegal de gusanos

El segundo caso se refiere a una joven investigadora de Wuhan, la metrópoli china que se ha hecho mundialmente famosa por ser el lugar de origen del coronavirus y de la gran pandemia que comenzó en 2020.

Chengxuan Han estudia en China, en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, y quería pasar un año de investigación en Michigan. A su llegada en junio al Aeropuerto Metropolitano de Detroit, fue detenida inmediatamente. También en su caso se le acusó de introducir material biológico en Estados Unidos sin autorización. Concretamente, había intentado enviar muestras de gusanos Caenorhabditis elegans (una especie de gusano redondo muy pequeño y transparente) en paquetes a Estados Unidos.

A diferencia del hongo Fusarium, que destruye las cosechas, los gusanos son organismos bastante inofensivos, pero muy utilizados en la investigación genética. Han también había introducido de contrabando plásmidos, pequeñas moléculas de ADN con forma de anillo. La investigadora declaró al FBI que los había producido con bacterias Escherichia coli (una especie de bacteria que vive normalmente en los intestinos de los seres humanos y de muchos animales), aislado e inyectado en los gusanos redondos, lo cual era un método primario de su investigación.

El FBI señaló que los plásmidos (una molécula pequeña de ADN circular que se encuentra en las bacterias) se utilizan a menudo como vehículo para introducir modificaciones genéticas en organismos como los gusanos redondos.

En el caso de la Sra. Han, se plantea la pregunta de por qué no eligió una vía regular para el transporte y mintió en su primer interrogatorio por parte del FBI. Solo más tarde, la investigadora china admitió haber enviado las muestras.

Un detalle importante: también se ha demostrado que la universidad de origen de la investigadora en Wuhan colabora con el ejército chino.

Dos casos separados, con paralelismos llamativos

Aparentemente, se trata de dos casos independientes. Sin embargo, hay ciertos paralelismos llamativos:

– Ambas investigadoras procedían de universidades chinas con vínculos con el ejército.

– Ambas intentaron introducir material biológico en Estados Unidos sin autorización.

– Ambas proporcionaron información falsa a los investigadores.

– Ambas trabajaban en la Universidad de Míchigan, uno de los centros de investigación más importantes de Estados Unidos.

En el marco de la estrategia MCF se fomenta precisamente este doble uso de la innovación tecnológica, en los sectores civil y militar. Se da prioridad al intercambio de conocimientos, datos, materiales e incluso personal entre universidades y empresas de armamento.

Así pues, lo que parece investigación clásica puede ser en realidad parte de una red militar y estratégica.

A estas alturas, sin embargo, surge una pregunta a nivel personal: ¿por qué jóvenes científicos chinos altamente cualificados arriesgan sus carreras, y posiblemente su libertad, para transportar organismos peligrosos al extranjero?

Esta pregunta es fundamental. A veces no se trata de dinero, sino de presión nacional, lealtad o convicciones ideológicas.

En cuanto al trasfondo de los dos casos que acabamos de comentar, habrá que esperar a que el FBI continúe con la investigación.

Otro caso en Canadá

Hace unos años se produjo un caso especialmente sonado en torno a la profesora Qiu Xiangguo. La prestigiosa viróloga del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá fue acusada por las autoridades de enviar sin autorización al Instituto de Virología de Wuhan (China) muestras del peligroso virus Nipah, un patógeno que puede provocar en los seres humanos una encefalitis que suele ser mortal.

En un sistema como el del Partido Comunista Chino, con una independencia académica limitada, la frontera entre «investigación para el progreso» e «investigación para el Estado» se difumina. Es precisamente aquí donde entra en juego la estrategia de fusión entre lo militar y lo civil.

Los casos recientes en EE. UU. son motivo de preocupación, aunque todavía no se sabe si el Estado chino ha estado detrás de ellos o si, en el mejor de los casos, se trata simplemente de una transgresión individual en nombre de la ambición científica.

En este contexto, sin embargo, la pregunta decisiva sigue estando omnipresente: ¿en qué medida están protegidos los sistemas científicos abiertos de Occidente, incluidos los de España y Alemania, contra una infiltración clandestina?

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Biomaterial-Schmuggel: Zwei Fälle, eine Strategie? Chinas Einfluss auf die Wissenschaft» 

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