El peligro de los componentes chinos en energías renovables: podrían desconectarse desde Pekín

El 70 % de los inversores en placas solares en España son chinos. Huawei lidera el mercado con un 36,5 % de las instalaciones, seguida por Sungrow, con un 29,7 %, y GoodWe, con un 14,5 %

Por Anastasia Gubin
19 de agosto de 2025 19:53 Actualizado: 19 de agosto de 2025 22:02

Estos días en España hay un intenso debate sobre los peligros para la seguridad nacional —y para la relación con nuestros aliados— que conlleva la presencia de la tecnológica china Huawei en el sistema de interceptación de telecomunicaciones (SITEL) de la Policía, en los sistemas de vídeo vigilancia del Palacio de la Moncloa y en las fronteras de Ceuta y Melilla, entre otras.

Sin embargo, está pasando muy desapercibida la fortísima presencia de Huawei y otros empresas chinas en el sistema eléctrico español, una infraestructura crítica y, en estos momentos, potencialmente vulnerable al control del régimen del Partido Comunista Chino.

Tras el apagón del 28 de abril, que dejó a oscuras a España y parte de Portugal, desde Europa numerosos informes alertan sobre los riesgos que conlleva que el 70 % de los inversores fotovoltaicos europeos sean de origen chino.

En energía solar, los inversores de red incorporan sensores que miden tensión, corriente y temperatura, y regulan la potencia que se inyecta en la red. Estos equipos pueden conectarse a plataformas digitales para su supervisión. También se utilizan microinversores y seguidores solares que permiten que se puedan ajustar remotamente.

Las baterías, por su parte, cuentan con sensores que detectan incidencias y responden de forma automática, aunque el operador puede controlarlas y dar instrucciones de manera remota.

En la energía eólica, los controladores de las turbinas hacen posible regular a distancia la potencia y el funcionamiento, siempre con sistemas de seguridad incorporados.


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En las redes eléctricas, los contadores inteligentes registran medidas y eventos y, según el modelo y la normativa, permiten la desconexión/reconexión remota; también se monitorizan protecciones y transformadores digitales. En cambio en la industria están los controladores, variadores y otros sistemas con sensores que admiten la monitorización y operaciones remotas.

Esto quiere decir que estos sistemas están diseñados para ser controlados remotamente, lo que plantea una cuestión fundamental: ¿deberían empresas chinas leales al régimen del PCCh tener la capacidad de manipular o incluso desconectar nuestras redes eléctricas?

El peligro de China en las redes eléctricas a debate

Mientras en Europa este debate es relativamente nuevo, agencias de inteligencia como el MI5 y otros socios de la alianza de los Cinco Ojos llevan tiempo avisando de los riesgos que supone confiar en proveedores chinos para infraestructuras críticas como la energía.

Pero la preocupación no se limita a los inversores solares de países potencialmente hostiles, sino que alcanza también a los sistemas de control de turbinas eólicas y a otros equipos conectados a redes inteligentes, los cuales concentran hoy buena parte del escrutinio regulatorio y técnico.

Inversor fotovoltaico (Foto di tjg_3d da Pixabay)

El director de marketing de Solet, una empresa lituana del sector fotovoltaico, Edgaras Reut, recuerda un caso en Estados Unidos en el que un fabricante apagó de forma remota inversores en el mercado norteamericano:

«Bastó con un chasquido de dedos y los inversores dejaron de funcionar. Esto está directamente relacionado con la falta de regulación. Es fundamental adoptar medidas que bloqueen este tipo de riesgos», afirmó en marzo a LRT.lt (Lithuanian National Radio and Television)

Jørgen S. Christensen, director de Tecnología de Green Power Denmark, dijo en mayo que descubrió en una revisión rutinaria, la presencia de ciertos elementos que no deberían encontrarse en placas de circuitos destinadas a equipos vinculados al suministro de energía, dentro de la tecnología que se empleará en el sector energético danés.


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«Estas placas de circuitos se utilizan para diversos fines, por lo que es posible que los componentes en cuestión estuvieran destinados a otras aplicaciones. Sin embargo, no deberían estar presentes cuando se utilicen en sistemas de suministro de energía», declaró.

Una encuesta realizada por Green Power Denmark entre sus miembros reveló el 18 de agosto que el 76 % de las empresas están muy preocupadas por la ciberseguridad. En 2024 y 2025, se registraron varios informes de sabotaje en Europa .

«Los ciberataques ocurren a diario y son motivo de gran preocupación tanto en las compañías energéticas como en nuestra central de alarmas conjunta, SektorCERT. Con miles de alarmas instaladas en compañías de redes eléctricas y muchas otras compañías energéticas, las vigilamos de cerca, pero nos enfrentamos a atacantes con respaldo estatal y una fuerza muy fuerte», afirmó Christensen.

Amplio poder de China en Europa

Christoph Podewils, secretario general del Consejo Europeo de Fabricación Solar (ESMC), una organización que desde 2018 representa los intereses de la industria europea de fabricación de energía solar fotovoltaica, dijo a Epoch Times España que, en nuestro país, el 70 % de los inversores fotovoltaicos son de origen chino. La empresa Huawei lidera el mercado con un 36,5 % de las instalaciones, seguida por Sungrow, con un 29,7 %, y GoodWe, con un 14,5 %. Tras los resultados de un informe encargado a la consultora de riesgos DNV, el ESMC publicó porcentajes similares en el conjunto de Europa, según dicho informe.

Ese porcentaje le da un amplio poder a China. «Hoy en día, más de 200 GW de capacidad FV europea ya están conectados a inversores fabricados en China». Esta capacidad es «el equivalente a más de 200 centrales nucleares», declaró Podewils, añadiendo que «esto presenta importantes amenazas de ciberseguridad, incluyendo la posibilidad de interferencias deliberadas o apagones masivos».

El ESMC, ante la amenaza a la independencia energética de Europa, solicitó un desarrollo inmediato de una «caja de herramientas de seguridad para inversores» de la UE, similar a la «caja de herramientas de seguridad 5G». Esto implicaría una evaluación de riesgos integral de los fabricantes de inversores, un requisito que establezca que a los proveedores de alto riesgo no se les debe permitir mantener una conexión en línea con los sistemas eléctricos europeos y considerar la prohibición total de que dichos proveedores se conecten a la red.

En 2023, la Comisión Europea emitió recomendaciones de restricción a Huawei y ZTE en su implementación de la Caja de herramientas de ciberseguridad 5G por problemas de seguridad.

«No puedo, sino recalcar la importancia de agilizar las decisiones para sustituir a los proveedores de alto riesgo de sus redes 5G», comunicó el comisario Thierry Breton en el año 2023. Varios países europeos aplicaron restricciones incluso antes, tras las indicaciones en 2019 de Estados Unidos y el Parlamento Europeo. Entre ellos, en 2022, el Reino Unido ordenó eliminar a la empresa china Huawei de las redes públicas 5G.

En 2024, la Unión Europea también aplicó a ciertos productores exportadores aranceles de un 35,3 %.

En el Reino Unido, una nueva ley va más allá de las restricciones comunes. Un reciente informe  de la Comisión Mixta de Derechos Humanos del Parlamento, solicitó una legislación obligatoria de diligencia debida y la prohibición de la importación de bienes vinculados al trabajo forzoso, en particular en el sector solar.

En su informe destaca la alta exposición de las cadenas de suministro de energía solar a prácticas de trabajo forzoso, especialmente en la fase inicial de producción de polisilicio, y critica las limitaciones de las iniciativas voluntarias impulsadas por la industria, informó ESMC el 28 de julio.

También se espera que el próximo Reglamento sobre Trabajo Forzoso de la UE garantice que la transición energética no se base en violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, según ESMC, su éxito dependerá de una aplicación clara, normas de trazabilidad específicas para cada producto solar y una supervisión y auditoría eficaz de la cadena de suministros y los productos.

Se pide «prohibir la importación de productos solares producidos con trabajo forzoso, como parte de un enfoque integral de derechos humanos para la transición verde», dijo Podewils el 28 de julio.

Medidas contra la competencia desleal china

El 8 de mayo, el Parlamento Europeo aprobó una serie de normas revisadas para evitar riesgos de seguridad derivados de las inversiones extranjeras, sobre todo las vinculadas con China en el sector energético solar.

«Se abordó la creciente preocupación por la posible incursión de ciertos inversores extranjeros en el control de empresas de la UE que suministran tecnologías, infraestructuras o insumos críticos, o poseen información sensible, y cuyas actividades son cruciales para la seguridad o el orden público a nivel de la UE», dijo el Europarlamento.

«Esta es una señal muy importante del Parlamento Europeo», afirmó Podewils. «Es muy positivo que el Parlamento destaque la competencia desleal y el dumping por exceso de capacidad industrial procedente de terceros países, y exija medidas inmediatas. Se trata de una cuestión crucial para la fabricación de energía solar europea».

La propuesta fue aprobada por 378 votos a favor, 173 en contra y 24 abstenciones.

Tras la aprobación del informe en el pleno se iniciarán las negociaciones con los Estados miembros sobre la forma definitiva de la ley. El Parlamento y el Consejo deben adoptar el acto legislativo definitivo antes de su entrada en vigor.

Lituania y Estonia evitan la dependencia china

El director general del Servicio de Inteligencia Exterior de Estonia, Kaupo Rosin, dijo a Reuters el 17 de diciembre que China podría chantajear a Estonia si esta permitiera la tecnología china en sectores cruciales de la economía, como los inversores solares, que conectan los paneles solares a la red eléctrica y pueden apagarse remotamente.

«Si se diera una situación en la que China quisiera presionarnos para tomar una decisión política, y algunos sectores estuvieran, en realidad, fuera de nuestro control, eso significaría que todo este equipo sería manipulable desde China», declaró Rosin.

«Este escenario quizá no sea real hoy, pero debemos evitar que se convierta en realidad algún día».

Por su parte, el 12 de noviembre de 2024 el Parlamento Lituano informó que aprobó enmiendas a la Ley de Electricidad que prohíben a las empresas chinas acceder a plantas de energía solar y eólica de más de 100 kW en parques e instalaciones de almacenamiento. Esto tiene como objetivo proteger el sistema eléctrico de amenazas externas y garantizar su funcionamiento fiable, informó el Parlamento lituano.

Según el Ministerio de Energía, en Lituania operan actualmente más de 1000 parques solares y eólicos de más de 100 kW y varias baterías de la misma capacidad. Algunos de sus sistemas de control son chinos y se controlan a distancia, por lo que existe la posibilidad de que personas no autorizadas influyan o controlen la producción y el almacenamiento de electricidad a distancia, por ejemplo, conectándose remotamente para encenderlos, apagarlos, modificar sus parámetros, dañarlos o afectarlos de cualquier otra forma.

Fábricas netamente europeas en España y Suecia

En este contexto, en Europa y España están surgiendo iniciativas encaminadas a garantizar la independencia energética europea de los proveedores chinos.

En este sentido, la empresa MCPV de los Países Bajos, recibió una subvención de 10 millones de euros para apoyar el desarrollo de una planta de producción de módulos solares de 2,5 GW en Tudela, España. La financiación supone un hito importante en la misión de MCPV de construir en Europa una base de fabricación solar de nueva generación y con gran solidez.

La ayuda la aprobó el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) dentro de un paquete de 297,3 millones de euros para reforzar la fabricación de equipos renovables en España.

También una empresa sueca de tecnología solar y miembro del ESMC, Midsummer AB, desarrollador y fabricante de células solares de película fina y equipos de producción relacionados, obtuvo este año un encargo por valor de 143,5 millones de coronas suecas (unos 13 millones de euros) de un grupo industrial y de defensa sueco.

ESMC reúne a actores clave del sector de la fabricación fotovoltaica en Europa, especialmente a la mayoría de los fabricantes de obleas, células, módulos, equipos y centros de investigación. Algunas de las empresas que apoyan a la organización hasta la fecha son EDF Photowatt, Total Solar, Singulus, NorSun, NexWafe, Voltec, Fraunhofer ISE, INES, Cener y Ciemat, entre otras. No está afiliado a ninguna asociación existente, pero colabora estrechamente con la Plataforma Europea de Tecnología e Innovación para la Energía Fotovoltaica (ETIP-PV).

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