ENTREVISTA:
Si hay algo que transmite Esmeralda Gómez es positividad, dinamismo y, muy importante, esperanza.
Esta doctora en Economía, licenciada en Matemáticas, emprendedora, conferenciante, escritora y profesora universitaria, ha detectado una carencia clave en nuestra sociedad, que condena a la pobreza a las personas, a pesar de trabajar y generar ingresos y, lejos de enfocarse en el problema, ella se vuelca en buscar la solución.
La experta está convencida de que hay cambiar la mentalidad y ofrecer acceso a la educación financiera a todos los niveles: a los niños, a los adultos, en las empresas e incluso a los responsables institucionales. Es lo que ella denomina «democratizar la educación financiera».
Le preguntamos, en qué consiste esta «democratización» y nos cuenta:
«Se democratiza tratando de llevar este conocimiento a todas las parcelas posibles. Tenemos que remar familias, política y todas las instituciones. Quiero decir, entidades bancarias, colegios, universidades, empresas… Todas las empresas deberían educar financieramente a sus empleados o deberían formar parte de esta educación financiera», dice la Sra. Gómez a Epoch Times España.
La experta cree que la educación financiera de la población genera ciudadanos más autónomos y menos dependientes del Estado. Al gestionar mejor sus recursos, los individuos reducen su vulnerabilidad ante las crisis económicas, mejoran su bienestar, aumentan su capacidad de ahorro e inversión y, en consecuencia, contribuyen a una economía nacional más sólida y sostenible.
Por ello, ya ha presentado dos Iniciativas Legislativas Populares para introducir la salud financiera en el sistema educativo español enfocado en inculcar «autonomía, criterio, dignidad y soberanía personal».
Ella propone enseñar desde primaria hasta bachillerato a:
– Gestionar ingresos y gastos desde los 10 años.
– Entender cómo se construye una pensión futura (y por qué no puedes fiarte de que llegue).
– Detectar el empobrecimiento silencioso causado por la reserva fraccionaria y los intereses ocultos.
– Desarrollar pensamiento crítico frente a los dogmas económicos.
– Leer una nómina, una hipoteca o un contrato bancario sin miedo.
Para la economista, esta inversión en educación podría empezar a tener un impacto notable en una década, aumentando la autonomía individual y reduciendo la dependencia del estado.
Y para la Sra. Gómez este es un tema urgente porque defiende que «la pobreza no viene por falta de ingresos. Viene por falta de educación. Porque una generación que no sabe cómo funciona el dinero está condenada a obedecer a quienes sí lo entienden. Y porque el sistema actual prefiere ciudadanos dependientes, no libres», añade.
«Esto yo creo que es fundamental. El dinero es algo con lo que todos trabajamos, desde el panadero, el albañil, el ingeniero, el presidente del gobierno, el CEO de cualquier empresa, cualquier ama de casa, cualquier abuelo, abuela, un adolescente que recibe su primera paga, un trabajador por cuenta propia o por cuenta ajena, el emprendedor que crea una empresa, el que hace la compra o la declaración de la renta, etc.».
Las personas se relacionan constantemente con el dinero y para la Sra. Gómez esto constituye una gestión de recursos. Pero no solo hay que aprender a gestionar el dinero, añade la economista, «tenemos que gestionar también tiempo, energía, conocimiento y personas. Los contactos son muy importantes. Desarrollar buenas relaciones. De la misma manera que es muy importante desarrollar una buena relación con el medio de intercambio socialmente aceptado, que es el dinero».
«Muchas entidades, aun no creen plenamente en ello, pero como es algo socialmente considerado como bueno, se sumarán. De hecho, el concepto de «salud financiera», que acuñé hace una década, ya ha sido adoptado por numerosas instituciones», explica la Sra. Gómez.
Le preguntamos si está de acuerdo en que históricamente ha existido una connotación negativa hacia el dinero, hacia el ahorro y nos responde que sí:
«Es así. Históricamente ha habido una connotación negativa hacia el dinero, hacia el ahorro, influenciada muchas veces por una parte cultural, por una parte social, por las propias familias y también influenciada por el desconocimiento. Cuando desconocemos algo, hay una tendencia natural y humana que es a temerlo. Pero cuando descubrimos, nos formamos y nos educamos financieramente, empezamos a ver que esta gestión económica es, en sí misma, positiva para el ser humano porque nos hace más responsables por un lado, porque nos permite conquistar mayores cotas de libertad».
Por otro lado, la experta considera que lo que «tenemos ahora en España es un sistema mayormente parasitario» y que la sustracción no voluntaria a todas las personas es una realidad con la que hay que vivir, pero confía en que esto cambie pronto.
«Con lo cual, este sistema, que ahora mismo es parasitario, inevitablemente se va a reducir, y esa es mi aspiración. Pero que se reduzca desde abajo. ¿Qué significa desde abajo? Que necesito que las personas, cada individuo, adopten un rol activo y protagonista en su vida, que no sean tan dependientes del Estado ni crean que este les va a proveer de un trabajo, una jubilación, una ayuda o una paga, porque eso hace inútil al individuo. Yo lo resumo en una frase muy simple: si quieres anular a alguien, dáselo todo hecho. Eso es, precisamente, lo que están haciendo en este momento con la sociedad».
Respecto de los impuestos, la Sra. Gómez los califica como «coacción». Y explica que «esto lo debemos conocer todos. Yo ya lo he transmitido en mi círculo más cercano, incluso a los más pequeños. La primera vez que hablé de qué es el Estado en estos círculos más reducidos, la persona en cuestión se echó a llorar. Es una anécdota que también suelo contar. ¿Por qué? Porque lo expliqué de forma directa y transparente, que es como debería ser. Le entregué una cantidad de dinero y, delante de él, le retiré la mitad, que es aproximadamente lo que estamos pagando en España. Las personas aquí trabajan hasta mitad de año solo para el Estado».
«Todo este conocimiento debemos tenerlo: cómo hacer la declaración de la renta, saber que una persona media paga 1600 euros al año en concepto de IVA, o que en otros países se pagan otras cantidades. Es importante conocer lo que ocurre en el resto del mundo para poder valorar, adaptar o levantar la mano y decir: «Te estás pasando, curva de Laffer»».
Todo esto, que forma parte de la educación financiera, facilita enormemente la toma de decisiones para nuestra economía. Pero esta educación debe adaptarse e introducirse en las empresas, y también en el ámbito educativo, en distintos niveles: colegio, bachillerato, universidad, formación profesional, política y familias», agrega la Sra. Gómez.
Con respecto a las pensiones, la emprendedora asegura que el sistema está quebrado y que se debe reformar, «y se reformará» dice convencida.
Foto: Cortesía de Esmeralda Gómez.
«Estoy trabajando también en ello. Espero poder conseguirlo en las próximas décadas. Somos muchas las personas que estamos involucradas en este proyecto. Tenemos que limpiar el sistema, darle la validez que merece y que merecemos todas las personas, para que haya alguien ahí controlado por todos desde abajo, y no al revés; es decir, que no nos controlen desde arriba. Que tengan que actuar conforme a nuestras normas y no al contrario.
A partir de ahí, los individuos empezarán a tener sus ahorros, a gestionar de forma multipilar su sistema de pensiones, a invertir —que es la siguiente derivada natural cuando la gente se forma—. ¿Para qué? Para capitalizar y apoyarse en las leyes financieras compuestas que enseño en una de las universidades en las que soy docente. Todo ello dentro de las normas sociales que tenemos, con el objetivo de maximizar este bienestar, reconociendo que somos seres humanos, cada uno con sus miedos, sus sueños, y su manera de vivir la vida, con su familia, con sus amigos».
Para ayudar a las personas a aprender cómo gestionar su patrimonio, sus ahorros o construir su patrimonio inmobiliario la Sra. Gómez ha creado la primera red social de habla hispana e inglesa del mundo que incluye calculadoras financieras, Econoki.
«Es una opción para diagnosticar nuestra propia salud financiera. O crear tu patrimonio inmobiliario, por poner tan solo algunos ejemplos. Esta es una empresa que ofrece una experiencia para poder invertir, de momento, aquí en España, más allá de la formación».
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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