Exclusiva: la fiebre aftosa se introdujo en Europa desde Turquía

Por Ondřej Horecký
6 de mayo de 2025 16:24 Actualizado: 6 de mayo de 2025 16:24

Mientras que el origen de la fiebre aftosa en Eslovaquia y Hungría sigue siendo oficialmente desconocido, un granjero checo afirma, basándose en información extraoficial, que la enfermedad contagiosa fue introducida en Europa desde Turquía. ¿Cómo pudo suceder esto?

«La fiebre aftosa (SLAK) es una enfermedad vírica altamente contagiosa que afecta a los clávigrados (ganado vacuno, ovino, caprino, porcino, búfalos y animales salvajes). La transmisión de la enfermedad puede ser directa entre animales (por inhalación o vía oral) o indirecta, mediante transmisión mecánica (calzado, ropa, medios de transporte), el viento, productos animales (carne, leche, piel, lana) o piensos», escribe la Administración Veterinaria Estatal (SVS) en su página web.

Los investigadores de la Comisión Europea también mencionaron la variante del viento en relación con la transmisión de la enfermedad de Hungría a Eslovaquia. «Probablemente se propagó por el viento. Según los informes meteorológicos, soplaba un fuerte viento desde el sureste de Hungría hacia el noroeste a lo largo del Danubio, lo que facilitó la propagación del virus (hacia Eslovaquia)», citó el diario eslovaco Pravda según un informe de TASR.

Sin embargo, esta versión es cuestionada por Jiří Michalisko, vicepresidente de la Asociación Checo-Morava de Empresarios Agrícolas (ČMSZP). Si fuera así el virus se habría transmitido también a la fauna silvestre, pero no se ha demostrado nada parecido en los animales capturados y analizados deliberadamente en la zona afectada, señaló Michalisko, citando las declaraciones del doctor veterinario Jaroslav Karahuta, exdiputado eslovaco y presidente del Comité Agrícola del Consejo Nacional de la República Eslovaca.

Según él, otra razón es el clima favorable ya que no llovió y hacía mucho sol. Según el agricultor, la radiación UV tiene efectos fitosanitarios y debilita la eficacia del virus. Por eso atribuye la propagación de la enfermedad a los seres humanos.

Señaló que también en Eslovaquia el rastreo demostró que la causa de la infección era el factor humano relacionado con el movimiento del personal y la maquinaria. «Siempre se trata en gran medida del factor humano y del incumplimiento de las normas de bioseguridad», comentó.

Según él, la fiebre aftosa se transmitió de Hungría a Eslovaquia a través de empresas de cuidado de pezuñas que utilizaban equipos sin desinfectar. Y, según Michaliska, la enfermedad llegó a Hungría desde Turquía.

«Según toda la información que tengo de la Administración Estatal de Veterinaria y Alimentación de Eslovaquia, la primera transmisión a Hungría se produjo precisamente durante el transporte de terneros lecheros de una granja húngara a Turquía, transportados por un transportista húngaro, pero el vehículo no pasó una desinfección adecuada a su regreso. A continuación, el transportista trasladó otros animales, novillas preñadas, a una granja de cría. Según los datos recabados por los veterinarios eslovacos, este contacto sin precedentes provocó el contagio en Hungría», declaró a Epoch Times el vicepresidente de la ČMSZP.

Los informes oficiales no confirman nada de esto por el momento. La portavoz del Ministerio de Agricultura eslovaco declaró a Epoch Times el martes por la tarde que no tenía conocimiento de tal información y que, si los resultados de la investigación veterinaria sobre el origen del SLAK hablaban de ello, aún no se habían publicado.

Hemos solicitado a la Administración Estatal Veterinaria y Alimentaria de Eslovaquia (SVPS) que confirme o desmienta esta afirmación. Michaela Matušková, de la Oficina del Director General de la SVPS, nos ha respondido hoy que «por el momento no es posible determinar cómo se ha introducido la enfermedad en la zona centroeuropea». También nos hemos puesto en contacto con la embajada turca en Eslovaquia para solicitar comentarios, pero no hemos recibido respuesta hasta el momento de la publicación.

Resulta paradójico que Turquía sea un mercado fundamental para los ganaderos europeos, del que ahora Hungría y Eslovaquia se verán privados temporalmente. Michalisko explica que la SLAK es frecuente en Turquía, pero se trata con vacunas. Sin embargo, esto afecta al potencial reproductivo de los rebaños, que no tienen suficientes crías, por lo que deben comprarlas en grandes cantidades en Europa, que tiene el estatus de región «libre de SLAK».

Cabezas de ciervo en una bolsa, o cómo no cumplir las normas

Según Michalisko, no solo es fundamental que las medidas de cuarentena sean suficientes, sino también que la gente las respete conscientemente. Por eso, en su opinión, la prevención más eficaz es la sensibilización generalizada entre los agricultores, los medios de comunicación y el público en general, explicando cuáles son las vías de transmisión más peligrosas y a qué hay que prestar atención.

Como ejemplo de actitud irresponsable, cita una historia que ha oído recientemente. Unos cazadores checos tenían previsto viajar a Hungría unos días después del inicio de la temporada de caza, el 1 de abril, es decir, después de la declaración de las medidas veterinarias de emergencia, para cazar corzos. Trajeron consigo cuatro cabezas de corzo cortadas en una bolsa de plástico, con la piel y los restos de tejido, para disecarlas. En una caza oficial, tal trofeo estaría sujeto a las normas de la CITES y sería rastreable.

«Pero cuando vas a cazar con un amigo húngaro, de manera no oficial, no encuentras ningún rastro. En tiempos de medidas veterinarias, fronteras cerradas, desinfección de chasis, rociado de carrocerías, coches, desinfección y todo lo demás, hay que tener en cuenta que el factor humano comete este error», reflexiona sobre la imprudencia de los cazadores y señala que esas mismas personas luego vienen a cazar aquí con la misma ropa que llevaban puesta.

Si la gente ignora las medidas, lo único que se puede hacer es ser más estrictos en los controles, lo que, sin embargo, limitará a todos los demás, opina, y añade: «Si lo cumplimos, podríamos acabar con esto en dos meses y no habría ni rastro de todo este asunto».

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Exkluzivně: Slintavka a kulhavka byla do Evropy zavlečena z Turecka, tvrdí inside».

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