La revolución educativa de Trump: más formación profesional en lugar de la élite de Harvard

El presidente Trump quiere desviar miles de millones de dólares de fondos públicos de la controvertida Universidad de Harvard a escuelas de formación profesional con el fin de fortalecer a los trabajadores estadounidenses y reorientar el sistema educativo

Por Thomas Kalmund
30 de mayo de 2025 15:10 Actualizado: 30 de mayo de 2025 15:10

El presidente Donald Trump tiene planes ambiciosos para reformar el sistema educativo estadounidense. El 26 de mayo anunció en Truth Social que quiere retirar alrededor de 3000 millones de dólares (2650 millones de euros) de fondos públicos de la Universidad de Harvard e invertirlos en formación profesional.

«Estoy pensando en retirar 3000 millones de dólares en subvenciones a la fuertemente antisemita Harvard y destinarlos a escuelas de formación profesional en todo el país», escribió Trump. «Sería una gran inversión para Estados Unidos, ¡y muy necesaria!». El desvío incluye recortes ya realizados, entre ellos 2200 millones de dólares (1950 millones de euros) en abril, 450 y 60 millones de dólares (398 y 53 millones de euros) en mayo, a través del Ministerio de Salud. La propuesta tiene por objeto utilizar mejor el dinero de los contribuyentes y fortalecer a la clase trabajadora, mientras que universidades de élite como Harvard son objeto de críticas por su postura ante el antisemitismo y sus conexiones internacionales.

La formación profesional como motor económico

El plan de Trump aborda una de las principales preocupaciones de los votantes conservadores: la promoción de vías educativas orientadas a la práctica que preparen a los jóvenes estadounidenses directamente para el mercado laboral. A diferencia de los programas teóricos de las universidades de la Ivy League (Liga Ivy), las escuelas de formación profesional ofrecen formación para oficios como artesanos —técnicos o cuidadores— profesiones que constituyen la columna vertebral de la economía estadounidense.

La inversión en formación profesional podría reforzar la importancia de las profesiones orientadas a la práctica y fomentar la independencia económica, especialmente en las zonas rurales con escasez de mano de obra cualificada. Estas medidas podrían reducir la dependencia de los títulos académicos y crear nuevas perspectivas para la clase media.

La medida refleja las críticas de Trump a la «cultura elitista y alejada de la realidad» que, en su opinión, encarnan universidades como Harvard. Para muchos de sus votantes, estas instituciones son símbolos de una clase alta alienada que no satisface las necesidades de la población en general.

Al desviar los fondos públicos hacia las escuelas de formación profesional, Trump envía un mensaje claro: la prioridad es fortalecer a la clase trabajadora, no subvencionar la educación elitista. Este mensaje tiene una gran resonancia entre su base conservadora, que exige un retorno a los valores prácticos y la responsabilidad individual.

Detrás de la propuesta de Trump se esconden las tensiones con Harvard, desencadenadas por las acusaciones de medidas de seguridad insuficientes en el campus. El 22 de mayo, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS  por sus siglas en inglés) retiró a la universidad la certificación para el programa de admisión de estudiantes internacionales (SEVP por sus siglas en inglés), alegando que Harvard había creado un «entorno inseguro». La medida afecta a unos 6800 estudiantes extranjeros.

Harvard respondió con una demanda en la que acusaba al Gobierno de violar principios constitucionales como la libertad de expresión y, el 23 de mayo, consiguió una orden judicial provisional. Estas disputas ponen de relieve los conflictos, pero Trump también tiene como objetivo fundamental reorientar la política educativa.

Una señal para el futuro

La iniciativa de Trump forma parte de un esfuerzo más amplio por adaptar el sistema educativo a las necesidades de la población. Otras universidades se ven afectadas por medidas similares: el 8 de mayo, el Ministerio de Educación inició investigaciones contra la Universidad de Carolina Occidental (Western Carolina University) por violaciones de las normas de igualdad de género y contra la Universidad de Pensilvania por información financiera insuficiente.

El desvío de los fondos de Harvard no solo podría reforzar la formación profesional, sino también fomentar la independencia económica y la movilidad social. Para los votantes conservadores, esto supone un paso hacia una política educativa que hace hincapié en las habilidades prácticas y la responsabilidad fiscal, un modelo que también podría estimular el debate sobre el futuro de la educación en Europa.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania  con el título «Trumps Bildungsrevolution: Berufsschulen statt Harvard-Elite»

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