OPINIÓN

Maduro lanza la «Era del Gran Hermano Bolivariano»: una App que convertirá a cada venezolano en espía de su propio vecino

octubre 22, 2025 14:57, Last Updated: octubre 22, 2025 15:06
By Maibort Petit

En medio de un clima de tensión militar en el Caribe y un cerco diplomático sin precedentes, el régimen de Nicolás Maduro ha dado un paso más hacia la consolidación del control total sobre la sociedad venezolana. Durante una cadena nacional transmitida el 20 de octubre de 2025, Maduro anunció la creación de una nueva herramienta digital que formará parte de la plataforma VenApp, una aplicación que, según sus propias palabras, permitirá que los ciudadanos reporten «todo lo que ven, todo lo que oyen, las 24 horas del día».

La propuesta aún no se ha materializado en código, pero su alcance es claro: convertir a cada venezolano en un agente de vigilancia de su entorno, bajo el pretexto de una defensa territorial frente al supuesto «acoso militar» de Estados Unidos.

Este anuncio marca un punto de no retorno, en la estrategia de control social del chavismo. Ya no se trata solo de propaganda o manipulación informativa, sino de la creación de un ecosistema digital que combina inteligencia popular, delación civil y monitoreo militar, inspirado directamente en el modelo panóptico chino.

VenApp: de red ciudadana a sistema de delación masiva

VenApp nació en 2022 como una aplicación supuestamente diseñada para reportar fallas en servicios públicos —apagones, fugas de agua, colas de gasolina—. Sin embargo, su uso real ha evolucionado hacia el control político. Durante las protestas postelectorales de 2024, el Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS Venezuela) documentó cómo el régimen la utilizó para promover denuncias contra manifestantes y opositores, facilitando detenciones arbitrarias y la identificación de disidentes.

Hoy, bajo la nueva directriz presidencial, VenApp se transformará en un hub de inteligencia territorial, con capacidad de geolocalizar reportes en tiempo real, recibir fotos, videos y textos, y canalizar toda esa información hacia comandos militares y milicianos comunales.


Lea también: China en las venas de Venezuela: el plan maestro de Pekín para controlar el régimen de Maduro


Maduro lo presentó como un sistema de «inteligencia social» que permitirá «respuestas rápidas ante amenazas a la paz», pero analistas lo describen como un intento de crear un ejército digital de informantes civiles. En un país donde el 70 % de la población depende de subsidios estatales, el chantaje económico puede convertir la participación en esta aplicación en un requisito de supervivencia: delata o pierdes tu bono.

El catalizador: la ofensiva de EE. UU. contra el Cártel de los Soles

La creación de esta app de vigilancia no ocurre en el vacío. Su contexto inmediato está marcado por la escalada militar estadounidense en el Caribe y el endurecimiento de las sanciones contra la cúpula chavista.

Desde agosto de 2025, la Administración Trump ha intensificado la llamada Operación Antinarcóticos Caribe 2.0, desplegando destructores como el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson, junto con aviones espía P-8 y drones de reconocimiento. Washington acusa a Maduro y altos mandos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de dirigir el Cártel de los Soles, una red de narcotráfico aliada con el Tren de Aragua y cárteles mexicanos como el de Sinaloa.

El propio Trump firmó una directiva secreta que autoriza el uso de fuerza letal contra «narcoterroristas», duplicando la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares. Desde entonces, al menos siete embarcaciones ligadas al narcotráfico han sido hundidas en operaciones navales cerca de Venezuela y con una cifra estimada de 32 personas muertas, (terroristas, según Washington).

Maduro, sintiéndose acorralado, responde con una militarización total de la sociedad civil. Supuestamente, ha movilizado más de 4,5 millones de milicianos comunales, denunciando una «guerra híbrida imperial» y usando el discurso de la defensa nacional para justificar medidas de control interno. En este marco, la nueva VenApp se convierte en el brazo tecnológico del miedo.

Del Carnet de la Patria al panóptico Bolivariano

Esta nueva fase del control digital no es inédita. Desde 2017, el Carnet de la Patria, diseñado con tecnología de la empresa china ZTE, ha permitido al régimen monitorear la lealtad política de los ciudadanos, vincularlos con subsidios y condicionar su acceso a alimentos, gasolina o medicinas.

La integración de la futura VenApp con el Carnet de la Patria amplía ese sistema, permitiendo cruzar datos de identidad, geolocalización y comportamiento digital. Esto podría habilitar una vigilancia sin supervisión judicial, donde cada reporte ciudadano se convierte en una potencial herramienta de persecución política.

El modelo replica la lógica del crédito social chino, donde la obediencia se premia y la disidencia se penaliza. La diferencia es que en Venezuela se ejecuta con recursos limitados, pero con una ventaja crucial: la desesperación económica, que convierte la participación en un mecanismo de coacción.

La exportación del modelo chino y la era del miedo digital

China lleva más de una década exportando infraestructura de vigilancia a países autoritarios. Huawei y ZTE han provisto a regímenes como Irán, Etiopía y Venezuela de redes de telecomunicaciones y sistemas de análisis de datos masivos. En el caso venezolano, la colaboración ha ido más allá del hardware: incluye capacitación en ciberseguridad, monitoreo y control de información en redes sociales.

El resultado es un híbrido: una distopía digital de bajo costo, donde la tecnología sirve a la represión más que al desarrollo. En palabras de un analista militar venezolano consultado para esta nota, Eduardo Hurtado, «Maduro no quiere solo saber qué piensan sus enemigos; quiere saber qué piensan sus vecinos».


Lea también: Venezuela: el representante de China en el patio trasero de Estados Unidos


Implicaciones: del espionaje civil a la represión institucionalizada

Si esta aplicación llega a concretarse, constituiría una violación directa del artículo 60 de la Constitución venezolana, que garantiza el derecho a la intimidad personal y familiar, además de contradecir la Carta de Derechos Humanos de la ONU.

Las organizaciones internacionales ya advierten sobre el riesgo de un sistema de delación institucionalizado, en el que cualquier ciudadano pueda ser acusado, vigilado o detenido sin evidencia judicial, a partir de simples denuncias digitales.

El precedente es preocupante: más de 2000 personas fueron arrestadas por publicaciones en redes sociales en 2024. Con la nueva app, la represión podría automatizarse y descentralizarse, con los propios ciudadanos como herramientas del aparato estatal.

El laboratorio del control digital

Venezuela se ha convertido en un laboratorio de vigilancia autoritaria, donde la tecnología se utiliza no para avanzar en el desarrollo social, sino para someter. En un contexto de amenazas externas y crisis interna, Maduro transforma el miedo en política de Estado.

La VenApp, aún inexistente en su forma técnica, ya existe como proyecto político: una matriz digital de control social que busca instaurar un Gran Hermano Bolivariano en nombre de la soberanía.

Mientras destructores estadounidenses navegan frente a sus costas y drones surcan el cielo, el verdadero campo de batalla de Maduro no está en el mar, sino en la mente y los teléfonos de sus ciudadanos.

En la Venezuela de 2025, el mensaje es claro: «Todo lo que ves, todo lo que oyes» ya no es un lema de defensa nacional. Es una advertencia.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.

Ver en lagranepoca.com
COMPARTIR