«No juega en equipo»: Trump y Rutte cierran filas contra Sánchez por no cumplir con el gasto militar

Tras el pacto de junio en La Haya para el 5 % del PIB hasta 2035, el secretario general de la OTAN respalda las críticas del mandatario estadounidense y anuncia revisiones estrictas

Por Miguel Díaz
23 de octubre de 2025 19:32 Actualizado: 23 de octubre de 2025 19:32

En un mundo donde las tensiones geopolíticas escalan, desde los drones rusos en Ucrania hasta las maniobras chinas en el Indo-Pacífico, España se encuentra bajo el escrutinio de sus aliados en la OTAN.

El Gobierno de Pedro Sánchez enfrenta una presión sin precedentes desde Washington y Bruselas, liderada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Ambos han señalado a Madrid como el eslabón débil de la Alianza por su resistencia a incrementar el gasto en defensa más allá del 2,1 % del PIB, un umbral que, según Rutte, no alcanza para cumplir los compromisos militares adquiridos en la cumbre de La Haya de junio.

Este miércoles, Rutte ha respaldado las críticas de Trump al Gobierno español tras reunirse en el Despacho Oval de la Casa Blanca. El ex primer ministro neerlandés ha sido contundente: España «no puede» cumplir sus compromisos de capacidades militares si mantiene un presupuesto inferior al 3,5 % del PIB.

«España se ha comprometido a cumplir los objetivos de capacidad. Ellos dicen que pueden hacerlo con un porcentaje inferior al 3,5 %. Les dije que no podían y pronto sabremos quién está en lo correcto», afirmó Rutte a los periodistas en el exterior de la Casa Blanca el 23 de octubre.

Horas antes, Trump acusó a España de «no jugar en equipo» por no adherirse al 5 % del PIB pactado en La Haya.

La presión transatlántica expone a España a riesgos económicos y diplomáticos, en un momento en que la seguridad colectiva exige esfuerzos compartidos frente a amenazas globales.

¿España afuera de la OTAN?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington D. C., el 22 de octubre de 2025. (Jim Watson/AFP vía Getty Images)

El enfrentamiento ha escalado en las últimas semanas.

Trump, que ha hecho de la «carga compartida» una prioridad desde su regreso a la Casa Blanca en enero, ha señalado a España en cinco ocasiones desde septiembre.

El 9 de octubre, durante una reunión con el presidente finlandés Alexander Stubb en el Despacho Oval, sugirió expulsar a España de la OTAN: «Quizá deberían expulsarlos de la OTAN», declaró.

Aunque el Tratado Atlántico no permite expulsiones —solo salidas voluntarias—, la retórica de Trump ha avivado temores de sanciones comerciales, como aranceles que podrían golpear sectores clave como el agroalimentario español.

Rutte, aliado de Trump en esta cuestión, ha adoptado un tono más diplomático pero igual de firme. «He mantenido varias reuniones con Pedro Sánchez, a quien conozco muy bien, y las conversaciones sobre el nivel de inversión en defensa seguirán abiertas en los próximos meses», afirmó el 22 de octubre.

Su mensaje refuerza que el pacto de La Haya —5 % del PIB para 2035, con 3,5 % en gasto militar directo y 1,5 % en infraestructuras— exige compromisos concretos para capacidades operativas, sin excepciones.


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El núcleo del desacuerdo

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte (centro), el presidente estadounidense Donald Trump y el Presidente español, Pedro Sánchez (a la derecha), en la cumbre de la OTAN, el 25 de junio de 2025, en La Haya, Países Bajos. (Eric Lalmand/BELGA MAG/AFP vía Getty Images)

La tensión tiene su origen en la cumbre de la OTAN en La Haya, celebrada los 24 y 25 de junio. Allí, los 32 aliados —excepto España en su adhesión plena— acordaron el Plan de Inversiones de La Haya para elevar el gasto medio al 5 % del PIB, con revisiones anuales y una evaluación clave en 2029.

Impulsado por Trump en respuesta a la invasión rusa de Ucrania en 2022 y las crecientes amenazas chinas, el acuerdo establece el 3,5 % como mínimo para capacidades básicas.

España negoció flexibilidad mediante una carta de Sánchez a Rutte días antes, donde argumentó que el 5 % sería «incompatible con nuestro estado del bienestar» y que el 2,1 % bastaría para las capacidades asignadas.

España alcanzará el 2 % este año, partiendo del 1,24 % en 2024.

Sin embargo, la explicación de Sánchez no ha convencido a sus aliados.

En las últimas semanas, Trump ha intensificado su ofensiva.

El 14 de octubre, en una rueda de prensa con el presidente argentino, Javier Milei, amenazó con aranceles: «Es posible que lo haga [poner aranceles]… España es el único [que no paga], tiene que ser castigada por eso». Tres días después, junto al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, insistió: «España debería ser reprendida, pero eso depende de la OTAN y España».

Este miércoles, con Rutte en el Despacho Oval, Trump reiteró: «España no juega en equipo. Es la única excepción al compromiso de dedicar el 5 % del PIB al gasto en defensa. Todos los demás están comprometidos al cien por cien».

Añadió, dirigiéndose a Rutte: «Va a tener que hablar con España… Podéis solucionarlo fácilmente».

El pulso de la OTAN

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante la cumbre de líderes de la OTAN en La Haya, Países Bajos, el 25 de junio de 2025. (JOHN THYS/AFP vía Getty Images)

El pulso revela que el ultimátum de Trump en la OTAN va en serio.

Actualmente, 23 aliados ya cumplen con el 2 %, mientras Polonia (4,07 %) y Estonia (3,43 %) avanzan rápidamente hacia el 5%. España se encuentra última con 1,24 % en 2024.

En las últimas horas, en lo que podría interpretarse como un gesto de acercamiento, Sánchez anunció compras de armas estadounidenses para Ucrania vía el programa PURL, iniciado en agosto tras la pausa de Trump a donaciones gratuitas.

Pero más allá de los anuncios españoles, por lo pronto, Rutte ya ha adelantado que habrá revisiones anuales obligatorias en los países socios de la OTAN para abordar el avance de los compromisos asumidos. Es decir, la presión sobre España ni siquiera es que se ha mantenido, sino que se ha agudizado.

«España ha dejado de ser un país fiable, el berrinche de la OTAN está saliendo muy caro», arremetió desde la oposición el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Con una revisión crucial de la OTAN de 2029 en el horizonte, España —al menos mientras Sánchez esté en la Moncloa— enfrenta un dilema: aislarse cada vez más de sus aliados históricos o ceder ante la presión de ellos. Mientras tanto, las amenazas globales no esperan, y Rutte lo dejó claro: «Muy pronto lo comprobaremos».

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