El 1 de junio se celebró la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia, después de que ninguno de los candidatos obtuviera más del 50 % de los votos en la primera vuelta, celebrada el 18 de mayo. El actual presidente, Andrzej Duda, no podía presentarse a la reelección tras dos mandatos. Los colegios electorales estuvieron abiertos de 7 a 21 horas.
En la reñida segunda vuelta, el resultado oficial se conoció el lunes por la mañana: el conservador Karol Nawrocki había ganado las elecciones. Tras el recuento de todos los votos, Nawrocki se situó con un 50,89 % por delante de su rival, el proeuropeo Rafal Trzaskowski, que obtuvo un 49,11 % de los votos, según anunció el lunes la comisión electoral polaca. La elección de Nawrocki supone un duro revés para el Gobierno polaco del primer ministro proeuropeo Donald Tusk.
La sociedad polaca está dividida
Ni los medios de comunicación polacos ni los observadores políticos esperaban la victoria electoral del conservador Nawrocki. Hasta ahora, el candidato apoyado por el PiS era prácticamente desconocido para la opinión pública.
Rafał Trzaskowski, del partido gobernante PO, es alcalde de Varsovia y era considerado una gran esperanza para los votantes que querían apoyar la política del primer ministro Donald Tusk. Una victoria electoral de Trzaskowski podría haber dado un impulso a la política proeuropea de Tusk.
Ahora, sin embargo, una escasa mayoría de los polacos ha mostrado la tarjeta roja al jefe del Gobierno liberal. Al mismo tiempo, el ajustado resultado electoral y la elevada participación, del 77 %, ponen de manifiesto que la sociedad polaca está dividida en dos bandos políticos extremadamente opuestos.
«La polarización aumenta», declaró Natalia Hatalska, presidenta y fundadora del instituto polaco «Infuture Institute», al diario polaco Rzeczpospolita. «Se trata de un fenómeno alarmante que no nos lleva a ninguna parte», critica Hatalska.
El poder del presidente
A diferencia del presidente federal alemán, las funciones del presidente polaco no se limitan a la representación del país. El presidente también puede influir en la política exterior y de defensa. En caso de defensa, incluso asume el mando de las fuerzas armadas.
En la política civil cotidiana, tiene el poder decisivo de vetar nuevas leyes. El anterior presidente Duda, cercano al PiS, ha hecho un amplio uso de este poder y ha frenado considerablemente la política liberal del primer ministro Donald Tusk, elegido en 2023.
El veto presidencial solo puede ser revocado con una mayoría de tres quintos en el Parlamento. Sin embargo, el Gobierno actual no cuenta con dicha mayoría.
Importancia para Polonia y Europa
Está en juego si —tras 18 meses de una cooperación extremadamente difícil con el hasta ahora presidente Duda— el Gobierno de Tusk será capaz de cumplir sus promesas electorales en materia de Estado de derecho y cuestiones sociales, como el derecho al aborto y los derechos LGBTQ. Tusk también aboga por un entendimiento duradero con Alemania.
Es muy probable que la victoria electoral de Nawrocki prolongue el actual estancamiento y haga casi imposible que el Gobierno aplique las reformas anunciadas antes de las próximas elecciones parlamentarias de 2027.
Por ello, Tusk podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas. En este sentido, las elecciones presidenciales también pueden considerarse un referéndum sobre la política de Tusk hasta la fecha.
Nawrocki es nuevo en la política. Desde 2021 dirige el «Instituto de Memoria Nacional», un instituto de investigación estatal con poderes fiscales que investiga crímenes históricos contra Polonia.
Esto afecta especialmente a Rusia y Alemania. Durante la campaña electoral, Nawrocki se comprometió con la exigencia del PiS de volver a plantear las reclamaciones de reparaciones de Polonia a Alemania por valor de más de mil millones de euros.
Apoyo de Trump
Formalmente independiente, pero con el apoyo del PiS, Nawrocki da un nuevo impulso al partido conservador, que estuvo en el poder durante ocho años hasta la elección de Tusk. Nawrocki también recibió apoyo público del presidente estadounidense Donald Trump y del primer ministro húngaro Viktor Orbán.
La victoria de Nawrocki también podría cambiar la postura de Polonia, hasta ahora favorable a Ucrania. Nawrocki se ha referido en repetidas ocasiones a la «difícil historia entre ambas naciones» y se ha opuesto a la adhesión de Ucrania a la OTAN. Ucrania teme ahora que el apoyo que ha recibido hasta ahora de Polonia pueda disminuir.
Con la guerra de Ucrania, Polonia ganó peso político dentro de la UE y la OTAN. Por eso, ambos candidatos se pronunciaron durante la campaña electoral a favor de un aumento drástico del gasto militar hasta el cinco por ciento del PIB. Además, con 206 000 efectivos, el ejército polaco es ahora, con unos 20 000 soldados más, mayor que el ejército alemán.
El 6 de agosto termina oficialmente el mandato de Duda. La toma de posesión de Nawrocki marcará la pauta para los próximos cinco años en cuanto a cómo se definirá Polonia dentro de las alianzas de la OTAN y la UE y qué relaciones desea mantener con sus vecinos.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Stichwahl in Polen: Der konservative Präsidentschaftskandidat Nawrocki siegt überraschend»
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