El Arco Minero del Orinoco: la pieza clave que el chavismo cede a China ante la presión de Trump

Por Maibort Petit
22 de septiembre de 2025 13:09 Actualizado: 22 de septiembre de 2025 16:55

Por primera vez en décadas, Venezuela vuelve a estar en el centro de una confrontación geopolítica abierta. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha declarado formalmente al cartel de los Soles como «organización terrorista global» y designó a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López como principales objetivos de una operación internacional contra el narcoterrorismo. Esta decisión abre un nuevo frente que no sólo pone en jaque al régimen chavista, sino también a su principal socio estratégico: China.

En este escenario, el Arco Minero del Orinoco (AMO) emerge como el corazón económico y geopolítico del chavismo. Un proyecto de 111 843 km² —equivalente al 12 % del territorio nacional— decretado en 2016, diseñado para extraer minerales críticos como oro, coltán, diamantes, hierro y bauxita. Bajo la narrativa de «diversificar» la economía más allá del petróleo, el AMO se ha convertido en un enclave donde se cruzan intereses chinos, de grupos armados y de corporaciones mixtas del Estado venezolano.

Un negocio desventajoso: cómo el chavismo hipotecó el subsuelo venezolano a China

Desde 2016, las inversiones chinas en el AMO superan los 1014 millones de euros (1200 millones de dólares), centradas en exploración y explotación. Empresas como CITIC Metal, China Minmetals Corporation, Zijin Mining y Shandong Gold Group dominan 15 de los 34 bloques mineros. El modelo es conocido como «minerales por financiamiento»: Venezuela recibe créditos chinos pagaderos en oro y coltán, con descuentos y exenciones fiscales a cambio de control operacional.

El régimen chavista ha presentado el AMO como «motor del nuevo desarrollo productivo», pero los números revelan otra realidad. En 2025, el AMO genera entre 422 y 600 millones de euros anuales (500 a 700 millones de dólares)—una cifra modesta frente al costo ambiental y social— y apenas aporta un 5 % al PIB no petrolero. La deuda vinculada a estos acuerdos oscuros forma parte del paquete de unos 57 000 millones de euros (67 000 millones de dólares) prestados por China a Venezuela, garantizados con minerales estratégicos.

Coltán: la joya oculta del AMO y el talón de Aquiles del chavismo

El coltán (columbita-tantalita) es hoy uno de los recursos más estratégicos del AMO. Venezuela produce alrededor de 3000 toneladas anuales en 2025, con un valor exportado de 127 millones de euros (150 millones de dólares), dirigido en un 90 % a China. Las reservas estimadas (100 000–150 000 toneladas) colocan al país como potencial quinto productor mundial.

La China Minmetals Corporation, operando en Las Cristinas (Bloque Cuyuní), ha invertido 253 millones de euros (300 millones de dólares) desde 2018. En marzo de 2025, firmó una nueva joint venture por 84 millones de euros (100 millones de dólares) para duplicar producción. Parte de los pagos se hace en especie, lo que significa que Venezuela entrega coltán refinado a cambio de liquidez inmediata.


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Sin embargo, el 40 % de la producción es ilegal, controlada por grupos armados como el ELN y disidencias de las FARC. Un informe confidencial de la OFAC (2025) acusa al régimen de financiar redes de narcoterrorismo con coltán y oro ilegal, mientras China bloquea en la ONU resoluciones sobre trazabilidad de estos minerales.

La devastación silenciosa

Entre 2016 y 2025, el AMO ha deforestado 150 000 hectáreas —el doble del área del Gran Caracas— y contaminado ríos con mercurio y cianuro en niveles 10 veces superiores a los estándares de la OMS. En Cuyuní, los niveles de tantalio en agua superan cinco veces los límites internacionales. Aunque las empresas chinas prometen mitigación ambiental y han iniciado reforestación en un 10 % de las áreas, ONGs como SOS Orinoco y WWF denuncian la falta de evaluaciones independientes.

En lo social, el AMO genera 50 000 empleos directos (70 % locales, con capacitación china según informes oficiales), pero los salarios promedian 338 euros al mes (400 dólares/mes, apenas cuatro veces el salario nacional pero muy por debajo de los estándares mineros internacionales. Se han registrado aproximadamente 12 conflictos con comunidades indígenas solo en 2025, incluyendo desalojos forzados y enfrentamientos con fuerzas de seguridad.

China y la BRI: el AMO como pieza clave de la «Ruta de la Seda» iberoamericana

Vale la pena destacar que el AMO no es un proyecto aislado sino que está alineado con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). En 2025, 22 países de Iberoamérica se han adherido a la BRI. Venezuela es uno de los casos emblemáticos, usando el AMO como «moneda de cambio» para mantener el respaldo chino frente al aislamiento occidental.

Asimismo, China ha convertido a Venezuela en su plataforma de metales raros en el hemisferio occidental, reduciendo su dependencia del coltán africano (Ruanda y Congo aportan 70 % del mercado global). Esto explica por qué Pekín vetó en septiembre de 2025 resoluciones de la ONU sobre minería ilegal en el AMO y sigue otorgando créditos estratégicos a Caracas.

Trump, el cartel de los Soles y la nueva fase del conflicto

La decisión de Trump de declarar al cartel de los Soles como organización terrorista global marca un punto de inflexión. Por primera vez, se pone en el mismo nivel a un aparato militar-estatal (Maduro, Cabello, Padrino López) con redes de narcoterrorismo. Esto amenaza directamente la principal fuente de liquidez del régimen: el oro y el coltán del AMO (además del petróleo y el gas).


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Según fuentes de inteligencia consultadas para este reportaje, las operaciones mineras chinas en Venezuela están bajo monitoreo de agencias estadounidenses, preocupadas por la triangulación de minerales críticos hacia la industria de defensa china. Un escenario de sanciones ampliadas podría congelar activos, embargar cargamentos y obligar a China a operar en la sombra.

Escenarios futuros

Un informe de inteligencia estratégica señala que existen tres posibles escenarios para Venezuela en el periodo 2026-2030.

En el escenario de continuidad, el régimen chavista persiste en el poder y profundiza su alianza con China. Las inversiones chinas crecerían a un ritmo aproximado del 10 % anual, mientras que la producción minera y energética aumentaría en torno al 15 %. Este escenario consolidaría un modelo económico dependiente de Pekín y reforzaría la presencia de empresas chinas en sectores estratégicos.

En el escenario de transición, se proyecta un alivio gradual de las sanciones internacionales y una apertura del país a inversionistas occidentales. Esto generaría competencia directa con China, diversificaría las fuentes de financiamiento y tecnología y permitiría un incremento en la producción de hasta un 30 %, favoreciendo la recuperación económica.

En el escenario de crisis, se prevé una escalada geopolítica entre Estados Unidos y China que podría provocar la suspensión de proyectos estratégicos, una caída del 20 % en las exportaciones y un impacto severo sobre los ingresos fiscales y la estabilidad política del país.

El informe resalta que las señales clave para anticipar cuál escenario se materializará incluyen la emisión de licencias OFAC [Oficina de Control de Activos Extranjeros por sus siglas en inglés], la adopción de tecnologías blockchain para trazabilidad —con un piloto chino previsto para 2025— y el cumplimiento de metas productivas críticas, como alcanzar 20 toneladas de oro y 3500 toneladas de coltán en 2025.

La devastación

El cualquier de los escenarios donde se desarrolle en análisis estratégico sobre el  Arco Minero del Orinoco se refleja sin duda alguna que es el epicentro de la lucha geopolítica en Venezuela. Bajo la narrativa de diversificación, el chavismo ha hipotecado su soberanía minera a cambio de respaldo político chino. El país obtiene ingresos limitados y devastación ambiental, mientras China asegura metales críticos para su transición energética y su industria tecnológica.

Con la nueva ofensiva de Trump y el cerco internacional al cartel de los Soles, el AMO podría transformarse en el talón de Aquiles del régimen chavista y en el próximo campo de batalla entre EE. UU. y China en Iberoamérica.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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