Para muchas personas envejecer no es fácil. Con el paso de los años, cuando estamos contemplando el crepúsculo de la vida y nos preparamos para recibir el ocaso, comienza a aparecer un mar de preocupaciones. Distintos cuadros de complicaciones en la salud que con el tiempo, por lo general se ven agravados por la precipitada soledad y la ausencia del amor y la compañía de los seres queridos.
La edad empuja a muchas personas mayores a buscar una solución a la vida a medida que la vejez roba oportunidades de valerse por sí mismos, llevándolos al deterioro y a la pérdida de facultades físicas, aspectos que para algunas familias es más fácil dejar en manos de los servicios sanitarios del estado y el régimen de atención dirigido al adulto mayor, que requiere de atención especializada.
Alejandro Varona Lanza es un emprendedor cántabro que ha estado trabajando sobre un concepto innovador de atención especializada al adulto mayor. A través de su proyecto Aldeas Activas, ha evaluado cuáles son las debilidades y fortalezas del sector geriátrico para ofrecer un servicio basado en las necesidades particulares de las personas mayores.
«Cogí todos los factores que creía yo que eran deficiencias de la industria, que son los costes desorbitados, la falta de oportunidades y de que no hay servicios especializados, y desarrollé un modelo que es completamente diferente, que pasa de ver la dependencia de manera reactiva —que reactiva significa que espero tener un problema y actúo sobre él—, a verlo de manera preventiva, que es coger a la gente en edad temprana y, a través del envejecimiento activo, generar muchísimos mejores desenlaces de vida», declaró Alejandro en una entrevista con The Epoch Times España.
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«Entonces, la idea era trasladar la esencia de un hogar, pero centralizando los cuidados, y ahí viene la idea de montar pueblos adaptados a personas mayores. Sí. Empezamos con ese proyecto y tuvo muy buen desarrollo local». agregó el CEO de Aldeas Activas.
El emprendimiento espera establecerse en un periodo de cinco años en diez comunidades autónomas de España. Para el 2026 la iniciativa se pondrá en marcha en Cantabria y también están trabajando para iniciar el proyecto en Asturias.
La propuesta está pensada para la reactivación de aldeas abandonadas reacondicionadas para el alojamiento de personas mayores de 65 años que buscan un servicio de atención personalizada que sirva para llevar la vejez de una manera digna y productiva.
«Es un pueblo adaptado a personas mayores, cada pueblo son 45 viviendas unifamiliares que pueden acoger tanto a una persona como a dos personas, que están completamente domotizadas y tienen telemedicina, más asistencia de cuidadores y de enfermeros», explicó Alejandro.
A las personas mayores se les ofrece participar de actividades de envejecimiento activo como Tai chi, horticultura, cine, baile, visitas a centros culturales, además de que viven rodeados de naturaleza y tienen todos al alcance un centro social común para realizar actividades en comunidad. Cada uno de estos detalles lo cual hace que la propuesta sea atractiva para el adulto mayor promedio. La clave está en promover un estilo de vida en el que siempre haya algo para hacer.
Mediante una división de servicios en el domicilio, la empresa elabora planes de atención integrales y realizan una asignación de psicólogos a los usuarios de una manera personalizada.
«Entonces, todos los usuarios que nosotros cogemos son usuarios que mejoran un montón su calidad de vida. Hemos llegado al punto de coger usuarios en una residencia, ensillados, porque en una residencia les aparcan y les tienen todos los días sentados, y con nosotros en dos meses ya estaban cocinándose para ellos otra vez», explicó el CEO de Aldeas Activas.
Desde esa óptica de trabajo, este emprendimiento puede planificar para ofrecer servicios centrados en la persona y no en el mero mantenimiento de un sistema de atención al adulto mayor, logrando elaborar planes de trabajo orientados al estilo de vida de cada persona y sus necesidades.
«Tenemos un sistema de telemedicina y teleasistencia especializado paralela. Otro para el Parkinson, otro para el deterioro cognitivo y otro para el EPOC. Entonces, dependiendo la enfermedad del paciente, nosotros instalamos diferentes biomarcadores o dispositivos de control», explicó Alejandro.
«Esto nos ayuda a detectar anomalías y tener datos en tiempo real, nos ayuda a hacer tratamientos preventivos. Nosotros detectamos una incidencia antes de que ocurra, no como los sistemas de ahora que detectan la incidencia una vez ocurrida. ¿Por qué? Porque nosotros analizamos muchísimos datos diarios y patrones que nos ayudan a detectar esta anomalía antes de que el mismo cuerpo monodetecte o la persona lo detecte».
El apoyo institucional del Gobierno de Cantabria ha sido clave a la hora de adquirir los terrenos por concesión para la puesta en marcha del proyecto. También hay capital puesto de fondos de inversión y apoyos bancarios. Para el CEO de Aldeas Activas, al ser un proyecto de mucho impacto social, todo el mundo quiere que salga adelante.
La vida le dio a Alejandro la oportunidad de conocer y entender este sector sociosanitario, especialmente trabajando con la empresa valenciana de cuidado al adulto mayor, Aiudo, y a través de su experiencia de cuidado con su abuela, con quien tiene un fuerte vínculo emocional.
La pandemia del Covid-19 dejó secuelas en la salud de su abuela, como el alzheimer y el deterioro emocional. A los ojos de Alejandro, no podían ser cubiertos por los servicios sociales pues considera que las terapias que ofrecen son muy impersonales.
«Tú no puedes coger a una persona mayor y ponerle a pintar si no ha pintado en su vida. O ponerla a hacer diagramas si no ha hecho un diagrama en su vida», argumentó.
«Yo me di cuenta de que los sistemas [de ayuda sanitaria] no están pensados para la persona, están pensados para el propio sistema, para que el sistema opere. Entonces, tanto las terapias que hacen los centros de día, como los mismos cuidadores no están formados para llevar estas cosas a cabo», añadió Alejandro, quien opina además en cuanto a la gestión de estos servicios que «todo tarda meses, es todo muy ambiguo».
Tener en cuenta el perfil individual es muy importante a la hora de pensar en un servicio que aborde las dificultades de la vejez de una manera efectiva, para Alejandro, hace falta saber realmente quién es la persona a la que se le ofrecen estos servicios, qué le gusta hacer, qué es lo que más le llama la atención. A través de estos indicadores, Alejandro empezó a desarrollar su empresa.
La experiencia trabajando para este sector de la industria sociosanitaria lo llevó a ver con más claridad cuáles eran las necesidades de su abuela y se dio cuenta de que la respuesta que ella le daba era mucho más positiva, estaba más conectada y podía procesar mejor la información del día a día. Por eso comprendió que no era tanto un problema sanitario sino un problema más emocional.
«Entonces ahí es donde me di cuenta que tenía que dar la vuelta a la película y generar patrones desde la perspectiva preventiva. Porque tú no puedes hacer nada a una persona mayor cuando tiene ya el problema. Tú puedes hacer mucho sobre las personas mayores antes de tener problemas».
Aldeas activas propone tres pilares para mejorar la vida de las personas mayores. La conexión social, el movimiento y la felicidad, aspectos que tienen que estar incorporados en la vida de una manera íntegra. Para Alejandro, si se logran estos estándares, a la persona le queda claro que aún puede ser útil a la sociedad.
Un modelo de negocio, una oportunidad para los nacionales y los extranjeros
Mientras vivía y estudiaba en la Universidad de Florida, en Estados Unidos, Alejandro se encontró con muchos sitios en los que empleaban un sistema de atención para el adulto mayor de manera más activa, lo cual lo sorprendió.
El CEO de Aldeas Activas dice que este tipo de servicios se pueden encontrar en Francia, en Holanda y se está desarrollando en Inglaterra, pero no cuenta con un modelo en España, un país para el que, un sector como este, tiene el potencial para generar atracción tanto en personas nacionales como extranjeras que consideran que este país puede ser un destino maravilloso para su jubilación.
Actualmente hay clientes de Estados Unidos que han reservado el servicio para vivir en Cantabria. «Esto tiene mucha atracción de capital, de jubilaciones medio altas, extranjeras, para venir a gastar aquí. Porque para ellos su jubilación aquí es de rico. Pero en su propio país no».
Para el CEO de Aldeas Activas, la empresa emergente en el país apunta a completar el modelo de asistencia actual —que está muy pensado para personas que tienen patologías y condiciones de deterioro de salud acentuados— pero que no está dirigido a que tiene un envejecimiento normal y que quiere sacar provecho de esta etapa de la vida de manera satisfactoria.
Además es un proyecto que apunta a reducir los efectos del déficit poblacional que tiene España, pues además de fijar población, es un motor económico que genera empleo; más de 150 empleos en zonas rurales, según Alejandro.
«Entonces, fija población, genera un motor económico y genera cada día, me parece, como 2 ó 2,3 millones de euros de impacto económico en ese pueblo, en esa zona o en esa comarca. Pues fija población y, sobre todo, da puestos laborales a gente joven», añadió.
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En Ciudades como Orlando y Tampa; en Florida, este modelo de negocio ha proliferado, llevando a que se vuelvan ciudades con la renta per cápita más alta en Estados Unidos, es decir, ha ayudado a elevar los ingresos promedio de sus habitantes.
De acuerdo con un informe de la Universidad de Florida del Sur, centrado en el crecimiento del PIB regional gracias a las comunidades senior que impulsan empleo, detalla que hay un ingreso estimado entre 5000 a 7000 millones de dólares por año.
Por eso, para el CEO de la empresa, la idea no es simplemente establecer un proyecto de residencias para adultos mayores que representa un gasto, sino generar un un motor económico que impulse la economía, que aborde los problemas económicos de España.
«Porque tú tienes en cuenta una cosa. Que la gente del baby boom [nacidos entre 1946 y 1964], que es por lo que está pensado todo esto, cuando venga toda esta cantidad de gente, va a ser de las rentas per cápita más altas de España. Esas jubilaciones van a ser prácticamente el doble que los salarios en España», afirmó Alejandro.
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