El presidente Donald Trump firmó el 11 de diciembre una orden ejecutiva que pretende fijar un estándar federal para la regulación de las empresas de inteligencia artificial (IA) y evitar que los estados impongan límites a esta industria en expansión.
Titulada «Garantizar un marco político nacional para la inteligencia artificial», la orden presidencial pretende fijar un estándar nacional de regulación de la IA que impida que las leyes estatales lo desborden e instruye al Departamento de Justicia a impugnar las normas que lo contravengan.
«Es necesario contar con una fuente central de aprobación», declaró Trump durante la ceremonia de firma en la Casa Blanca el jueves. «Cuando las empresas necesitan autorizaciones, tienen que acudir a una sola instancia. No pueden ir a California, Nueva York u otros lugares como Illinois. Están invirtiendo tanto dinero… Es una parte importante de la economía».
Desde que Trump asumió el cargo en enero, la regulación estatal de la IA ha sido bipartidista. Numerosos estados gobernados por republicanos, como Arkansas, Florida, Alabama y Dakota del Norte, han aprobado leyes para restringir la industria, en particular a raíz de demandas de padres contra empresas como OpenAI, en las que acusan a su chatbot de incitar a sus hijos al suicidio.
Trump subrayó la importancia de proteger esta industria en crecimiento, y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió de que China podría superar a Estados Unidos en innovación si el Gobierno federal permitiera que los estados aprobasen sus propias normas.
La orden establece que la norma nacional en materia de regulación de la IA debe proteger a la infancia, prevenir la censura y la infracción de derechos de autor y salvaguardar a las comunidades.
«Un marco nacional cuidadosamente elaborado puede garantizar que Estados Unidos gane la carrera de la IA, como es nuestro deber», afirma la orden de Trump.
La orden encarga a la fiscal general Pam Bondi crear un grupo de trabajo en un plazo de 30 días con el fin de identificar e impugnar cualquier ley estatal de IA que contravenga el objetivo político de mantener el predominio global de Estados Unidos en este sector tecnológico mediante un marco nacional de política poco gravoso.
Se ordena al secretario de Comercio, Howard Lutnick, y a otros altos funcionarios del Gobierno crear una lista de todas las leyes estatales «onerosas» sobre IA que obstaculicen el marco nacional de políticas del Ejecutivo y decidir si los estados deben perder el acceso a la financiación del Programa de Equidad, Acceso y Despliegue de la Banda Ancha (BEAD, por sus siglas en inglés) cuando sus normas entren en conflicto con la orden.
Trump también instruyó al resto de las agencias federales para que valoren si las leyes estatales de IA son contrarias a los objetivos políticos de la administración al decidir la concesión de subvenciones.
La orden exige además elaborar una recomendación al Congreso para establecer un marco federal de política uniforme sobre la IA que prevalezca sobre cualquier ley estatal en la materia que resulte incompatible con lo dispuesto en esta orden.
Sin embargo, la recomendación permitiría a los estados aprobar leyes relacionadas con la protección de la infancia, la infraestructura de los centros de datos de IA, las reformas en materia de permisos, el uso y la adquisición de la tecnología por parte de los gobiernos estatales y «otros temas que se determinen».
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aliado republicano clave del presidente y firme defensor de las regulaciones estatales de IA, declaró el 8 de diciembre que una orden ejecutiva «no impide, no puede impedir» que los estados aprueben leyes en la materia, aunque sostuvo que, «teóricamente», el Congreso sí podría hacerlo.
La orden sostiene que un «mosaico de 50 regímenes regulatorios diferentes» obstaculiza la innovación en IA y complica en exceso el cumplimiento normativo para las empresas.
Megan Griffin, analista de políticas públicas del Centro Nacional sobre la Explotación Sexual, una organización sin ánimo de lucro que combate la pornografía y la explotación sexual, afirmó que la idea de que permitir que los estados regulen la IA frenaría la innovación es «absurda».
«Las compañías de seguros, las aseguradoras nacionales, pueden sortear un mosaico de regulaciones estatales, y lo hacen a diario», señaló a The Epoch Times.
Griffin, opositora a cualquier esfuerzo federal para impedir que los estados regulen la IA, calificó de «grave perjuicio para el desarrollo humano» que los niños estadounidenses se suiciden por el contenido que encuentran en las plataformas de redes sociales.
«Si permitimos que esto se propague, si permitimos que las niñas se conviertan en el blanco de sus compañeros y de sus escuelas mediante pornografía de tipo “deepfake” y bots de chat utilizados para participar en prácticas de acoso contra nuestros hijos, esa será la amenaza; eso es lo que obstaculizará la innovación», afirmó.
«Si permitimos que esto se propague, si permitimos que las niñas se conviertan en el blanco de sus compañeros y de sus escuelas mediante pornografía “deepfake” y bots de chat utilizados para acosar a nuestros hijos, esa será la amenaza. Eso es lo que obstaculizará la innovación», afirmó.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «Trump Signs Order to Prevent States From Regulating AI».
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