Lo que para algunos podrían parecer torpes vídeos de reclutamiento de la CIA, bien podrían ser, en realidad, parte de una estrategia calculada de guerra psicológica contra el Partido Comunista Chino (PCCh).
El 1 de mayo, la CIA publicó dos vídeos en mandarín producidos con notable calidad, titulados «Por qué me puse en contacto con la CIA: Para tomar el control de mi destino» y «Por qué me puse en contacto con la CIA: Por una vida mejor». Estas breves dramatizaciones presentan a funcionarios chinos ficticios que, desilusionados con el PCCh, atormentados por las purgas, desanimados por la falta de oportunidades, y hastiados de la corrupción endémica, deciden finalmente contactar con la CIA.
La agencia difundió estos vídeos a través de plataformas como YouTube, Facebook e Instagram, acompañándolos con instrucciones detalladas sobre cómo establecer contacto de manera segura mediante canales encriptados y portales en la web oscura.
Este esfuerzo de reclutamiento altamente público es parte de una campaña más amplia que comenzó en octubre de 2024, con el objetivo de reconstruir las redes de inteligencia de la CIA en estados difíciles de penetrar, como China, Irán y Corea del Norte. La iniciativa sigue una serie de éxitos de reclutamiento en Rusia y un renovado enfoque de Estados Unidos en China, que el director de la CIA, John Ratcliffe, ha descrito como la principal amenaza militar y cibernética de Estados Unidos.
La iniciativa también responde a pérdidas históricas: a principios de la década de 2010 el contraespionaje chino desmanteló una importante red de espionaje de la CIA, lo que provocó la detención y ejecución de numerosos informantes. Desde entonces, China se ha convertido en uno de los entornos más difíciles del mundo para llevar a cabo actividades de espionaje. Al hacer públicos sus esfuerzos de reclutamiento, la CIA podría estar tratando de eludir las barreras tradicionales y restablecer el contacto con posibles fuentes dentro del régimen.
El Partido Comunista Chino (PCCh) aún no ha hecho una declaración oficial sobre los vídeos publicados por la CIA. Sin embargo, el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS, por sus siglas en inglés) ha aumentado recientemente sus advertencias públicas sobre el espionaje extranjero. Según el MSS, agencias de otros países están intentando engañar a los ciudadanos chinos haciéndose pasar por parejas sentimentales o reclutadores de personal, con el objetivo de obtener información confidencial.
La agencia de espionaje china también alega que los servicios de inteligencia estadounidenses compran cuentas en redes sociales chinas y tarjetas SIM para eludir los sistemas de identificación nacional y llegar a sus objetivos en línea. En plataformas como WeChat, el MSS ha aumentado sus mensajes, instando a los ciudadanos a denunciar comportamientos sospechosos e incluso ofreciendo recompensas a quienes refuercen los esfuerzos de contraespionaje de Pekín.
Las reacciones en las redes sociales chinas han ridiculizado en gran medida la campaña de la CIA. Los usuarios se burlaron de los vídeos por considerarlos amateur, poco realistas o simplemente ridículos, y muchos cuestionaron que alguien en su sano juicio se arriesgara a ponerse en contacto con la CIA dada la estricta vigilancia que existe en China. Las parodias circularon rápidamente por Internet, convirtiendo los vídeos de reclutamiento en memes. El sentimiento predominante en las plataformas chinas es que la CIA subestima tanto la capacidad de Pekín para controlar la información como la lealtad o el temor del ciudadano medio hacia el régimen.
A pesar de las burlas en Internet, la reciente campaña de vídeos de la CIA —aparentemente torpe, cursi y fácil de ridiculizar— puede haber sido diseñada deliberadamente de esa manera. Según las estrategias de operaciones psicológicas de la CIA, los vídeos podrían tener fines que van mucho más allá del simple reclutamiento.
El estilo y el tono de los vídeos se ajustan estrechamente a la doctrina establecida de operaciones psicológicas (PSYOP por sus siglas en inglés), diseñada no solo para influir en las personas, sino también para generar dudas, miedo e inestabilidad sistémicas dentro de las instituciones objetivo. El manual de formación de la CIA «Operaciones psicológicas en la guerra de guerrillas» describe tácticas para moldear la percepción y el comportamiento, principios que siguen siendo relevantes en las batallas de desinformación digital de hoy en día.
Existe un largo precedente de este tipo de guerra de información. Durante la Guerra Fría, la CIA financió en secreto medios culturales, periódicos y emisoras para contrarrestar la influencia soviética en toda Europa. En 2014, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) lanzó «ZunZuneo», una plataforma de redes sociales encubierta en Cuba destinada a fomentar la disidencia política entre los usuarios jóvenes. Aunque no estaba dirigida por la CIA, el programa reflejaba la estrategia más amplia de Estados Unidos de utilizar los medios de comunicación para agitar el malestar y amplificar el descontento bajo los regímenes autoritarios.
En este caso, los vídeos de la CIA parecen diseñados para explotar la creciente desilusión dentro del PCCh. En el marco de la campaña anticorrupción de Xi Jinping, miles de funcionarios han sido purgados sin previo aviso ni garantías procesales. Las dramatizaciones de los vídeos de reclutamiento reflejan esta realidad, mostrando a burócratas de nivel medio que viven con miedo a castigos arbitrarios y a profesionales ambiciosos frustrados por el estancamiento profesional y la desigualdad.
Según el exanalista de la CIA en China Dennis Wilder, la campaña marca un cambio de la recopilación pasiva de información a la participación activa. También puede servir como una forma de desestabilización psicológica, ya que el vídeo apunta a la cohesión interna del PCCh.
La campaña también puede servir como una señal global. Indica a los aliados de Estados Unidos y al público estadounidense que la comunidad de inteligencia vuelve a tomarse en serio la amenaza del PCCh, tras años de reveses. También proyecta un mensaje a la diáspora china, en particular a los profesionales del mundo académico, la tecnología y los negocios: os estamos observando y queremos que estéis de nuestro lado.
Según el manual de la CIA «Operaciones psicológicas en la guerra de guerrillas», una vez que se ha llegado a la mente del enemigo, se puede lograr la victoria sin disparar un solo tiro. En este caso, el vídeo de la CIA podría buscar ese resultado persiguiendo cinco objetivos clave.
En primer lugar, los vídeos muestran la paranoia dentro del PCCh, lo que obliga al régimen a desviar recursos hacia la vigilancia interna.
En segundo lugar, ponen de relieve la corrupción interna y el descontento, amplificando las fracturas dentro de la burocracia.
En tercer lugar, la campaña se dirige a los ciudadanos chinos en el extranjero, posicionándolos como posibles activos de inteligencia a largo plazo.
En cuarto lugar, su carácter público reafirma la presencia de la inteligencia estadounidense y desafía la narrativa del declive de Estados Unidos.
Por último, la operación puede estar diseñada para provocar una reacción exagerada por parte de Pekín, como purgas masivas, aumento de la censura o represión de los medios de comunicación extranjeros, lo que podría ser contraproducente desde el punto de vista diplomático y exponer aún más el autoritarismo del PCCh. Una respuesta contundente también podría alimentar la disidencia interna, aumentando la probabilidad de que funcionarios públicos o ciudadanos chinos decidan cooperar con la CIA.
El mundo del espionaje se basa en capas de mentiras y desinformación. El mero hecho de que la CIA haya publicado este vídeo puede ser tan significativo, si no más, como el hecho de que realmente reclute a alguien. Xi Jinping sabe ahora que la CIA tiene en el punto de mira a miembros del PCCh y a ciudadanos chinos. Independientemente de las burlas públicas, se verá obligado a responder, desviando recursos en un momento en el que ya se enfrenta al presidente Donald Trump en la Casa Blanca y a una guerra comercial cada vez más intensa.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «CIA’s Chinese Recruitment Ads: A Psychological Operation Against the CCP?»
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