El cero eléctrico del 28 de abril se produjo por «un problema de sobretensión con un origen multifactorial» de tres elementos que desequilibraron el sistema, concluyó el informe del Comité que analizó las circunstancias que concurrieron en la crisis eléctrica que causó el apagón masivo en la península Ibérica y parte de Francia. El documento fue aprobado el 17 de junio por el Consejo de Seguridad Nacional.
El evento sucedió «en momentos en que el sistema contaba con una capacidad de control de tensión insuficiente, se produjeron oscilaciones que condicionaron la operación del sistema y se desconectaron instalaciones de generación, en algunos casos de un modo aparentemente indebido» , informó el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico liderado por la vicepresidenta Sara Aagesen.
«Tuvo un origen multifactorial, con una cascada temporal de sucesos que desequilibraron progresivamente el sistema y culminaron con el cero eléctrico peninsular por sobretensión», concluyó el documento presentado por la ministra.
Tres elementos señalados como factores causales
El análisis del incidente realizado por el Comité concluyó que el cero eléctrico tuvo un origen multifactorial, en el que confluyeron tres elementos:
Incapacidad de controlar de tensión, oscilaciones y la desconexión de centrales de generación.
El informe dice que en el momento del apagón, el sistema tenía una capacidad de control de tensión insuficiente por dos motivos.
Primero porque el día 27, anterior al incidente, «el número final de centrales síncronas acopladas fue el más bajo desde el inicio de año» y que el Operador del Sistema programó la actividad de 10 centrales síncronas con capacidad para regular tensión el día 28.
El segundo motivo, es que «varias de las centrales capaces de regular la tensión no respondieron adecuadamente a las consignas del Operador del Sistema para reducirla».
«Alguna, incluso, produjo energía reactiva, lo contrario de lo requerido, contribuyendo a incrementar el problema», añadió.
Sobre estas centrales, el informe menciona que eran «retribuidas específicamente por ello al haber sido programadas por restricciones técnicas con esta finalidad».
Respecto de las oscilaciones, el informe sostiene que la primera de ellas fue «atípica» y tuvo su origen en una instalación en la península ibérica. MITEC no detalló de inmediato al respecto.
Estas oscilaciones «obligaron a modificar la configuración del sistema, incrementando las dificultades para estabilizar la tensión».
«Tras la segunda oscilación, el Operador del Sistema reclamó la disponibilidad de una central capaz de contribuir a regular la tensión, pero fue técnicamente imposible que lo hiciera antes del colapso», añadió.
El tercer elemento causal mencionado por los autores es que «se desconectaron centrales de generación, algunas de un modo aparentemente indebido».
Las centrales de generación son instalaciones donde se produce la electricidad a partir de diferentes fuentes de energía: termoeléctricas, hidroeléctricas, solares, eólicas, geotérmicas y nucleares.
«Algunas de las desconexiones de las centrales de generación se habrían producido antes de superarse los umbrales de tensión establecidos por la normativa para ello (entre 380 kV y 435 kV en la red de transporte), mientras que otras desconexiones sí se produjeron una vez se superaron dichos límites para proteger las instalaciones».
Una reacción en cadena imparable
El informe sostiene que luego de «iniciada la reacción en cadena, las protecciones habituales del sistema eléctrico no pudieron detener ni contener este proceso».
Algunas de estas protecciones, son los deslastres, es decir, las desconexiones controladas de carga que se aplican para evitar un colapso total del sistema eléctrico cuando hay un desequilibrio grave entre la generación y el consumo de energía.
Según los autores del documento, algunos deslastres «pudieron incluso contribuir al fenómeno de sobretensión al descargar todavía más las líneas, contribuyendo al alza de las tensiones, porque actuaron para compensar la caída de generación y no para gestionar la tensión».
Primeras conclusiones
Los autores del informe concluyeron que «faltaron recursos de control de tensión».
La causa de esta falta pudo deberse a que «no estaban programados en suficiencia, bien porque los que estaban programados no la proporcionaban adecuadamente, o bien por una combinación de ambos».
«No fue porque faltaran en el país», ya que «había un parque de generación más que suficiente para responder», escribieron en el documento.

Cronología de los hechos y reposición del suministro eléctrico
Días previos al incidente se produjo una inestabilidad de tensión, confirman los autores del informe.
(12.00 h – 12.30 h): Ocurrieron oscilaciones en el sistema que obligaron al Operador del Sistema a aplicar las medidas protocolizadas para amortiguarla, como aumentar el mallado de la red –restringido por la baja demanda– o reducir el flujo de interconexión con Francia. Todas estas actuaciones amortiguaron la oscilación, pero tuvieron como efecto secundario un incremento de las tensiones.
(12.32.57 – 12.33.18): La tensión empezó a subir de forma rápida y sostenida, y se registraron numerosas y progresivas desconexiones de instalaciones de generación en Granada, Badajoz, Segovia, Huelva, Sevilla, Cáceres y otras provincias.
(12.33.18 – 12.33.30).: Colapso. Se produjo una reacción en cadena de desconexiones por sobretensión que no fue posible contener. También se registró una caída de frecuencia que derivó en la pérdida del sincronismo con Francia, el disparo de la interconexión con el resto del continente y el cero eléctrico peninsular.
El MITECO informó que el suministro «empezó a reponerse gracias a las aportaciones de energía de las interconexiones con Francia y Marruecos, y de la producción de centrales de arranque autónomo (hidroeléctricas) en la cuenca del Duero y otros puntos peninsulares, que fueron conformando islas crecientes de energía».
«Como resultado, a las 22.00 h casi el 50 % de la demanda del país tenía electricidad, y esta cobertura siguió creciendo hasta el 99,95 % a las 7.00 h del día 29», añadió.
El Comité identificó «posibles mejores prácticas» al método de reposición empleado.

El informe descarta un ciberataque
Un Grupo de 75 expertos analizó 133 GB de datos sobre lo ocurrido y «ha descartado la posibilidad de que el incidente respondiese a un ciberataque, ni en las instalaciones del Operador del Sistema, ni en los centros del control, ni en los centros de generación analizados».
El Grupo de trabajo realizó 770 solicitudes de información y analizó 170 GB de información
Considerado el mayor problema de ciberseguridad en Europa, la investigación del apagón generó 300 GB de información.
«El Comité ha proporcionado un diagnóstico riguroso y contrastado que nos permitirá fortalecer el sistema eléctrico, una base sólida sobre la que podemos trabajar para diseñar respuestas rápidas con el objetivo de que no vuelva a repetirse», declaró Aagesen, anunciando a continuación que la próxima semana el Consejo de Ministros «aprobará varias medidas relevantes» sobre el tema.
El informe se emitió tras 49 días desde el cero energético, un evento muy criticado a nivel nacional como internacional, e incluye recomendaciones que abarcan desde mejorar el control y la supervisión del comportamiento de los agentes hasta el aumento del nivel de interconexión con Francia.
En ciberseguridad se pide que España incorpore la normativa europea
El Comité propuso una serie de actuaciones para evitar que se repita un incidente de este tipo. Una de ellas se refiere a la ciberseguridad.
Los autores del informe pidieron a España agilizar la incorporación de la normativa europea al marco legal nacional, así como aplicar controles y segmentación de las redes eléctricas para mejorar la seguridad y eficiencia del sistema, informó MITECO.
También solicitaron «implementar sistemas de detección y correlación de eventos, que proporcionen un mayor nivel de vigilancia».
Del resto de acciones, se destaca la necesidad de un refuerzo de la supervisión y la verificación del cumplimiento de las obligaciones por parte de todos los agentes del sistema eléctrico.
También se pide elaborar medidas técnicas que refuercen las capacidades para el control de tensión y protección contra las oscilaciones en el sistema.
Además, se propone aumentar la demanda y la flexibilidad del sistema eléctrico mediante la Planificación de Electricidad 2025-2030 donde se priorizarían los consumos industriales, el incremento de la capacidad de almacenamiento y una revisión de la regulación de los servicios de ajuste y las restricciones técnicas del sistema.
Ello se suma a la tarea prioritaria de incrementar el nivel de interconexión con los países vecinos.
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