Los sindicatos médicos y la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (AMYTS) informaron que los cuatro días de huelga convocados, en rechazo al borrador del Estatuto Marco propuesto por el Ministerio de Sanidad, fueron un éxito «rotundo» y contaron con una amplia participación de profesionales. Esto permitió que, al tercer día, ambas partes se sentaran a una mesa de negociación para continuar abordando los aspectos que más preocupan al colectivo. Sin embargo, advierten que el conflicto continúa.
«El conflicto, lejos de cerrarse con esta huelga nacional, continúa. La Agrupación Por un Estatuto Médico y Facultativo, de la que forma parte AMYTS, ha anunciado dos nuevas jornadas de paros para el 14 y 15 de enero, advirtiendo de que las movilizaciones serán indefinidas si el Ministerio de Sanidad no inicia una negociación real con los representantes de la profesión», anunció la asociación el 12 de diciembre.
La asociación reprochó que el Ministerio, dirigido por Mónica García, siga adelante con una reforma del Estatuto Marco que ha generado un rechazo unánime en la profesión.
Ángela Hernández, secretaria general de AMYTS, denunció que por la obligatoriedad de las guardias hasta los 55 años, la carga laboral de los médicos continúa acumulando más de 60 horas semanales, lo que «es insostenible y repercute directamente en la calidad asistencial». De hecho, uno de los lemas más repetidos en el paro fue: «Médico cansado, paciente mal tratado».
La movilización, que finalizó el 12 de diciembre —respaldada por estudiantes, colegios profesionales, sociedades científicas y decanos— registró un seguimiento de entre el 80 % y el 90 % de los médicos en todo el país, según los registros de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM).
Este nivel de participación, señala la confederación, «demuestra el éxito de la convocatoria y, al mismo tiempo, el rechazo unánime de la profesión al proyecto de norma ministerial».
Los sindicatos sostienen que el borrador del Estatuto Marco discrimina a la profesión médica frente a otros trabajadores del Sistema Nacional de Salud y afirman que el conflicto solo podrá resolverse cuando se reconozca su capacidad para actuar como interlocutor directo con la Administración, sin intermediarios, y se atiendan las reivindicaciones básicas planteadas por el Comité de Huelga.
«No entendemos que no nos escuchen ni se ponga fin a estas jornadas laborales agotadoras. Miles de compañeros han salido a la calle para denunciar el cansancio crónico que sufren y para proteger la seguridad del paciente», añadió Hernández.
Se reanudan las negociaciones
Al tercer día de huelga, el Comité de Huelga de la CESM y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) se reunieron con el Ministerio de Sanidad y, en un nuevo intento de acercar posturas, acordaron continuar las negociaciones de forma más concreta sobre los seis puntos clave planteados por el colectivo: la creación de un estatuto y un ámbito de negociación propios, una clasificación profesional acorde, la jornada laboral médica, el reconocimiento de la Medicina como profesión de riesgo, el problema de la movilidad forzosa y el régimen de exclusividad.
La Confederación insistió en la necesidad de que las horas de guardia sean reconocidas como parte de la jornada laboral y computen a efectos de jubilación, algo que —según denuncian— no ocurre en la actualidad. Asimismo, recordó que la Medicina es una profesión de riesgo, una realidad que, subrayan, quedó patente «con la pérdida de 125 profesionales durante la primera ola de la pandemia de COVID-19».
Ambas partes acordaron celebrar una nueva reunión el próximo 17 de diciembre.
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La ministra de Sanidad mantiene su postura
Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, reiteró su posición esta semana a través de un hilo publicado en X, en el que defendió que «la sanidad pública funciona en equipos» y que, a su juicio, «no tiene sentido un Estatuto separado para una sola categoría», ya que ello «fragmentaría el sistema y generaría desigualdades».
En relación con la exigencia de una clasificación profesional basada en los niveles de formación, García señaló que el sistema se actualizará al MECU/MECES, un modelo que, según explicó, «se adecua mejor a la formación real de cada categoría: tanta formación y responsabilidad tienes, tanto se reconoce», subrayando que este cambio «no implica pérdida salarial para nadie».
La ministra también destacó que la última propuesta del Ministerio contempla el fin de las guardias obligatorias de 24 horas, de lunes a domingo.
«Las guardias —definidas como la actividad de atención continuada o de urgencias— serán como máximo de 17 horas», explicó, añadiendo que podrán organizarse mediante turnos, jornadas de 12 horas u otros modelos que decida cada servicio y cada comunidad autónoma, pero «nunca más guardias obligatorias de 24 horas».
Asimismo, precisó que, en los casos en que se realicen guardias de 17 horas, los profesionales no trabajarán ni la jornada anterior ni la posterior, computando las libranzas como horas ordinarias trabajadas. En fin de semana, añadió, la ampliación de la guardia solo será posible de forma voluntaria, con el consentimiento expreso de los trabajadores y previo informe del servicio de prevención de riesgos laborales. El Ministerio de Sanidad anunció su última propuesta el 4 de diciembre.
Por su parte, el consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, criticó duramente la gestión del conflicto por parte del Gobierno central y de la ministra de Sanidad, Mónica García, a la que instó, a través de un vídeo difundido en X, a «sentarse de una vez a negociar, asumir su responsabilidad y retirar el borrador del Estatuto Marco».
Sanz calificó la situación de «insostenible» y atribuyó al conflicto laboral la suspensión en Andalucía de 155 831 consultas, 3234 intervenciones quirúrgicas, 14 706 pruebas diagnósticas y 76 386 consultas externas durante los días de huelga. «La irresponsabilidad de la ministra está provocando uno de los mayores conflictos de la sanidad pública en España», afirmó, y advirtió de que «no se puede actuar con frivolidad».
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Presidente de la CESM: «Una anomalía ética y jurídica»
Miguel Lázaro, presidente de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), defiende que la hora de guardia médica debe retribuirse, «como mínimo, al mismo precio que la hora ordinaria», especialmente en períodos de alta carga asistencial como el verano, cuando el número de guardias se incrementa de forma notable.
«La ley permite este exceso bajo la condición de que no sustituya al trabajo ordinario y de que se respete el descanso, pero la Administración impone su realización por “necesidades del servicio”, sin margen de negociación real. Por tanto, son horas trabajadas bajo disponibilidad forzosa y subordinación plena», declaró el Dr. Lázaro el 11 de diciembre.
Además, subrayó que los médicos no reciben compensaciones adicionales por penosidad, pese a que las guardias se realizan habitualmente en noches, fines de semana y festivos. A diferencia de otros colectivos, los facultativos no perciben complementos por nocturnidad, turnicidad o festividad, ni disponen de una reducción de la jornada anual por condiciones penosas, que se mantiene en 1519 horas. Esta situación, sostiene, genera una desigualdad retributiva.
«Retribuir por debajo de la hora ordinaria un trabajo que exige mayor sacrificio físico, mental y personal es una anomalía ética y jurídica», sostuvo Lázaro.
El conflicto sigue abierto
La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) advirtieron de que, mientras el Gobierno no retire su propuesta actual, «el conflicto sigue abierto y continuarán las movilizaciones».
Aunque señalaron que sus reivindicaciones permanecen intactas, valoraron positivamente que se haya desbloqueado una negociación que consideraban estancada tras el último encuentro con el Ministerio.
El Comité de Huelga agradeció la voluntad de ambas partes para buscar un acuerdo, pero subrayó que, a su juicio, el elevado seguimiento de la huelga ha sido determinante para que el Ministerio de Sanidad reconsiderara su posición y retirara el ultimátum planteado en la reunión anterior.
En este sentido, los sindicatos insistieron en la importancia de que los profesionales se mantengan «unidos frente al borrador» del Estatuto Marco.
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