El autoconsumo fotovoltaico, promovido como una solución clave para reducir la dependencia energética y abaratar la factura eléctrica, ha permitido a hogares, empresas y comunidades generar su propia electricidad a partir de la energía solar. Sin embargo, la evolución del sector no ha respondido a las expectativas: por segundo año consecutivo, la potencia instalada registra una caída.
¿Qué está sucediendo?
Desde 2017, cuando se registraron 101 MW instalados, las cifras fueron aumentando hasta alcanzar los 2649 MW en 2022. No obstante, en 2023 se produjo un descenso, situándose en 1923 MW.
El 2024, la potencia instalada anual de autoconsumo se redujo por segundo año consecutivo un 26 % hasta los 1431 MW instalados, dice el informe anual de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
Una de las dificultades del sistema ha sido el manejo de los excedentes del autoconsumo fotovoltaico, es decir, la energía eléctrica que genera una instalación solar y que no es consumida en el momento por el usuario.
«Las trabas administrativas, la burocracia del proceso y la indisponibilidad de la red, dificultan sustancialmente la evacuación de los excedentes y cronifican esta ineficiencia del sistema eléctrico en el llamado “país del Sol”», declaró la APPA en su último informe, señalando que la asociación «confía en la voluntad de actualizar la norma a la realidad del mercado».
Si esta energía no puede ser vertida a la red eléctrica, por alguna razón, o no está habilitado para hacerlo, debe instalarse un dispositivo de anti-vertido, que es obligatorio en las instalaciones que no comparten sus excedentes. Este sistema inteligente detecta cuándo se está produciendo más energía de la que se está consumiendo y frena la producción, limitando o cortando la generación. Como resultado, la energía no consumida simplemente no se produce, o se disipa dentro del sistema, por seguridad.
Esto involucra un segundo problema. Muchos de los componentes utilizados en las instalaciones fotovoltaicas son componentes inteligentes que tienen software y dispositivos que se conectan con sus fabricantes. Pese a que la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y Consejo Europeo de Fabricación Solar (ESMC) alertaron contra ciertos fabricantes chinos, España los sigue utilizando, siendo estos los proveedores mayoritarios.
En total, el informe de la APPA estima en 88 millones de euros el valor de la generación eléctrica desaprovechada por instalaciones de más de 100 kW, que se ven obligadas a incorporar sistemas de antivertido ante la imposibilidad de volcar esa electricidad a la red. Esta cifra se obtiene a partir de un total de 2 094 GWh no aprovechados, calculados con un precio capturado de la energía solar de 42,18 €/MWh.
«Este no es un tema únicamente económico, se trata de más de 2000 GWh renovables y distribuidos que estamos, literalmente, desaprovechando», lamentó el Director General de APPA Renovables, González Moya.
En octubre de 2024 el Ministerio realizó una consulta pública de modificación del Real Decreto 244/2019, que tenía como objeto actualizar la norma a la realidad del mercado y avanzar en los distintos procedimientos, sin embargo, «no se ha realizado ninguna actualización normativa y el problema persiste, aunque desde el sector se confía en la voluntad del legislador y su apuesta decidida por el autoconsumo», dice APPA.
Aún así «el autoconsumo sigue siendo una apuesta muy rentable que debemos impulsar», según Moya.
El ahorro por kW instalado se cifró en 157 € anuales para instalaciones residenciales y 101 € anuales para instalaciones industriales, magnitud que se calcula con el precio medio del mercado, los cargos, peajes, márgenes de comercialización, impuesto eléctrico y la tipología y uso de la instalación.
Las regulaciones españolas proponen varias modalidades de autoconsumo: Uno de ellos es el autoconsumo sin excedentes. La empresa o el hogar debe instalar en estos casos un sistema anti-vertido de la energía cuando la producción supere el consumo.
Otra modalidad es el autoconsumo con excedentes que se vierten a la red eléctrica para que los utilicen el resto de los españoles, que deberían ofrecer incentivos y compensación.
También existe la modalidad de autoconsumo colectivo, representada por las denominadas granjas solares o fotovoltaicas. Esta opción resulta especialmente adecuada para evitar la ocupación de suelos que podrían destinarse a usos agrícolas, evitando así el conflicto con el sector primario.
En este modelo, varios usuarios comparten la energía generada por una misma instalación solar. Es decir, en lugar de que cada vivienda o entidad disponga de sus propios paneles solares, los paneles se instalan en un espacio común —como una azotea o un terreno compartido— y la electricidad producida se distribuye entre los participantes.
La Alianza por el Autoconsumo, promotora de esta modalidad eléctrica, ha registrado en marzo una proposición una Proposición No de Ley (PNL) en el Congreso de los Diputados para mejorar la regulación del autoconsumo en España.
El objetivo de esta iniciativa es «adaptar la normativa española a los nuevos tiempos de la transición energética y reforzar la democratización de la energía que, en los últimos años, se ha visto ralentizada», dijo la organización.
En el pasado la alianza denunció que las grandes empresas eléctricas imponen trámites excesivos, demoras injustificadas y obstáculos técnicos que frenan la conexión de instalaciones solares, sobre todo en el caso del autoconsumo colectivo. En 2023 advirtieron de 500 instalaciones bloqueadas, con una potencia conjunta de 3,58 MW.
El apagón evidencia una falta de previsión
El cero energético que dejó sin electricidad a toda la península Ibérica el 28 de abril enfrentó a los usuarios de autoconsumo a la falta de preparación, una realidad de la que ya se estaba hablando.
Para poder aislarse de la red eléctrica y mantener el suministro durante los apagones —garantizando así la seguridad energética de hogares y empresas—, es necesario complementar las instalaciones de autoconsumo con sistemas de baterías solares y equipos de respaldo.
Actualmente, apenas un 15% del autoconsumo fotovoltaico en España cuenta con baterías solares preparadas para hacer frente a cortes de suministro. Sin embargo, la reciente vulnerabilidad demostrada por la red ha acelerado el interés por integrar soluciones que permitan evitar escenarios similares en el futuro.
En 2024 solo se instalaron 155 MWh de capacidad de almacenamiento en baterías, de los cuales el 60 % se concentró en el ámbito industrial, donde la contracción de la potencia instalada fue menos acusada.

Componentes de riesgo en el sistema interconectado: de origen chino y no recomendados en Europa
Existen componentes que deben instalarse en los sistemas de autoconsumo y que, al mismo tiempo, forman parte de los elementos considerados de máximo riesgo para la seguridad de las redes eléctricas en la Unión Europea, y, por tanto, para la seguridad de los Estados miembros.
Estos son los inversores fotovoltaicos y las baterías solares.
Para convertir la electricidad que generan los paneles solares (corriente continua o CC) a corriente alterna (CA), que es la forma de electricidad que usamos en casa y que circula por la red eléctrica, se necesita instalar inversores fotovoltaicos, un componente esencial en cualquier instalación de autoconsumo solar fotovoltaico.
Algunos inversores permiten incluso optimizar el uso de la energía, activando consumos en momentos de alta producción y también pueden llegar a controlar el flujo de excedentes hacia la red. Se puede decir que los modelos modernos son dispositivos inteligentes porque tienen capacidad de control, comunicación y toma de decisiones automatizadas dentro del sistema solar.
Cuando ocurrió el masivo cero energético, el Consejo Europeo de Fabricación Solar emitió a los dos días una advertencia sobre los inversores fotovoltaicos chinos en las redes eléctricas europeas.
«La soberanía energética de Europa está en grave riesgo debido a la falta de regulación y el control remoto de los inversores fotovoltaicos de fabricantes no europeos de alto riesgo, especialmente de China».
«El riesgo no es teórico», advirtió el Consejo Europeo de Fabricación Solar (ESMC) en un comunicado de prensa del 30 de abril.
«Los inversores modernos deben estar conectados a internet para cumplir con las funciones esenciales de la red o participar en el mercado eléctrico. Sin embargo, estas conexiones también permiten actualizaciones de software, lo que significa que cualquier fabricante puede alterar el rendimiento de estos dispositivos de forma remota», añadió.
En España, la cuota de mercado de los inversores chinos era de alrededor del 70 % en 2023, liderada por Huawei, con un 36,5 % de instalaciones; seguida por Sungrow, un 29,7 % y GoodWe, con un 14,5%, declaró Christoph Podewils, Secretario General del ESMC, a The Epoch Times España.
Podewils afirmó que «esto presenta importantes amenazas de ciberseguridad, incluyendo la posibilidad de interferencias deliberadas o apagones masivos».
También en el resto de Europa el porcentaje es un 70 % en estos elementos. «Esto significa que Europa ha cedido el control remoto de una gran parte de su infraestructura eléctrica», añadió.
La situación no es mejor con las baterías solares. Dos funcionarios estadounidenses del sector energético informaron a Reuters el 15 de mayo que están reevaluando el riesgo que suponen los dispositivos fabricados en China tras encontrar equipos de comunicación inexplicables en el interior de los inversores y baterías fotovoltaicas chinos e incluso de bombas de calor y cargadores de vehículos eléctricos.
El autoconsumo cubre el 3,7 % de la demanda nacional
En total, España cuenta con 8 585 MW de potencia instalada en autoconsumo, de los cuales 6 304 MW corresponden al ámbito industrial (76 %) y 2 281 MW al sector residencial (24 %). La mitad de esta capacidad se concentra en tres comunidades autónomas: Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana. Castilla-La Mancha y Madrid ocupan el cuarto y quinto lugar, respectivamente.
En 2024, la generación eléctrica procedente del autoconsumo alcanzó los 9 243 GWh anuales, superando a tecnologías tradicionales como la generación mediante carbón o el bombeo, según el informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
Es el equivalente al 3,7 % de la demanda eléctrica nacional y del total de potencia instalada en 2024. Sin las barreras para aprovechar los excedentes, se estima que podría representar el 4,5 % de la demanda eléctrica nacional.
Contabilizando el autoconsumo, la generación eléctrica renovable en 2024 habría sido del 58,4 %, en vez del 56,8 % ofrecido por REE.
«Tendremos momentos en los que el autoconsumo estará generando más electricidad de forma puntual que la energía nuclear y es sorprendente a estas alturas que sigamos sin tener un registro exhaustivo y oficial de las instalaciones», señaló Moya.
«Es necesario que contemos con un marco fiscal que incentive el autoconsumo, con desgravaciones de, al menos, el 25 % en el impuesto de sociedades o en el IRPF», declaró.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.