La entrada masiva de algunos productos agrícolas extranjeros a España y la Unión Europea está generando inquietud en los agricultores que no solo temen pérdidas cuantiosas sino la desaparición de la producción. Esto hace que los consumidores estén cocinando arroz de Asia, granos de Ucrania y pimientos de Marruecos, y muchas veces sin saberlo.
La Asociación Agraria de Jóvenes agricultores (ASAJA) informó el 18 de junio que desde Extremadura anunciaron la desaparición a muy corto plazo de su producción de arroz si no se toman medidas. Días atrás, los agricultores alertaron sobre el incremento del 40 % de las importaciones de arroz y pidieron de manera urgente que se aplique un mecanismo de protección europea.
«La competencia es desleal con países que importan a nuestro país el producto sin aranceles», añadió la asociación. Parte de este arroz proviene de Camboya y Birmania.
Extremadura es la segunda productora nacional de arroz por detrás de Andalucía. Había incrementado su producción en casi 700 hectáreas este año, alcanzando una superficie de alrededor de 20 000 hectáreas en las provincias de Badajoz y Cáceres.
«Pero cuando todo parecía ir bien, aparecen ciertos personajes y situaciones que abogan por llevar el cultivo a su desaparición», señaló Ángel García Blanco, presidente de Asaja Extremadura, apuntando a las multinacionales y las compañías «consentidas por los gobiernos de España y la Unión Europea».
La tonelada de arroz sin pelar tuvo un coste de producción de 484 euros/tonelada y los agricultores españoles cobraron por ese mismo arroz más de 520 euros. El problema es que «ahora mismo, los intermediarios están ofreciendo la tonelada de arroz cardo (cardo esto es, arroz pelado antes de blanquear) a 360 euros/tonelada en puerto español.
«De los 174 millones de kilogramos de arroz que consumimos los españoles, casi 70 millones vinieron de fuera», según los agricultores.
También temen que esta política que afecta a los productores nacionales empeore con el acuerdo UE-MERCOSUR, considerando que Brasil cultiva casi 1 200 000 hectáreas, Paraguay más de 10 000 y Argentina, 230 000.
Una solución que se propone desde hace tiempo es la aplicación del principio de reciprocidad en todos los acuerdos comerciales de la UE con terceros países.
«Los arroces que llegan a los consumidores europeos deben cumplir los mismos estándares fitosanitarios, ambientales, sociales y de calidad, vengan de donde vengan. No tenemos miedo a la competencia en el mercado, pero queremos que en el mercado todos compitan con las mismas reglas de juego. Sin reciprocidad, productores y consumidores salen perdiendo», dijo Miguel Minguet, presidente del grupo de trabajo del Arroz del COPA-COGECA, en representación de ASAJA.
«No hay un control riguroso de etiquetados»
El problema finalmente afecta a los consumidores, ya que «no hay un control riguroso en los etiquetados en los supermercados» por lo que «se oculta su procedencia», afirmó ASAJA.
«Es curioso cómo se engaña al consumidor haciéndole creer que está consumiendo arroz español cuando lo mismo es del sudeste asiático. No se marca la producción», señaló, advirtiendo que pedirán a MERCADONA, CARREFOUR, ALCAMPO, DIA, LIDL Y ALDI que indiquen la procedencia del arroz que comercialicen.
El reglamento europeo sobre el arroz exige una calidad de “Producción Integrada” y, además, limita la dosis de nitrógeno que puede aplicarse. La Producción Integrada es una técnica más respetuosa con el medio ambiente, que, entre otras medidas, establece que para la protección contra plagas y enfermedades «se preferirán, siempre que sea posible, los métodos biológicos, biotécnicos, culturales, físicos y genéticos frente a los químicos».
Sevilla es otro gran productor de arroz. Cuenta 958 explotaciones y otras 36 500 hectáreas plantadas que podrían verse afectadas.
ASAJA pidió al Parlamento y la Comisión Europea negociar el mecanismo de salvaguarda del arroz de la Unión Europea.
«La Unión Europea no puede seguir afrontando la protección de su sector arrocero con medias tintas. Es evidente que las medidas que hemos tenido hasta ahora no han evitado invasiones de arroces asiáticos con arancel cero y, en consecuencia, hundimientos repentinos de los precios en origen», declaró Minguet.
Cereales de Ucrania
El sector de cereales también está reclamando el hundimiento de los precios y la competencia desleal de importaciones masivas.
En la campaña 2023/24, España importó cerca de 14,1 millones de toneladas de cereales, lo que supone un incremento del 4,1 % respecto al año anterior. Se trata del volumen más alto registrado desde la campaña 2014/15 y representa el 43,85 % del total de las importaciones de cereales de la Unión Europea.
La mayor parte de estas importaciones fueron de maíz (7,45 Mt) y trigo blando (5,62 Mt), con Ucrania como principal proveedor gracias a los beneficios arancelarios.
Por otro lado, la UE los aranceles que ha subido son los de fertilizantes provenientes de Rusia y Bielorrusia, que verán sus tasas aumentar del actual 6,5 % al 100 % en un período de tres años, lo que podría suponer la suspensión de todas las importaciones. El objetivo de la medida es reducir la dependencia de Rusia y presionarle económicamente.
Sin embargo, los agricultores europeos han expresado una profunda preocupación ya que esto elevará el coste de los insumos agrícolas. Cédric Benoist, del sindicato francés de agricultores FNSEA, advierte que la inflación de precios de fertilizantes en la UE pondrá en aún más aprietos a los agricultores.
ASAJA ha convocado una concentración el próximo miércoles 25 de junio de 2025 a las 11:00 horas en el Bulevar de Gran Capitán de Córdoba. La asociación reclama una Política Agraria Común (PAC) que responda a las necesidades del campo español, así como precios justos para productos clave como el cereal y el aceite de oliva.
También solicitan de manera urgente una reducción de costes de producción, incluyendo impuestos, fertilizantes y electricidad.
Pimientos de Marruecos
El pimiento que llega a la cocina española, que está en el grupo de hortalizas que en total más se consumen en el país, con 24,23 kilos/persona/año en 2024, podría no ser de nuestros campos y esto no necesariamente depende de los productores.
Marruecos exportó 101,11 millones de kilos de pimientos a España, lo que representa más del 92 % de las importaciones totales de pimientos en el país. Esto supone que las importaciones totales de pimiento de España casi se triplicaron, pasando de 37,64 millones de kilos en 2015 a 109,47 millones en 2024.
Por lo tanto, es posible que hoy esté cocinando en casa pimientos marroquíes sin saberlo. En España se consumen pimientos de muchos tipos: verde, morrón, ñora, choricero, padrón, gernika, así como piquillos, riojanos y cornicabra.
Entre el 1 de enero y el 31 de marzo del presente año. España ha aumentado un 22,45 por ciento en volumen y un 22,49 por ciento en valor la compra a Marruecos de hortalizas y frutas con respecto al mismo período del año anterior, según los datos que ha elaborado Hortoinfo.
Las compras alcanzaron la cifra de 191,91 millones de kilos, «la cifra más alta de la historia correspondiente al primer trimestre, por un valor de 487,12 millones de euros, cifra que también constituye un récord histórico en referencia al periodo analizado, el primer trimestre» y está liderada por los pimientos con 35,5 millones de kilos.
Le siguen los tomates con 32,31 millones de kilos, aguacates con 29,16 millones de kilos, arándanos con 16,5 millones, de mandarinas con 12,6 millones de kilos, de frambuesas y moras con 11,95 millones, seguidos de pepinos, calabacines patatas y fresas, como los principales productos importados de Marruecos.
¿Qué sucede con el pimiento nacional? España es un gran exportador de pimiento. Desde 2015, sus exportaciones aumentaron un 20,87 %, alcanzando en 2024 los 844,62 millones de kilos exportados, principalmente a Alemania, Francia y el Reino Unido.
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