Las imágenes de los pasillos estrechos y vacíos de un hospital abarrotado, con pacientes que yacen respirando con dificultad, y de un niño que llora junto al cuerpo de su madre fallecida, mientras en la recepción una multitud enfurecida se agolpa en busca de atención médica, conforman una serie de escenas desgarradoras que evocan los sucesos ocurridos hace unos seis años
Inspirada en hechos reales del brote de la COVID-19 en Wuhan (China), la película canadiense Guerra sin restricciones sitúa a los espectadores en el origen de una crisis mundial.
Cuando fallan la ley y el orden
El protagonista de la historia es el doctor Jim Conrad (Dylan Bruce), un virólogo canadiense de reconocido prestigio que lidera una iniciativa biotecnológica en China. Lo que comenzó como un proyecto visionario para promover la colaboración científica se convierte repentinamente en una pesadilla.
Jim es detenido por la policía secreta china. Intimidado, amenazado y con la seguridad de su familia como moneda de cambio, se le encomienda una tarea inmoral: regresar a su país y robar, en un laboratorio de alta seguridad, una muestra secreta de un virus que él mismo ayudó a desarrollar.
Al principio, Jim aún confiaba en la ley y el orden y trató de encontrar un cauce legal, pero pronto comprendió, con amargura, que la justicia no tiene cabida en un sistema represivo. Sin darse cuenta, había llegado a un punto sin retorno.
Dos mujeres, dos destinos, un sistema
A su lado está Sophie Wen (Nadia Hatta), una mujer que inicialmente creyó ciegamente en las promesas del Partido Comunista Chino (PCCh) hasta que una tragedia personal le revela la realidad tras la fachada. El viaje de Sophie de la obediencia a la iluminación dota a la película de una gran profundidad emocional.
En contraste con Sophie, encontramos a otro personaje femenino central: la general Chen Wei. Marcada por las heridas de la Revolución Cultural, jura lealtad incondicional al sistema, transgrediendo los límites de la humanidad sin dudarlo.
Tras los primeros cinco minutos del largometraje, queda claro que se trata de algo más que un simple ajuste de cuentas con la pandemia del coronavirus. Guerra sin restricciones ofrece una visión profunda de la interacción entre la política, el ejército, los servicios de inteligencia, la sanidad y la investigación en China, e inevitablemente deja al espectador preguntándose cuánto de la película refleja la realidad.
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¿Cuánto de la película se basa en hechos reales?
Desde la perspectiva de la actriz coreano-canadiense Uni Park, que interpreta a la general Chen, la película refleja las profundas estructuras de poder del PCCh, que controlan a la población a todos los niveles. Park espera que la cinta inspire mayor compasión, valentía y empatía hacia quienes «aún no pueden alzar la voz».
La productora de cine Sophia Sun conoce los métodos de inteligencia del PCCh por experiencia propia. Sus vivencias sirvieron de inspiración para el personaje principal, Sophie Wen. Tras graduarse con honores, Sun aceptó un puesto en una empresa estatal de Shanghái que gestionaba las oficinas de compañías occidentales en China.
Poco después, varias agencias de seguridad se pusieron en contacto con ella para solicitarle que recopilara y transmitiera información sobre las empresas extranjeras. Los agentes la llamaban con regularidad, le preguntaban por los datos que había reunido y le ofrecían apoyo financiero.
Sun explicó que se unió al Partido Comunista Chino con gran convicción durante sus estudios; se consideraba un honor para los estudiantes especialmente aplicados y con un excelente rendimiento académico.
«Te eligen porque tienes buenas notas, te portas bien y eres capaz», dijo. «Fingen tener buenas intenciones y te ofrecen muchas oportunidades para que te sientas especial». Solo cuando estás inmerso en el sistema te das cuenta de «que te exigen cosas que en realidad nunca te permiten hacer».
Cómo el PCCh explotó la crisis del coronavirus
El título de la película alude a una doctrina militar real del Ejército Popular de Liberación de China: la idea de la «guerra sin restricciones». Esta doctrina combina capacidades económicas, diplomáticas, tecnológicas y comunicativas.
El exgeneral de brigada estadounidense Robert Spalding describe este concepto en su libro War Without Rules: China’s Playbook for Global Domination (Guerra sin reglas: el manual de China para la dominación mundial). Spalding considera la respuesta del PCCh a la pandemia del coronavirus como un ejemplo de dicha estrategia.
El origen del virus, proceda o no de un laboratorio, no es, a su juicio, lo esencial. Lo que realmente cuenta, según el exgeneral, que también fue agregado militar en la embajada de Estados Unidos en Pekín, es la capacidad de «generar miedo» con el virus.
Spalding afirma que el miedo lleva a las personas a renunciar a su libertad. «Cuando la gente tiene miedo, está dispuesta a aceptar cualquier tipo de control estatal porque cree que les ayudará a mantener su seguridad».
Según su acusación, mediante sus vínculos con instituciones como la Organización Mundial de la Salud, el PCCh ha propagado este miedo en las sociedades occidentales.
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Una película que exige valentía
Por su carga política, es fácil deducir que sacar adelante la película no fue nada sencillo. Los familiares del productor Ma Yan fueron acosados por las autoridades locales en China mientras la producción se desarrollaba en Canadá. A uno de ellos le retuvieron el salario. Incluso algunos actores chinos dudaron en aparecer tras las cámaras por temor a represalias en China.
La película Guerra sin restricciones invita a los espectadores a reflexionar sobre su propia postura: ¿hasta dónde llega nuestra responsabilidad compartida? ¿Cuándo el silencio se convierte en complicidad? Estas preguntas no solo van dirigidas al pueblo chino, sino también al público occidental, que durante mucho tiempo creyó que el intercambio económico podía promover la libertad política.
Estreno en Hamburgo
Este thriller de 139 minutos puede verse en la plataforma de streaming Ganjing World en versión original en inglés, con subtítulos en varios idiomas. Guerra sin restricciones tendrá su estreno en Alemania el miércoles 12 de noviembre a las 19:00 en el cine Lichtmess de Hamburgo. Tras la proyección, el público está invitado a participar en una mesa redonda.
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Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Uneingeschränkter Krieg – ein Blick hinter die Fassaden der Corona-Pandemie»
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