En breve
En China, los coches eléctricos han dejado de ser una prioridad estratégica.
Durante años, el sector recibió inversiones por miles de millones de dólares.
El Gobierno desplaza ahora su foco hacia otros sectores.
Los vehículos eléctricos han dejado de ser una prioridad estratégica en China. Según analistas, esto podría anticipar el final de una iniciativa estatal que convirtió al país en el líder mundial en fabricación y venta de vehículos eléctricos.
Miles de millones de dólares invertidos en el sector de los vehículos eléctricos
En el borrador del decimoquinto plan quinquenal del Partido Comunista de China (PCCh), publicado el martes pasado por la agencia estatal Xinhua, los vehículos eléctricos se han eliminado de la lista de «industrias estratégicas emergentes». El documento se elaboró en la reciente reunión anual a puerta cerrada del Comité Central en Pekín y marca la agenda económica del régimen chino para la segunda mitad de la década.
En los tres planes quinquenales anteriores, los «vehículos de nueva energía» se consideraban un sector estratégico para la competitividad tecnológica de China. La categoría abarca vehículos eléctricos, híbridos enchufables y de pila de combustible. Esa clasificación llevó a las autoridades centrales y locales a invertir decenas de miles de millones de dólares en subsidios e incentivos fiscales. Como resultado, fabricantes como BYD y Geely se situaron en la vanguardia de la cadena de suministro mundial de vehículos eléctricos.
El nuevo plan, sin embargo, supone un punto de inflexión. Aunque destaca la tecnología cuántica, la bioproducción, el hidrógeno y la fusión nuclear como nuevos motores de crecimiento, los vehículos eléctricos quedan fuera. Los automóviles —al igual que la vivienda— apenas se mencionan. El plan propone eliminar restricciones a la compra de coches para impulsar el consumo interno.
Está previsto que la versión final del decimoquinto plan quinquenal se someta a la Asamblea Popular Nacional para su aprobación en marzo de 2026.
China produjo 12 millones de vehículos eléctricos en 2024
Según la Agencia Internacional de la Energía, China produjo 12 millones de vehículos eléctricos el año pasado, alrededor del 70 % de la producción mundial. Once millones se vendieron en el mercado interno y el resto se exportó.
El sector de los vehículos eléctricos en China fue en su día símbolo de ambición industrial. Ahora afronta una guerra de precios interna que, a su vez, alimenta tensiones comerciales en el exterior. La competencia se ha intensificado este año. Desde octubre, el BYD Seagull —también comercializado como Dolphin Surf— cuesta algo más de 8500 € en China; su principal competidor, el Wuling Binguo, ronda los 6900 €.
La guerra de precios ha comprimido los márgenes. En agosto, BYD, el mayor fabricante mundial de vehículos con propulsiones alternativas, informó de una caída interanual del 30 % en su beneficio neto del segundo trimestre. La compañía lo atribuyó a un exceso de marketing y a fuertes descuentos que lastraron la rentabilidad a corto plazo.
Si bien las rebajas han beneficiado a los consumidores, también han desencadenado lo que algunos observadores describen como una espiral negativa: los compradores aplazan la adquisición por temor a nuevas bajadas, mientras los fabricantes con dificultades financieras se ven empujados a recortar calidad, seguridad o servicio.
Mientras tanto, los intentos de trasladar el exceso de capacidad al extranjero han provocado reacciones internacionales. En mayo de 2024, Estados Unidos impuso un arancel del 100 % a los vehículos eléctricos fabricados en China por prácticas comerciales desleales. La Unión Europea adoptó medidas en octubre de 2024 y elevó los aranceles hasta el 45,3 %.
El gobierno insta a los fabricantes a actuar con autodisciplina
Las autoridades han tomado nota de la situación. En junio, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China citó en Pekín a directivos de grandes automovilísticas —entre ellas BYD, Geely, Zeekr y Xpeng— y advirtió de una competencia feroz con escasos beneficios para el sector.
En reuniones posteriores, los funcionarios reiteraron el llamamiento a la moderación. Instaron a las empresas a actuar con autodisciplina y a comprometerse a pagar a sus proveedores en un plazo de 60 días.
La advertencia no se limitó a los fabricantes. En julio, el presidente chino, Xi Jinping, reprendió a los gobiernos locales por la prisa en invertir en los mismos sectores.
«Cuando se trata de lanzar nuevos proyectos, siempre se recurre a lo mismo: inteligencia artificial, capacidad informática y vehículos de nuevas energías», declaró Xi en una reunión en Pekín, según el Diario del Pueblo, periódico oficial del Partido Comunista Chino (PCCh). «¿Deben todas las provincias del país desarrollar sus industrias en esas direcciones?».
En un discurso sobre el nuevo plan quinquenal, publicado el martes por Xinhua, Xi instó de nuevo a los gobiernos locales a centrarse en industrias acordes con sus fortalezas regionales y a desarrollar lo que denomina «nuevas fuerzas productivas de alta calidad». «Queremos orientar a todos los actores para que adopten un enfoque sólido, racional y realista, en lugar de lanzar iniciativas de forma imprudente», afirmó.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Großer Kurswechsel: Was steckt hinter Chinas Abkehr von E-Autos?»
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