Un tribunal surcoreano ha dictaminado que Shen Yun Performing Arts puede continuar con sus actuaciones previstas a pesar de los intentos de obstaculización por parte de Pekín, lo que supone una victoria para un grupo que, durante años, ha sido blanco de la represión global del régimen chino.
La sede del evento, la Universidad Nacional de Kangwon, dio luz verde el 1 de abril, a la solicitud de la compañía de danza clásica china con sede en Nueva York para actuar en su Centro de Arte Baeckryung, pero se retractó del acuerdo después de que la embajada china presentara una queja.
La universidad alegó que su decisión de cancelar el espectáculo tenía que ver con los intereses públicos de la institución. Dado que la universidad es una institución nacional dependiente del Ministerio de Educación del país, está en condiciones de «representar directa e indirectamente la posición oficial de la República de Corea», lo que convierte el asunto en una «cuestión diplomática», dice la carta de la universidad obtenida por The Epoch Times.
El centro alegó que los aproximadamente 500 ciudadanos chinos que estudian en el centro podrían organizar protestas, lo que podría dar lugar a enfrentamientos, si la actuación se llevara a cabo según lo previsto.
El 30 de abril, el Tribunal del Distrito de Chuncheon falló a favor del presentador del espectáculo, calificando la cancelación del contrato por parte de la universidad como un «abuso de poder discrecional».
El tribunal señaló que Shen Yun ha realizado espectáculos en Corea del Sur desde 2007, con dos exitosas temporadas en el Centro de Arte Baeckryung en 2017 sin incidentes.
Sin pruebas sólidas que respalden sus afirmaciones, las preocupaciones expresadas por la escuela sobre posibles enfrentamientos son vagas y difíciles de justificar, según el tribunal, que calificó la decisión de «ilegal».
Además, señaló que la cancelación se produjo solo 20 días antes de las representaciones previstas para el 6 y 7 de mayo, cuando ya se había vendido cerca de dos tercios de las entradas. Según el juez, cancelar la representación en ese momento habría dificultado a los organizadores del espectáculo recuperar el daño financiero y reputacional sufrido.
La sentencia supone un gran avance para la compañía en Corea del Sur, que ha sufrido constantes presiones por parte de su principal socio comercial, China, para impedir que el grupo artístico actúe.
Fundada en 2006 —en parte por artistas que habían huido de la represión del Partido Comunista Chino (PCCh)—Shen Yun realiza giras por todo el mundo, pero no puede actuar en China.
Shen Yun Performing Arts ha crecido en las últimas dos décadas hasta convertirse en ocho compañías de igual tamaño que realizan giras mundiales con una orquesta en directo cada año. El grupo presenta la danza clásica china bajo el lema «China antes del comunismo», y algunas de sus piezas también muestran historias de la brutalidad del PCCh hacia Falun Gong, una disciplina espiritual que ha sufrido una amplia campaña de persecución en China durante los últimos 26 años.
Los diplomáticos chinos y personas vinculadas a ellos han utilizado la coacción política y económica para socavar las actuaciones mundiales de Shen Yun. El Centro de Información Falun Dafa, una organización sin ánimo de lucro, ha documentado más de 130 casos de este tipo a lo largo de los años.
Recientemente, la campaña parece haberse intensificado y adoptado una forma más inquietante. En poco más de un año, el grupo artístico ha denunciado haber recibido docenas de correos electrónicos con amenazas de actos violentos, como amenazas de atentar con bombas contra los artistas y el público, con el fin de que se cancelen los espectáculos. Ninguna de las amenazas se ha llevado a cabo. Las autoridades taiwanesas que investigaron el asunto dijeron que sospechan que una entidad de investigación dependiente del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, que tiene vínculos con el ejército chino, es la responsable de algunos de los correos electrónicos.
El teatro estuvo abarrotado durante los dos días de actuaciones, con un 98 % de los asientos ocupados el primer día, según los organizadores.
Antes del segundo día de la actuación de Shen Yun en el Baeckryung Art Center, el presentador de Shen Yun, Leeshai Lemish, que ha seguido estos incidentes durante años, dijo que le animaba ver «que un tribunal surcoreano defendía la ley del país y se oponía a la presión del PCCh».
«La represión transnacional del PCCh es rampante en todo el mundo, pero en Corea del Sur tiene una historia especialmente larga y bien documentada de atacar a Shen Yun», declaró a The Epoch Times. «Durante años, la embajada y los consulados [chinos] han intentado cancelar las actuaciones de Shen Yun y, en demasiadas ocasiones, lo han conseguido».
Pero la sentencia judicial demuestra que «el PCCh solo puede tener éxito si consigue atrapar a los gobiernos locales, los tribunales y los teatros» para que sigan sus órdenes, señaló.
«Cuando las personas se mantienen firmes y hacen lo que creen que es correcto, como vemos ahora en Corea del Sur, el PCCh es incapaz de hacer nada», afirmó Lemish.
Afirmó que lo ve como «una señal maravillosa de que el pueblo coreano está harto de que Pekín le diga qué arte puede ver y cuál no».
Lemish recordó un incidente similar ocurrido en 2016 en el KBS Hall de Seúl. El propietario, la empresa nacional de radiodifusión de Corea del Sur, era uno de los pocos canales extranjeros que Pekín permitía en el mercado chino en aquel momento. La sala canceló abruptamente cuatro espectáculos de Shen Yun previstos tras recibir una carta de la embajada china en la que se advertía al teatro que no permitiera que el espectáculo se llevara a cabo. Al igual que en el caso del Baeckryung Art Center, en ese momento ya se habían reservado miles de entradas.
El Baeckryung Art Center, tras cancelar el espectáculo, se disculpó y afirmó que no había actuado por voluntad propia.
«Hicimos todo lo posible, pero la escuela y el Ministerio de Educación insistieron en la cancelación, por lo que no tuvimos más remedio que cancelar», indicó un miembro del personal a los presentadores de Shen Yun, según un correo electrónico revisado por The Epoch Times.
Lemish señaló que, en repetidas ocasiones, entidades y teatros afiliados al Gobierno surcoreano han reconocido la intervención de Pekín, pero han alegado el interés público para justificar su capitulación ante el PCCh.
«Creo que lo que estamos viendo ahora es que cada vez más personas en Corea del Sur y en todo el mundo se dan cuenta de que los intereses del PCCh no coinciden en absoluto con los suyos, y que deben proteger sus propios derechos y libertades frente a la presión del PCCh», afirmó. «Creo que, como ventaja adicional, también descubren que se sienten bien haciéndolo».
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «South Korea Court Rules to Allow Shen Yun to Perform After Theater Caved to CCP Pressure»
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