En la reciente cuarta sesión plenaria, el líder chino Xi Jinping mantuvo todos sus cargos oficiales, un desenlace que sorprendió a muchos observadores de China.
¿Cómo pudo lograrlo pese a indicios de un notable debilitamiento de su control sobre las fuerzas armadas?
Según Cai Xia, disidente china y exprofesora de la Escuela Central del Partido, existe una explicación convincente.
Como Xi, Cai Xia es también una «princesa roja», denominación aplicada a los descendientes de altos cargos del Partido Comunista de China (PCCh) que desempeñaron un papel destacado en la fundación de la China comunista.
Análisis de Cai Xia sobre la lucha interna
En los días previos al pleno, el ejército chino expulsó del Partido a nueve generales de alto rango. Entre ellos figuraban He Weidong, vicepresidente de la Comisión Militar Central (CMC), y Miao Hua, comisario político de ese mismo órgano.
Cai Xia considera que fue un ataque político preventivo lanzado por Zhang Youxia, primer vicepresidente de la CMC, contra la facción de Xi Jinping.
Durante el pleno, el protegido de Zhang Youxia, Zhang Shengmin, fue promovido a vicepresidente de la CMC, pero quedó fuera del Politburó, el máximo órgano de decisión de China. Según Cai Xia, esta combinación refleja un «equilibrio del terror»: ninguna de las partes puede imponerse por completo, lo que obliga a una coexistencia frágil.
¿Por qué Zhang Youxia no aprovechó su posición para apartar a Xi? Cai Xia sostiene que Zhang es «anti-Xi, pero no anti-Partido». Se opone a Xi para proteger su vida y su cargo, pero no pretende hundir al Partido Comunista. Por ello, sus movimientos quedan supeditados a los veteranos del Partido.
Cai Xia señala que la situación actual de Xi no es comparable a la de Hua Guofeng, que tuvo que ceder el poder. Tras la muerte de Mao Zedong en 1976, Hua fue designado sucesor y, junto con varios altos cargos, contribuyó a la derrota de la Banda de los Cuatro, con lo que se puso fin a la Revolución Cultural.
Lea también: La sombra de China sobre Nueva York: financiamiento extranjero en la campaña de Zohran Mamdani
Sin embargo, Hua mantuvo la línea política de Mao, en particular su principio de «Dos en Todos»: «Apoyaremos firmemente lo que decida el presidente Mao; seguiremos resueltamente sus instrucciones». Ello provocó el rechazo de Deng Xiaoping, que finalmente forzó su dimisión con el argumento de su falta de capacidades políticas y organizativas.
Hoy, Cai sostiene que ya no existe una figura dominante como Deng Xiaoping. La generación actual de dirigentes del Partido se muestra indecisa y teme que un choque entre Xi Jinping y Zhang Youxia desestabilice por completo a la organización. Por ello, opta por contener a ambos bloques.
Según Cai, Zhang Youxia, que ejerce el control sobre las fuerzas armadas, y la cúpula del Partido, están profundamente descontentos con Xi. Al margen de los intereses personales, temen que su gestión haya llevado al PCCh al borde del colapso y no consideran asumible prolongar esa deriva.
A la vez, no se atreven a derrocarlo ni a criticarlo en público por miedo a provocar el derrumbe de todo el Partido. Ambas partes quedan, así, atrapadas en un atolladero peligroso.
¿Qué cabe esperar? Los dirigentes del Partido y Zhang Youxia solo pueden buscar estabilidad en medio de la pugna, aplicar pequeños ajustes tácticos y mantener el statu quo. Proceden con cautela, paso a paso, según Cai Xia.
Por qué la crisis actual es devastadora para el PCCh
En mi opinión, esto muestra que hoy el PCCh ha perdido la capacidad de autocrítica y de gestión de crisis.
A lo largo de su historia, el Partido se ha enfrentado a episodios críticos y, aun así, ha logrado mantenerse. El más grave fue la Revolución Cultural, que casi arrasó la economía. Tras la muerte de Mao Zedong, rehabilitó a las víctimas de la persecución política e impulsó reformas económicas, con las que evitó por poco la catástrofe. Aquella recuperación fue posible gracias a dirigentes reformistas y escrupulosos, como Hu Yaobang y Zhao Ziyang, cuyos esfuerzos contaron con respaldo social.
Hoy, tras más de una década bajo el liderazgo de Xi Jinping, la organización atraviesa una situación aún más grave. A diferencia del período posterior a la Revolución Cultural, ya no quedan reformistas con peso interno. Figuras moderadas como el difunto primer ministro Li Keqiang y Wang Yang, expresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, quedaron relegadas. La muerte de Li estuvo rodeada de especulaciones, según distintas interpretaciones.
En el XX Congreso del Partido, celebrado en octubre de 2022, los leales a Xi consolidaron un control absoluto. Sus colaboradores actúan como oportunistas centrados en el poder y el enriquecimiento, sin capacidad para emprender una reforma política.
En cuanto a los bloques rivales —entre ellos Zhang Youxia y los veteranos del Partido—, comparten con Xi el objetivo de preservar la estructura por encima de cualquier otra consideración. Hay funcionarios que aspiran sinceramente a un cambio, pero sin poder ni influencia efectivos permanecen inoperantes. Sin liderazgos capaces de revertir la tendencia, el estancamiento se cronifica.
¿Qué cabe esperar? Todo apunta a que el PCCh seguirá inmerso en pugnas internas que agravarán otros frentes abiertos. En esa dinámica prolongada, el Partido avanzará de forma sostenida hacia la desintegración y, en última instancia, hacia el colapso.
Con la colaboración de Olivia Li.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Francia con el título «Le PCC a perdu sa capacité à se sauver lui-même».
Cómo puede ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en España y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.