La empresa marroquí Marsa Maroc, parcialmente controlada por el Estado de Rabat, ha adquirido el 45 % de Boluda Maritime Terminals (BMT), la división de terminales portuarias del grupo español Boluda Corporación Marítima, por 80 millones de euros.
Esta operación, anunciada esta semana, permite a Marsa Maroc entrar como socio minoritario en nueve terminales ubicadas en puertos estratégicos españoles: Las Palmas, La Palma, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura, Sevilla, Vilagarcía, Cádiz (Concasa) y Santander.
En 2024, estas instalaciones manejaron más de 1 millón de contenedores TEU, consolidando su importancia en el tráfico entre la Península y Canarias.
Boluda Corporación Marítima mantiene el 55 % y el control operativo, asegurando la gestión diaria y las decisiones estratégicas, mientras Marsa Maroc aporta experiencia para generar sinergias.
La alianza eleva a 34 terminales en 20 puertos la operación conjunta, repartidos entre España, Canarias y África, fortaleciendo el corredor marítimo a través del Estrecho de Gibraltar.
Marsa Maroc, cotizada en Casablanca, tiene una vinculación estatal significativa: el Gobierno marroquí posee directamente el 25 %, y la Agencia Especial Tanger Med —entidad pública— controla el 35 %.
Esta participación minoritaria representa la primera presencia directa de capital marroquí con tintes estatales en infraestructuras portuarias españolas, un sector considerado crítico para la logística y el comercio nacional.
La operación está pendiente de aprobación por las autoridades de competencia, tanto españolas como posiblemente europeas, dada su dimensión transfronteriza.
Especialmente relevante para Canarias, donde se concentran cinco de las nueve terminales, la entrada de Marsa Maroc podría abrir nuevas rutas comerciales hacia África Occidental y resolver problemas de almacenamiento de contenedores en las Islas.
Fuentes portuarias españolas consultadas por El Confidencial destacan que esta alianza legitima el rol creciente de Marruecos como actor regional en el transporte marítimo, disolviendo antiguos clichés y afianzando su posición competitiva.
Boluda, por su parte, gana acceso ampliado a puertos marroquíes como Nador West Med, Casablanca o Agadir, donde ya colabora en remolcadores con Marsa Maroc.
En un contexto de tensiones geopolíticas históricas —como el Sáhara Occidental o Ceuta y Melilla—, algunos analistas ven con cautela la irrupción de capital extranjero vinculado a un Estado en sectores estratégicos como los puertos.
«Marruecos pone pie en los puertos de España y la UE a través de una empresa pública que compra el 45% de las terminales portuarias de la española Boluda. La empresa Marsa Maroc se alía con el mayor operador español de remolcadores y eleva así su rol como actor regional en el transporte marítimo», comenta Ignacio Cembrero, periodista especializado en el Magreb.
La Unión Europea ha endurecido en los últimos años el escrutinio de inversiones extranjeras en infraestructuras críticas, especialmente tras casos con China.
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Aunque la participación es minoritaria y Boluda retiene el control, la operación podría someterse a revisión bajo el mecanismo español de screening de inversiones extranjeras directas en sectores sensibles.
El tráfico marítimo gestionado por Marsa Maroc en sus puertos marroquíes supera los 60 millones de toneladas anuales, mientras España se consolida como el principal socio comercial de Rabat, con un intercambio bilateral que alcanzó los 22 700 millones de euros en 2024.
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