Una de las víctimas de la masacre de Sídney, cometida durante la celebración judía de Janucá, sobrevivió al comunismo soviético y al Holocausto nazi, pero murió tiroteado en la playa de Bondi.
El 14 de diciembre, un padre y su hijo abrieron fuego y causaron 15 muertos y más de 40 heridos. El suceso sería, según las autoridades, el peor atentado terrorista del país en tres décadas, desde la masacre de Port Arthur de 1996.
La víctima de más edad ha sido identificada como Alex Kleytman, un superviviente del Holocausto de 87 años.
En una conferencia de prensa, Alex Ryvchin, consejero delegado adjunto del Consejo Ejecutivo del Judaísmo Australiano, dijo que conocía bien a Kleytman.
«Era un hombre mayor, de casi 90 años. Sobrevivió al Holocausto en la Unión Soviética; yo lo veía en actos comunitarios y siempre se acercaba con una sonrisa».
«Era una persona lúcida y profundamente comprometida con su historia: sobrevivió al comunismo soviético, a las purgas, a la Segunda Guerra Mundial y a los escuadrones de exterminio nazis, y terminó muriendo por la bala de un terrorista».
La esposa de la víctima, Larisa Kleytman, también superviviente del Holocausto, confirmó su muerte al periódico The Australian y explicó que oyó un fuerte estruendo antes de verlo caer al suelo.
«Vinimos a Bondi Beach a celebrar Janucá; para nosotros siempre fue una celebración muy especial, durante muchos años», declaró Larisa Kleytman al medio.
El viaje de Alex y Larisa a Australia quedó recogido en el informe anual 2022-23 de JewishCare, entidad que presta servicios a la comunidad judía.
El informe recuerda las duras condiciones de Siberia, donde Alex, junto con su madre y su hermano menor, luchó por sobrevivir.
Pese a las secuelas del pasado, la pareja buscó un futuro mejor y se trasladó a Australia desde Ucrania.
JewishCare presenta su historia como un testimonio de resiliencia, fortaleza y capacidad de adaptación, y de la «naturaleza duradera del espíritu humano».
Tiempo de duelo
Alex Ryvchin afirma que la comunidad judía australiana ha quedado «sacudida».
«Este es un escándalo que debería conmocionarnos a todos: haber permitido que esto ocurriera».
«Como pueblo judío, generación tras generación, hemos visto cómo el antisemitismo se arraiga en una sociedad. No es un odio pasajero ni una intolerancia banal. Se convierte en una cruzada, una misión. Se convierte en una obsesión que lleva a las personas a cometer los actos más inhumanos».
Ryvchin afirma que la comunidad seguirá celebrando Janucá, pero no será una ocasión alegre.
«Por desgracia, el pueblo judío tiene amplia experiencia en esto. No rehuimos nuestro dolor. Lo afrontamos para poder procesarlo con claridad y luego seguir adelante. Y seguiremos adelante».
«Encenderemos las velas, como estamos obligados a hacer, para mostrar la victoria de la luz sobre la oscuridad. Pero por ahora suena vacío decirlo, porque la oscuridad ha prevalecido. Los mundos de nuestra comunidad han sido destruidos, pero tenemos que reconstruirlos».
Ryvchin instó a la acción gubernamental y a la responsabilidad individual contra el antisemitismo, y afirmó que el país necesita cambiar de rumbo.
«Tenemos que asegurarnos de que el antisemitismo deje de ser una forma aceptable y plausible de intolerancia. No lo es».
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «He Survived the Holocaust and Communism, but His Journey Came to an End at Sydney’s Bondi».
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