INTERNACIONAL

La guerra entre Israel e Irán asusta al régimen chino

junio 26, 2025 20:56, Last Updated: junio 26, 2025 20:56
By Leo Timm/Giovanni Donato

El reciente conflicto entre Israel e Irán ha vuelto a poner en el punto de mira las estrechas relaciones de Teherán con otras potencias hostiles a Occidente, en particular Rusia y la China comunista. Aunque no existe una alianza formal única entre todas las naciones amigas de China, sus vínculos políticos y económicos pueden considerarse una coalición de hecho.

El Partido Comunista Chino ha condenado públicamente los ataques israelíes y estadounidenses contra las instalaciones nucleares y militares iraníes, calificándolos de violación de la soberanía. Es bien sabido que el régimen chino ha realizado importantes inversiones en Irán, incluso a través de la Nueva Ruta de la Seda, que van desde el apoyo inicial al programa nuclear hasta la compra masiva de crudo iraní.

Según algunos analistas, la decisión del presidente Trump de autorizar un ataque selectivo contra las instalaciones nucleares iraníes no solo tenía como objetivo detener la producción de armas nucleares, sino también enviar un mensaje a las potencias hostiles a Occidente, como para dejar claro que «America First» no significa «America only» ni «America alone»: Trump evidentemente no concibe a Estados Unidos como una mónada (sustancia simple) que no debe tener relaciones internacionales, ni comparte el papel que, según los neoconservadores (Dick Cheney y Donald Rumsfeld en primer lugar) que dirigían la administración Bush Jr. hace veinte años, debía tener Estados Unidos. Menos evidente, en cambio, es la línea de Donald Trump a nivel táctico: su imprevisibilidad (los detractores de The Donald la definen como «incoherencia») lo convierte, según los analistas, en un adversario particularmente difícil para los regímenes antioccidentales.

En este sentido, Trump ha enviado un mensaje bastante claro al Partido Comunista Chino: «no invadan Taiwán», porque Estados Unidos podría poner a Taipéi en condiciones de llevar a cabo una serie de ataques de «decapitación», el tipo de ataque que más teme el régimen chino.

Estados Unidos intervino en el conflicto entre Israel e Irán los días 21 y 22 de junio, ordenando a los bombarderos B2 que lanzaran bombas «bunker-buster» (nunca utilizadas antes) sobre los tres principales emplazamientos nucleares iraníes. Para algunos analistas, las bombas antibúnker utilizadas para destruir los búnkeres iraníes construidos a 80 metros de profundidad representarían una advertencia indirecta pero clara al Partido Comunista Chino: el PCCh controla China desde un cuartel general llamado Zhongnanhai, un complejo adyacente a la Ciudad Prohibida de Pekín; además, existe una sala operativa bunker, excavada a 60 metros de profundidad bajo las Colinas Occidentales, en las afueras de Pekín. El mensaje es claro.

La amistad entre China e Irán

Irán está bajo el control de una teocracia islámica desde 1979, cuando la revolución derrocó al filooccidental sha de Persia, obligándolo a exiliarse con su familia. Desde entonces, Teherán mantiene relaciones tensas, por decir poco, con Estados Unidos e Israel: el régimen de los ayatolás invoca regularmente la destrucción de Estados Unidos, al que define como el «Gran Satán», y afirma que el Estado de Israel debería ser borrado del mapa. Aunque las relaciones con Rusia solo mejoraron tras la caída de la Unión Soviética (los comunistas soviéticos eran considerados el «Satanás Menor»), Irán siempre ha mantenido relaciones amistosas y sólidas relaciones económicas con los comunistas chinos.

Desde 1979, China ha invertido decenas de miles de millones de dólares en Irán, especialmente en infraestructuras petroleras, convirtiéndose en el principal socio comercial de Teherán desde 2009. En 2021, China e Irán firmaron el «Programa de Cooperación de Veinticinco Años», un acuerdo que refuerza la dependencia económica de Irán respecto a Pekín: ahora China importa el 90 % del petróleo iraní, y el crudo es un recurso crucial para Pekín, ya que los yacimientos petrolíferos chinos no son en absoluto suficientes para satisfacer la enorme demanda interna.

Teniendo en cuenta que los cazas y los servicios israelíes han arrasado en un instante toda la red de defensa aérea iraní y han decapitado con la misma rapidez a los altos mandos de las fuerzas armadas iraníes, el régimen chino tiene motivos para preocuparse. Porque fue el PCCh, en la década de 1960, quien desarrolló la tecnología bélica suministrada al naciente programa nuclear iraní a partir de la década de 1980.

Además, Irán compra gran parte de su equipamiento militar a China, y esto ya desde la guerra entre Irán e Irak de 1980-1988. Por lo tanto, es natural que el conflicto con Israel plantee dudas sobre la eficacia de las armas chinas, así como sobre la capacidad de China y Rusia para defender a Irán contra Estados Unidos. Para los analistas, es un hecho probado que Irán es la longa manu china en Oriente Medio (hasta el punto de que, probablemente, quien viola la «soberanía» iraní es más Pekín que Jerusalén o Washington).

Kuo Yu-jen, subdirector general del Instituto de Investigación de Políticas Nacionales de Taiwán, destacó durante un foro celebrado el 18 de junio que el desastroso desempeño de las fuerzas de defensa aérea iraníes representa una verdadera humillación para Pekín. Según un artículo de 2017 de la revista Jane’s Defence Weekly, también recogido por un periódico chino, el sistema de mando y control de la defensa aérea iraní Negah, activo durante los ataques israelíes de este año, se basaría en el sistema chino Jy-10. Además, Irán desplegó en otoño de 2024 sistemas de defensa láser Shennong 3000/5000, evidentemente de fabricación china, pero estos, junto con los complejos radares Negah, fueron fácilmente eludidos o neutralizados por las fuerzas israelíes. Otros sistemas de defensa aérea utilizados por Irán son de diseño ruso.

En conclusión, esta primera (y esperemos que última) «guerra a distancia» entre las tecnologías occidentales y las sino-rusas ha demostrado una clara superioridad a favor de Estados Unidos y Occidente en general. Y esto no puede sino preocupar, junto con muchos otros «problemas», a la cada vez más tambaleante dictadura comunista china.

Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título «La guerra Israele-Iran fa paura al regime cinese»

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