La Universidad de Extremadura inauguró el 7 de mayo el Instituto Panda en el Espacio Uex de Cáceres, fruto de un convenio firmado con la Universidad de Educación de Chongqing. En el instituto se impartirán cursos, talleres de lengua china y «actividades de difusión y divulgación», ampliando de esta manera el catálogo de organizaciones «culturales» del Partido Comunista Chino asentadas en el país.
Además, se prevé reestructurar el patio del Espacio UEx para albergar el futuro Centro Cultural del Instituto Panda.
Según informó la Universidad el 7 de mayo, esta iniciativa es el resultado de un «proceso iniciado por la Universidad de Educación de Chongqing y la Universidad de Extremadura en septiembre de 2024, con la firma de un convenio de colaboración» y añadió que «la internacionalización es una prioridad para la Universidad de Extremadura en el actual contexto universitario español y europeo.
A diferencia de los institutos culturales Cervantes y Goethe, que financian sus propias instalaciones en los países de acogida, las instituciones «culturales y educativas» chinas como los institutos Confucio —y en este caso el Instituto Panda— se establecen dentro de las instalaciones de las entidades de acogida y, en muchas ocasiones, muy cercanos a las instalaciones de los órganos rectores.
Estos aparatos de propaganda, como los define el Departamento de Estado de EE. UU., están siendo fuertemente cuestionados a nivel mundial por limitar la educación china al plan de estudios del Comité del PCCh con un plan formativo que impone a los estudiantes un punto de vista sesgado sobre la historia del país, además de imponer censura y control de profesores y estudiantes.
Durante la inauguración del Instituto Panda, el rector Pedro Fernández Salguero dijo que el Instituto Panda «es un proyecto académico y cultural que simboliza el compromiso compartido (…) con la cooperación internacional y el entendimiento intercultural».
«Supondrá el establecimiento de planes conjuntos, tanto oficiales como de formación permanente, en que se incluyen cursos, talleres, estancias y actividades de difusión y de divulgación».
«Un eje adicional se centra en el fomento de la investigación científica y tecnológica, en el desarrollo de proyectos colaborativos y en el intercambio de investigadores en temáticas de común interés para nuestros grupos y centros, entre los que destacan Salud, Tecnologías, Agroalimentación, Cultura, Deporte, Ciencias Sociales, Arte y Humanidades», añadió el rector.
De hecho, algunos profesores de la UEx han ido a China a dar clases en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, informó el medio Badajoz, destacando que «así, los alumnos procedentes de Chongqing llegan hasta la región para cursar aquí su último año y graduarse en las dos universidades».
Representante del PCCh en el acto inaugural
El acto inaugural del Instituto Panda contó con la presencia de Huang Yan, secretaria del Comité del Partido Comunista Chino de la Universidad de Educación de Chongqing. También acudieron representantes de otras universidades de la región china de Chongqing: Southwest University, Chongqing Jiaotong University, Chongqing Industry Polytechnic College y Chongqing CiPCCty Management College.
La representante del régimen chino dijo que el Instituto Panda tiene como objetivo establecerse como un centro internacional de coordinación educativa en materia de alimento y biotecnología. La representante política añadió que el régimen comunista chino aspira a que el Instituto Panda se convierta en una referencia internacional en campo de la cooperación educativa.
También estuvo presente el embajador de China, Yao Jing, quien agradeció la buena predisposición del gobierno regional presidido por María Guardiola hacia la cooperación con China.
El diplomático habló de las grandes expectativas para las «colaboraciones en materia de educación» que la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, despertó en Pekín tras su reciente visita.
El secretario general de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, Eugenio Pozo Pitel, expresó su apoyo al compromiso del gobierno regional con la internacionalización de la educación y el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, añadió que «Cáceres es una ciudad que innova en el campo educativo».
Preocupación en España
Mientras en el resto del mundo los Institutos Confucio están siendo eliminados de los campus universitarios de todo el mundo, España los está abriendo. Más de cien de Institutos Confucio han sido clausurados en occidente en los últimos diez años.
En España existen ocho Institutos Confucio asociados a Universidades y trece Aulas Confucio asociados a escuelas y colegios. «Están instalados en prestigiosas universidades y escuelas de Occidente, y todos ellos están dirigidos por un exmiembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) en Pekín», informa la plataforma Stop Instituto Confucio de España.
Son «un riesgo para la autonomía universitaria y la libertad académica» y «un arma de propaganda», añade.
Stop Instituto Confucio dijo a The Epoch Times que accedió a un libro de chino avanzado que ofrecen los profesores chinos para sus alumnos en España, donde se incorpora una canción de la era maoísta que hace apología de Mao y textos que hablan de Deng Xiaoping como «una gran figura», sin embargo, «Deng fue responsable de la masacre de Tiananmen en 1989 y el régimen de Mao asesinó a unas 80 millones de personas».
En abril de 2024, cuando se inauguró el Instituto Confucio en Sevilla, Mar Llera Llorente, directora de Estudios de Asia Oriental en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, se manifestó en su contra con pancartas.
La Sra. Llera dijo a The Epoch Times España que ante la presencia de un Instituto Confucio es importante «garantizar que no va a haber censura, que no va a haber discriminación en la contratación del personal docente, que se va a respetar, pues, la pluralidad y la libertad de cátedra y libertad de expresión tratando temas que para ellos resultan muy conflictivos como Tiananmen, el Tíbet, Xinjiang», entre otros problemas.
«Sobre todo una cosa muy importante, que no se vayan a utilizar los conocimientos científicos tecnológicos de las investigadores de la Universidad de Sevilla para fines militares, que es una de las cosas sobre las que han alertado los servicios de inteligencia».
El 15 de junio de 2017, en una de las conferencias ofrecidas por el Instituto Confucio en Barcelona titulada «Historia y presente del Tíbet», el orador Hao Shiyuan, miembro del Partido Comunista Chino, fue acusado públicamente de faltar a la verdad sobre unos actos de inmolación en Tíbet.
«Incluso han dicho que el Dalai Lama es quien incita a que la gente se inmole ahí, y que hay un libro en que Dalai Lama lo dice. Entonces hemos pedido que nos dé el nombre del libro y todavía estamos esperando la respuesta. En fin, es manipulación pura de China», dijo el testigo a través de un vídeo compartido por la Fundación Casa del Tíbet.
Cierre de institutos culturales chinos
Hanban, el organismo gubernamental dependiente del Ministerio de Educación de China que supervisa todos los Institutos Confucio, anunció en el pasado que había 541 Institutos Confucio y 1170 Aulas Confucio en 162 países y regiones a finales de 2019, según la plataforma Stop nstitutos Confucio. En febrero de 2013, la Universidad McMaster de Canadá fue la primera universidad en cerrar un Instituto Confucio.
En 2023, al menos 131 universidades, dos gobiernos y 3 juntas escolares en todo el mundo habían roto los vínculos con los Institutos y Aulas Confucio, lo que resultó en el cierre de 130 institutos.
Recientemente, seis universidades australianas han cerrado en sus campus los Institutos Confucio vinculados al gobierno chino, dos años después de que el gobierno federal señalara que no permitiría que más centros educativos controvertidos abrieran sus puertas en Australia.
Feng Chongyi, profesor de estudios chinos en la Universidad Tecnológica de Sídney, dijo a The Epoch Times que «los Institutos Confucio utilizan manuales procedentes de China, envían a sus propios profesores y funcionan con un sistema de doble gestión».
«Los profesores son elegidos y enviados por el Ministerio de Educación chino. En otras palabras, el PCCh implanta directamente su maquinaria de propaganda del Frente Unido en las universidades asociadas».
En 2017, la directora de cine canadiense Doris Liu estrenó un documental titulado En el Nombre de Confucio (In the Name of Confucius), que denuncia los abusos y la verdadera naturaleza de este programa financiado por el PCCh.
La Sra. Lin afirmó que estos institutos constituyen una herramienta de infiltración ideológica.
«Su objetivo es difundir la visión política del PCCh, su versión de la historia de China y sus propios valores entre los estudiantes extranjeros, es decir, imponer la narrativa del PCCh», explica.
«Este relato es políticamente sesgado, subjetivo e injusto».
«Los Institutos Confucio perjudican el buen funcionamiento de las universidades occidentales y, a largo plazo, amenazan la libertad académica».
Difamación de una práctica espiritual en cursos de lengua china
Un informe titulado «Vigilancia, calumnias y censura», del Centro de Información de Falun Dafa, con sede en Nueva York investigó docenas de campus universitarios en Estados Unidos con presencia de Falun Dafa, una disciplina espiritual fuertemente perseguida en la China comunista, para examinar cómo la persecución del régimen chino está afectando a los practicantes en Estados Unidos y encontró que al menos 10 universidades, incluidas la Universidad de Yale, la Universidad de Brown, la Universidad de Chicago, la Universidad de Michigan y el Wellesley College, utilizan materiales curriculares para un curso de idioma chino que contiene información difamatoria sobre la práctica espiritual.
El libro de texto que se promovía en los cursos de chino, titulado «Discussing Everything Chinese (Discutiendo todo lo chino)», contiene una sección sobre Falun Gong que «intenta legitimar la persecución religiosa del PCCh contra Falun Gong, tergiversando la práctica y acusando a sus practicantes de tener problemas psicológicos», dice el informe publicado en mayo de 2023, indicando la sigla PCCh del Partido Comunista Chino.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas basadas en tres principios básicos: Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La disciplina de meditación ganó popularidad en China durante la década de 1990, cuando se estimó que lo practicaban entre 70 y 100 millones de personas.
El régimen comunista, temiendo que el número de practicantes representara una amenaza para su control autoritario, inició una amplia campaña a partir de julio de 1999, que continúa hoy en día, para suprimir la práctica y sus seguidores. Desde entonces, millones de personas en China han sido detenidos en prisiones, campos de trabajos forzados y otras instalaciones, y cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
Un componente crítico de la persecución del régimen chino es su campaña de desinformación contra la práctica, cuyo objetivo es poner a los ciudadanos chinos en contra de Falun Dafa y sus practicantes. Con este fin, el régimen se ha basado en gran medida en la propaganda, incitando al odio contra la disciplina espiritual y vilipendiando a sus practicantes.
«Las dimensiones físicas de la campaña del PCCh para acabar con Falun Dafa han estado acompañadas de un esfuerzo propagandístico masivo y sistemático para difamar y calumniar a Falun Dafa, difundir falsedades e incitar temores infundados de que el grupo es peligroso o violento», agrega el informe.
Según el documento, el libro Discutiendo todo lo chino reproduce la propaganda del PCCh, al introducir declaraciones difamatorias sobre Falun Gong que el Centro de Información de Falun Dafa rechaza. Las asignaciones del texto incluso piden a los estudiantes que asocien la práctica espiritual con los herejes. El libro de texto también promueve «un fuerte sentimiento antiestadounidense».
Además, al menos en nueve universidades, los encuestados enfrentaron o escucharon sobre interferencias contra los eventos de Falun Dafa. Seis de esos casos involucraron a la Asociación de Estudiantes y Académicos Chinos, vinculadas a las universidades y al consulado chino, según el informe.
Supuestamente creadas para ayudar a los estudiantes internacionales y para promover el intercambio cultural, las asociaciones forman parte de las actividades de influencia en el extranjero en expansión de Pekín, dirigidas por el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD) del Partido Comunista Chino (PCCh). La unidad del partido coordina miles de grupos para llevar a cabo operaciones de influencia política extranjera, represión de movimientos disidentes, reunión de inteligencia y el facilitar la transferencia de tecnología estadounidense a China, según los analistas.
Los estudiantes afiliados a la Asociación de Estudiantes y Académicos Chinos han realizado campañas de acoso en línea y presión a universidades para que sancionen a practicantes de Falun Gong en las universidades.
«Esto ha sido una tendencia», dijo Sarah Cook, analista senior sobre China de Freedom House, con relación a un incidente en Estados Unidos.
«Hay razones legítimas por las que los estudiantes chinos pueden estar experimentando racismo y odio, pero el hecho de que alguien esté criticando al Partido Comunista Chino, especialmente si esa persona es china».
Un estudiante de Carolina del Norte dijo que su padre en China fue acosado y que a menudo le llamaba su madre instándole a que deje de practicar Falun Gong y de asistir a eventos públicos, según el informe. Los encuestados de Arizona, California y Nueva York dijeron que las personas de etnia china los filmaban o les tomaban fotos en los eventos de Falun Gong.
La encuesta del Centro de Información de Falun Dafa encontró que muchos practicantes de Falun Gong en las universidades sienten «miedo al estigma» y las «reacciones negativas» de los estudiantes o profesores chinos. Algunos incluso relataron haber experimentado una reacción violenta por parte de estudiantes chinos o chinos de segunda generación que habían leído la propaganda del PCCh.
Una quinta parte de los encuestados dijeron que se sentían algo o muy incómodos, identificándose a sí mismos como practicantes de Falun Dafa o hablando de ello en clase. Un club de Falun Dafa de la universidad de Minnesota decidió mantener en el anonimato la identidad de sus miembros de etnia china por temor a que la publicidad de dicha información pudiera poner en peligro a sus familiares en China.
Incluye información de Eva Fu y Daniela Pérez Schmieloz.
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